|  |  |  
  
 |  |  
 
         
          |  | Sobre prisioneros y secuestrados x Profesor J |   
       Las luchas de liberación no sólo enfrentan 
        al sistema como estructura o como aparatos de poder material, sino que 
        al mismo tiempo de resistir la acción destructiva de esos aparatos, 
        construyen nuevas formas de relaciones humanas, encuentros y decisiones 
        elaborados de forma horizontal y democrática. El sistema destina parte importante de sus recursos a combatir el desarrollo 
        de la lucha de los pueblos invirtiendo en armas y prisiones, además 
        de practicar la violencia de la propiedad privada que obliga a los trabajadores 
        a prostituirse, esto es, a trabajar, como le llaman, por dinero, a producir 
        plus-valía para los poderosos, los modernos señores esclavistas. 
        La ideología de los mansos corderos de dios, la misma del Tío 
        Tom, transforma a los trabajadores en sumisos esclavos y meretrices prisioneras 
        del poder. Pero el sistema no sólo utiliza la propiedad privada, las armas 
        y las cárceles para someter a los pueblos, sino también 
        la propaganda, la psicología y la manipulación, comenzando 
        por la ideología de la propiedad y de la mansedumbre, del respeto 
        y la adoración a los ídolos y jerarquías superiores 
        que tienen la "autoridad" para d ecidir sobre la vida de la 
        población. En esta guerra, a veces, encubierta, otras veces abierta, llevan las 
        de perder, en sus reglas y en su filosofía dominante, los pueblos, 
        que cuando se rebelan, son masacrados material y psicologicamente. El 
        capital se ha encargado de construir paso a paso un sistema de valores 
        que reconoce como legítima la propiedad privada y como ilegítima 
        cualquier tentativa de insurgirse contra ella, comenzando con los que 
        roban una gallina para alimentar a los hijos, pasando por los que levantan 
        una barricada de protesta, hasta los luchadores que hacen prisioneros 
        del sistema o recuperan el dinero robado al pueblo para reintegrarlo a 
        las actividades de la resistencia. De allí que Goebbels, el responsable de propaganda de Hitler, 
        sea tan importante como Krupp el industrial, el poder económico-financiero. 
        Sólo se trata de una distribución de funciones, en que la 
        psicología de masas cumple la tarea de agrupar las voluntades, 
        manipularlas y convencer de las bondades del régimen, además 
        de convocar a la opinión pública (digamos la masa domesticada) 
        a discriminar y enfrentar a los que no se someten, a los que luchan o 
        a los que consideran "inferiores". Secuestrar a Goebbels, por ejemplo, habría sido aplaudido por 
        la conciencia democrática universal en esa época, pero dicha 
        conciencia en la actualidad es modelada para rechazar lo que era válido. 
        Sabido es que ese sistema secuestraba millones de personas para trabajos 
        forzados y la cámara de gas, y los secuestrados de la época 
        hoy secuestran palestinos cada día, en tanto otros representantes 
        de la democracia moderna secuestran afganos y los llevan a Guantánamo. 
        Así, un prisionero o un secuestrado, resultan ser la misma cosa. 
        El que quiera establecer una diferencia, que lanze la primera piedra, 
        pero no podrá hacerlo, pues todos tienen tejado de vidrio. La pos-guerra llevó al planeta a establecer la demagogia de los 
        estados de bienestar, la misma que la inefable Susan George de Attac quiere 
        encajarnos hoy con el pretexto de que aún no hay con que substituir 
        el capitalismo, donde la llamada democracia tiene la función de 
        ocultar las realidades de explotación y miseria de los pueblos, 
        legitimar los valores y principios de la propiedad y la sumisión, 
        y desligitimar a los que se levantan, especialidad de esa señora. 
        El miedo de volver a esas situaciones de terror abierto es utilizado también 
        para someter a importantes sectores de izquierda que hacen de esa democracia 
        el único terreno de la lucha social, contribuyendo así a 
        la mantención del status quo. Ser democrático no es aceptar las actuales estructuras y reglas 
        del juego. Ser democrático es levantar nuevas formas de participación 
        y acción social, intentando vivirlas y, sobre todo, luchar por 
        ello. En nuestro continente ha pasado la misma cosa. El avance de las luchas 
        de los pueblos en las décadas del 60 y 70, fue enfrentado con golpes 
        y dictaduras militares, que secuestraron, torturaron, mataron y desaparecieron 
        a miles de miles de personas, y la maldita democracia actual pretende 
        colocarle el manto del olvido para apagar la memoria y evitar los razonamientos 
        lógicos que muestran al perro guardián babando de rabia 
        esperando su momento para lanzarse nuevamente a morder la garganta de 
        los pueblos. Pero la resistencia va en aumento por todas partes, es incontenible, 
        a pesar del pretexto del crimen, causado por el crecimiento del desempleo, 
        la marginación y la miseria que ellos provocan, con lo que refuerzan 
        los aparatos represivos y construyen más y más cárceles 
        para secuestrar a los transgresores. Los publicitarios y señores de la midia tienen la misión 
        de Goebbels, esto es, esconder las realidades, mentir, legitimar la explotación, 
        justificar la miseria y lanzar a la opinión pública contra 
        los que se insurgen, además de transformar a la población 
        en ejércitos de sumisos robots consumidores, y son muy bien pagados 
        por eso, con dinero robado del pueblo. Habría que tomarlos prisioneros 
        para neutralizar su masacre contra la población. Y cobrarles impuesto 
        revolucionario. Y sancionarlos duramente si se oponen. En general el dinero 
        de los bancos, de los burgueses, de los poderosos y de sus agentes, es 
        nuestro, es del pueblo pobre, además de las propias instalaciones 
        bancarias, las fábricas y tierras, por supuesto, y es legítimo 
        recuperarlo, es legítimo expropiarlo, es justo retirarlo de donde 
        lo acumulan para revertirlo a cumplir funciones de sobrevivencia y de 
        resistencia, reinvertirlo en la lucha contra ellos. Siempre ha sido así, 
        pero la opinión pública bien modelada por estos modernos 
        Goebbels sucios sirvientes del capital, no lo incorpora como parte de 
        su vida, de su historia, de su lucha de resistencia. Veamos algunos ejemplos: En las antiguas rebeliones de esclavos y mujeres contra el patriarcado, 
        era común llevarse con ellos a altas figuras del poder y la riqueza, 
        que eran intercambiados por prisioneros del sistema, alimentos o parte 
        de las riquezas robadas, así como el saqueo de las ciudades, que 
        hoy se equipara a las ocupaciones de tierras, al saqueo de trenes, camiones 
        o supermercados, de legitimidad indiscutible. En la edad media, entre 
        los rebeldes que escapaban para establecer comunidades alternativas como 
        los campesinos llamados bandidos de los bosques o los bucaneros que instalaban 
        sus comunidades en islas, también era frecuente, podemos decir 
        constante y sistemático, el canje de personas que habían 
        sido retiradas de las ciudades o castillos atacados. La acumulación 
        originaria del capital no se hizo sis resistencia y los oprimidos y expoliados 
        no se dejaban arrebatar los frutos de su actividad comunitaria así 
        tan facil y realizaban acciones de recuperación de todo tipo. En nuestro continente es famosa la prisión de "cuchillos 
        largos" que hacían las comunidades originarias en el norte 
        cuando fueron invadidos sus territorios que iban quedando en el oeste, 
        así como el ataque a sus ciudades y cuarteles secuestrando personas 
        y llevando materiales de guerra, suministros alimentarios, etc. Y más 
        aún en la resistencia más al sur contra castellanos y portugueses 
        que se repartieron alegremente nuestros territorios ancestrales, dejándolos 
        divididos hasta ahora. La resistencia y autodefensa de los pueblos es un derecho y un deber, 
        y en el medio de la intensa propaganda valórica a que nos someten 
        y el miedo que nos inculcan a las fuerzas represivas, que alguien lo haga, 
        que alguien luche, demuestra un elevado grado de conciencia, compromiso 
        y responsabilidad con esa tarea histórica, además de una 
        verguenza para quienes se someten a las reglas del juego de la democracia, 
        que comienza y acaba con el voto, como bien dice Saramago. Es admirable que algunos compañeros, con elevado sentido de las 
        necesidades históricas de la lucha, dediquen su inteligencia y 
        sus esfuerzos a recuperar el dinero robado por el capital y sus agentes, 
        como lo entendió Durruti, el revolucionario internacionalista ibérico, 
        que vino a nuestras tierras a buscar dinero asaltando bancos, enfrentando 
        a las fuerzas represivas con las armas en la mano y destinando esos recursos 
        a la resistencia contra el fascismo de Franco y de Castilla, que continua 
        aún hoy con máscara democrática dominando otras naciones, 
        como por ejemplo al pueblo vasco. Es claro que el sistema lamenta la muerte 
        de sus guardianes, pero más le duele la organización y audacia 
        de los luchadores que dan sus vidas por los altos fines de la libertad. Miles de comunistas, anarquistas, socialistas y demócratas, etc, 
        fueron secuestrados y hechos prisioneros durante la ocupación alemana 
        en Francia. Era un deber sagrado insurgirse, atacar las tropas invasoras 
        y tomar prisioneros, como también lo hicieron los vietnamitas y 
        como ha sido siempre. Las cárceles del pueblo fueron la tónica 
        en nuestras tierras en la lucha contra las dictaduras militares y lo son 
        aún en la lucha actual contra la democracia. Si alguien piensa 
        que hay que tragarse la rueda de carreta de la idea de aceptar las democracias 
        vigiladas o protegidas por el Gran Hermano, con asesores y bases yanquis 
        por todos lados, con los aparatos dispuestos a golpear al más mínimo 
        anuncio de capacidad o de acción rebelde, debemos decir con sinceridad 
        que está profundamente equivocado y que es necesario sumar fuerzas 
        y apoyar todas las formas de lucha para abrir paso a las nuevas formas 
        de organización social que brotan por todas partes. En el caso de Brasil, famosa e inolvidable es la contribución 
        del aparato del estado al siniestro Plan Condor, organización secreta 
        de los servicios represivos, articulados con Estados Unidos y que reune 
        a varios paises en el intercambio de informaciones, golpes, secuestros 
        y otras acciones contra los pueblos y sus distintos sectores en lucha. 
        Esa articulación, antes y también hoy, obedece al carácter 
        continental de nuestra lucha, donde nos negamos a reconocer fronteras 
        artificiales traidas por los invasores y continuadas por los poderosos. 
        Nos han dividido nuestras comunidades originarias, nos han reaproximado 
        en la identidad de la pobreza, ahora no hay motivos de queja nacional 
        o patriótica, especialmente cuando no les interesa para nada la 
        división fronteriza cuando se trata de expoliar y reprimir a los 
        pueblos. Cuando les conviene recurren a la nación y a la patria, 
        descarados, y así podemos recordar a los militares brasileños 
        asesorando y participando directamente en las torturas a secuestrados 
        en otros paises. El miedo es a la resistencia. El pánico es a la insurgencia de 
        los pueblos. El terror es al desarrollo de capacidades operativas de organización, 
        prisiones alternativas, circulación continental de los revolucionarios, 
        intercambios, etc., pues mientras la "lucha" se circunscribe 
        a pacíficas marchas de protesta de corderos domesticados, muy bien, 
        pero ... ¡ay! del que desarrolle la voluntad y la capacidad de luchar 
        al nivel de enfrentar el aparato material del poder. El miedo del sistema viene de la posibilidad de tener que enfrentar justamente 
        todas esas formas de lucha, ya que están distribuyendo para todas 
        partes que los compañeros del MIR y del FPMR, actualmente secuestrados 
        en las cárceles del Brasil, mantienen lazos y actividad conjunta 
        con el ELN de Colombia, con el MRTA de Perú y otros sectores reconocidos 
        por su capacidad de lucha y su compromiso. Y lo peor para ellos -y para 
        los poderosos de otras partes- es que estos movimientos han modificado 
        su forma de entender la revolución, ya no más en el sentido 
        clásico, sino basicamente en apoyo externo a los nuevos movimientos 
        sociales autónomos que se expanden por el continente como fuego 
        en la pradera, convocando a su vez a sus simpatizantes y a la población 
        en general a formar más y más comunidades autónomas 
        por todas partes, cuidando de no mantener lazos orgánicos que puedan 
        comprometer el desarrollo del nuevo poder político, el poder popular, 
        que decidirá los rumbos de la sociedad, y al cual ellos reconocen 
        como el comandante de la revolución. Cuando llegaron los invasores europeos a sangre y fuego, parte importante 
        de nuestras comunidades originarias continuaron en la actividad de producción 
        y cuidado de los hijos menores, en tanto otra parte se organizaba para 
        combatir, siempre siguiendo la orientación política emanada 
        de las comunidades, hasta que en determinados momentos toda la población 
        tomaba parte activa en las tareas de la guerra de resistencia. En las luchas posteriores, llamadas de independencia, la misma cosa: 
        mientras un sector de la población continuaba su vida "normal", 
        otra parte era convocada a luchar, y también en determinados momentos, 
        todos cumplían funciones diversas. El error de nuestraos antecesores 
        fue transformar la dirección militar en dirección política, 
        con lo que continuó el carácter autoritario de los estados, 
        sin respetar los criterios de participación de la gente común. 
        Eso hizo, por ejemplo, en Chile, distanciarse del gobierno al guerrillero 
        Manuel Rodríguez, que había organizado campesinos y pobres 
        de las ciudades para enfrentar junto al ejército a las tropas coloniales, 
        y por eso fue asesinado por el gobierno "libertador". Lo mismo ha pasado en otros paises y posteriormente fue tratado de modificar 
        por los anarquistas, que priorizaron por la organización de base 
        haciendo grandes esfuerzos en los más diversos paises para reverter 
        la situación. También los comunistas de visión latinoamericana 
        priorizaron por la participación popular en la lucha y en la toma 
        de decisiones, como fue Farabundo Martí en El Salvador o Mariátegui 
        en Perú, así como muchos otros en otros paises. Pero la 
        tradición del socialismo europeo y de los partidos que veían 
        el estado como instrumento de "liberación", los autoritarios, 
        s e impusieron y establecieron la prácticade que los destacamentos 
        armados del pueblo eran a la vez la vanguardia política, o en el 
        otro caso eran el brazo armado del partido que "asumiría el 
        poder". El desarrollo de la práctica de la autonomía, la revitalización 
        de las comunidades originarias y las propias contradicciones de la modernidad 
        con la crisis económica y la crisis de los estados, incluyendo 
        a los autoritarios del este europeo, permiten una revaloración 
        del pensamiento anarquista, legitimando nuevamente, junto a las luchas 
        originarias, la autonomía popular para determinar los rumbos políticos 
        y sociales del pueblo pobre. Surgen los zapatistas y diversos otros movimientos 
        a nivel continental, así como en todo el planeta. Los destacamentos 
        comunistas sufren también el impacto de los golpes y algunos, especialmente 
        los de tradición guevarista, se adecuan rapidamente a las nuevas 
        condiciones rescatando el marxismo original, el marxismo libertario y 
        la linea de los primeros comunistas latinoamericanos, esto es, reconocer 
        en el pueblo y sus organizaciones la dirección política 
        de la lucha y de la construcción de la nueva sociedad que ya se 
        avisora en los nuevos movimientos populares del continente y en muchos 
        otros lugares del planeta. Los compañeros del MIR-EGP, del FPMR, ELN, MRTA y otros, así 
        lo han entendido y se han sumado activamente a las nuevas exigencias de 
        la lucha continental, llamado a la multiplicación de las autonomías 
        como órganos de poder soberano del pueblo pobre y propinando diversos 
        golpes al sistema acompañando esa dirección. Por eso su 
        accionar no aparece como la pretensión de ganar la conducción 
        política de las masas (y con eso su subordinación) como 
        fue hecho por muchos -y continua siendo en la izquierda majadera- en muchas 
        partes durante muchos años, sino que al contrario, reconocen que 
        en esas comunidades autónomas radica el poder popular, ya no más 
        en la capacidad militar. Como no está comprobado ni demostrado 
        judicialmente que hayan sido esos compañeros del MIR y del FPMR 
        los secuestradores de Olivetto en Brasil, no cabe en esta discusión 
        asumirlo. En este momento estamos abordando el fundamento político 
        general del problema de los prisioneros y secuestrados en el contexto 
        de la resistencia continental, en defensa de la necesidad de hacer prisioneros 
        a personas vinculadas al sistema que nos oprime. Un burgués, por ejemplo, o un gerente de banco, o un publicitario, 
        o un administrador estatal, son parte orgánica del capital y del 
        sistema político-ideológico dominante. No pueden ser catalogados 
        por la resistencia como intocables, pues ellos saben lo que hacen y abusan 
        de su democracia para mantener el status quo, son parte del aparato de 
        represión y de acción general del sistema contra los pueblos. Es importante entender el sistema actual no como un espacio de debates, 
        lo que sería una ilusión, como pretende Attac y otras entidades 
        que defienden el capitalismo, como también el PT en Brasil, sino 
        como contrario al pueblo, enemigo del pueblo, pues de otra forma caemos 
        en el juego simbólico de las apariencias democráticas de 
        la dominación. No son sólo los jefes los culpables, sino 
        también sus perros guardianes, sus fieles lacayos, lamebotas y 
        mercenarios de todo tipo, que no son inocentes, pues entienden, aceptan 
        y se identifican con su función. Está muy bien que sean hechos prisioneros y devuelvan parte de 
        lo robado, independientemente de los códigos penales y de los fundamentos 
        de valores de una falsa estabilidad y armonía social. Ese sistema 
        de valores es inoculado en la población para crear el rechazo a 
        los que luchan, la discriminación hacia los que transgreden las 
        normas impuestas por códigos que no son consultados con nadie y 
        elaborados por los desprestigiados representantes sumergidos en la corrupción 
        y que ya no representan a nadie más que a su partido y al dios 
        dinero, y no es por otro motivo que la abstención electoral crece 
        en proporciones asustadoras (para el sistema) en todas partes. La propia legitimidad construida pacientemente por el sistema está 
        en entredicho. ¿Acaso la policía no mata negros y pobres 
        cada día? ¿Acaso el desempleo no crece más y más 
        cada día? Hacer pedazos los códigos es una cuestión 
        de responsabilidad social y que no digan los espectadores como debe hacerse 
        la lucha, pues eso lo hacen los luchadores. Por ejemplo, los cocaleros del Chapare son masacrados periodicamente 
        por el estado boliviano, de modo que han organizado la autodefensa y toman 
        prisioneros constantemente. Los sin tierra de Santa Cruz, también 
        en Bolivia, han tomado prisioneros a los policías que llegaron 
        a reprimirlos. Los propios movimientos sociales brasileños que 
        participan en las elecciones han saqueado camiones, ocupado tierras y 
        establecimientos bancarios y del estado, han secuestrado propietarios 
        de tierras, guardianes, policías y funcionarios públicos, 
        de modo que esa forma de lucha, de hacer prisioneros, la hacemos todos, 
        que no vengan ahora a rasgar sus vestiduras los Poncio Pilatos del PT 
        oportunistas que no vacilan en aliarse al capital con tal de ocupar puestos 
        de poder y niegan ahora el derecho a la defensa de los compañeros 
        chilenos presos en sus cárceles. En muchas barricadas y ocupaciones 
        el pueblo agarra funcionarios y los entrega posteriormente con el inicio 
        de las negociaciones. Eso es parte. No hay que sorprenderse ni entrar en el terreno del enemigo 
        jugando al apoyo de los valores dominantes y a la neutralidad. Aquí 
        no hay terreno neutro ni espacio de libertad de todos. Se trata lisa y 
        llanamente de resistir al poder establecido y luchar contra él, 
        no sólo de esperar con escudos a que venga la policía. Lucha 
        es lucha y guerra es guerra, las víctimas inocentes están 
        siempre de este lado, día a día, muerto a muerto, millones 
        en la miseria alimentando a los hijos con tierra, con nada, y, a medida 
        que avanza la resistencia en sus diversas formas, el sistema prepara sus 
        respuestas, o llama a los gringos que hoy se pasean por el mundo escupiendo 
        bombas y tropas a diestra y siniestra. No hay que llamarse a engaño, 
        por más que hablemos de pacifismo, el sistema no se dejará 
        apartar de allí por las buenas. No, compañeros, o se resiste o se muere, no es cuestión 
        de romanticismo ni voluntarismo, es cuestión de sobrevivencia. 
        Nada van a conseguir los quintacolumna infiltrados del sistema como la 
        Susan George, vicepresidente de Attac, ni sus jefes, ni la socialdemocracia, 
        ni el PT, ni los socialistas de cuello y corbata, que han lanzado su guerra 
        particular, codo a codo con el capital, contra los que luchan, como su 
        principal caballo de batalla para hacer un capitalismo más humano, 
        para negociar con el Forro de Davos, para afirmar el capitalismo "hasta 
        que tengamos con que substituirlo". ¡Esa es buena! Pues el 
        capitalismo no se va a suicidar,ni aceptará "substitución" 
        ninguna, se va a defender a brazo pa rtido, bomba tras bomba, tiro tras 
        tiro, prisionero tras prisionero. No. Es preferible morir mirando al frente 
        y luchando, que vivir como esclavos. Es preferible entrar al templo a 
        latigazo limpio expulsando con violencia a los mercaderes. Hay que hacer 
        también como los cristianos revolucionarios, como el cura Camilo 
        Torres, que entendió que el diálogo de sordos de la lucha 
        pacífica sólo servía para justificar y mantener el 
        sistema, y así dejó la prédica verbal para sumir 
        el fusil como instrumento de defensa de la vida de todos, su látigo 
        moderno para expulsar a los mercaderes. Los cristianos revolucionarios han cumplido y cumplen un gran papel en 
        la resistencia continental, de modo que tampoco se puede recurrir al expediente 
        religioso para justificar los valores dominantes ni la represión 
        o discriminación contra los que luchan. Es hora de comenzar a discutir 
        más abiertamente en las comunidades religiosas sobre los demonios 
        y pecados del sistema, así como la luz de la llama libertaria de 
        los luchadores que son capaces de empuñar el látigo con 
        firmeza. Es necesario recuperar la esencia de las comunidades cristianas 
        primitivas, que compartían una vida comunitaria y no sólo 
        la asistencia a misa del domingo o del día que sea. Hay intelectuales 
        religiosos como Frei Beto, que utiliza habilmente al Che Guevara en sus 
        discursos para hacer el juego a la socialdemocracia, al diálogo 
        con el capital, a la alianza con el liberalismo y la discriminación 
        a los que luchan, apelando por ejemplo a la espiritualidad basada en meros 
        símbolos individuales, en personas aisladas, como Francisco de 
        Asís, muy respetado, pero preferimos el ejemplo de las comunidades 
        originarias del cristianismo, no las figuras de estampitas, o sea estamos 
        por la recuperación de la espiritualidad y su práctica en 
        el seno de la sociedad, en los grupos, en las comunidades, y no apenas 
        en las racionalidades que serán conducidas habilmente a las urnas 
        (o al matadero), por eso el látigo moderno lo entendió Camilo 
        como utilizado por muchas manos combatientes, juntos, fuera del sistema 
        y del bello discurso manipulador. Continuaremos con el tema y esperamos con estas notas abrir un debate 
        necesario en defensa de los que luchan, defensa que debe ser en dos planos, 
        el plano de la resistencia, que estamos abordando ahora y el plano de 
        los discursos del poder, que esparamos tocar posteriormente para defensa 
        pública de los compañeros del MIR y del FPMR presos en Brasil. 
        Parece importante un primer paso de discusión en las filas populares 
        para establecer bases políticas de apoyo, para luego iniciar una 
        ofensiva de argumentación abierta destinada a enfrentar la lucha 
        ideológica del discurso del poder y de sus socios socialdemócratas, 
        petistas y de Attac, lucha que debe hacerse con sus propios argumentos, 
        principios de su farsa democrática y valores sistémicos. Apelamos a los compañeros de la resistencia en todas sus modalidades 
        y lugares, a contribuir en estos dos planos, ya que el sistema intentará 
        transformarlos en chivos expiatorios, declararlos culpables a toda costa 
        apoyando y apoyándose en la sucia campaña "antiterrorista" 
        del Imperio y del estado más terrorist a del planeta, Estados Unidos. |  |