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"No Future": Una reflexión sobre el movimiento antiglobalización y las contracumbres
Antón Corpas

¿Estamos en un inicio de ruptura? No estoy seguro aun de que nos encontremos ante un movimiento de cambio histórico o simplemente ante una escenificación mediática. Mantengo un derecho legitimo al escepticismo, a la observación activa y critica del presente, en vez de una fe ilusionada en el futuro. Hay un esqueleto en movimiento que es hijo de su tiempo, de las contradicciones actuales, y ha llegado a provocar cierto miedo. Pero eso no me convence de que el movimiento humano material y palpable que explosiona en cada contracumbre, no sea aun carcasa.

Al mirar mi rutina diaria no observo ese vendaval que se escucha mas desde las crónicas mediáticas que desde nuestros propios medios de comunicación o nuestra vida cotidiana. Me pregunto aun si la sensación de poderío que han generado determinados hechos, no son provocadas mas por el miedo del enemigo a lo nuevo y desconocido que por el autentico potencial existente.

No es retórica preguntarse si al espejo en que nos contemplamos con la imagen de otros (¿movimiento antiglobalizacion?) le hemos puesto nosotros el nombre, o ha sido el intuitivo marketing oficial quien ha sacralizado una identidad conveniente. La antiglobalizacion se esta convirtiendo en algo muy "chic", ¿el 68 de nuestras generaciones?, ¿nuestra añoranza futura?. No olvidemos que a la par que nace la ilusión (necesaria e inevitable) también lo hace la posibilidad de frustración.

Estamos a punto de tropezar sobre las primeras-viejas-nuevas-piedras. Se dice que la fuerza mostrada durante las contracumbres es un síntoma de que la globalización está generando a sus propios destructores. Pero, girando 180 grados ese planteamiento, pienso que también el movimiento antiglobalizacion es quien puede estar engendrando su propia destrucción.

SU EXPERIENCIA Y NUESTRA INGENUIDAD

Las luchas de los 60-70, crearon y criaron a la clase política actual, o sea, a los gestores de un orden mucho mas fortalecido que hace cincuenta, treinta o veinte años. Shroeder, Fischer, Jospin, Pique, Villalobos, Onaindia... se formaron políticamente en las respectivas trincheras de la oposición social y política. La ironía de los cuadros de elite del nuevo orden formados en las academias revolucionarias.

A la misma velocidad que se mueve hoy el mundo en todos sus aspectos puede estar empezando un proceso de engullimiento parecido. Al vértigo veloz de los procesos se une que ahora quienes están en puestos clave, es la generación de engullidos de la ultima mitad del pasado siglo. Conocen el terreno donde pisan, han vivido sobre sus carnes la destrucción de movimientos que pusieron en jaque a estados enteros. Conocen desde sus entrañas la explosión social y también las formas de represión y asimilación que terminaron por destruirlos.

En nuestro lado la transmisión de las experiencias y la historia es escasa, hay una ruptura de veinte años, no conocemos a fondo como se produjo todo el descoyuntamiento de las resistencias, y seguramente andamos en una ingenuidad cuyas dimensiones ni siquiera imaginamos.

UNA PREGUNTA CLAVE

Las instituciones internacionales contra las que se dirige la movilización se han mostrado incompetentes tanto en las formas de enfrentarse a las crisis (México, Turquía, Indonesia, Argentina...) como en la capacidad propagandística:

"La Cumbre de Génova finaliza con unos pobres resultados y un modelo caducado" (El Mundo 23-7-01).

Por su parte, el movimiento de contracumbres ha revuelto el circo mediático, el instrumento más preciado de los amos, en contra ellos mismos. El ejemplo extremo es el asesinato de estado de Carlo Giuliani. Mientras en Colombia mueren decenas de sindicalistas por organizar a los trabajadores y nadie se entera, los medios difunden en pocos minutos el asesinato del joven italiano subyugando al planeta entero. La capacidad de estremecer a miles de personas en pocos minutos, que les da la posibilidad de manipular la opinión mundial, tardó unos segundos en situar al G-8 en el ojo de un huracán que no dominaban. La misma hipocresía social que permite generar o acallar sentimientos, la que se hace indolencia en los bombardeos de "los nuestros", o la que convierte la muerte de Olaia Kastresana (etarra muerta mientras manipulaba un explosivo) en regusto de justicia, hizo boomerang por las circunstancias del asesinato de un joven blanco, europeo, occidental.

El cerco crítico sobre el FMI y el Banco Mundial sobre todo, se va estrechando. Ni siquiera los mas entusiastas del neoliberalismo parecen darle una mínima credibilidad. El nuevo orden necesita con urgencia renovar su capacidad operativa en lo político, lo económico y lo propagandístico. Las mentes mas inteligentes de los grupos de poder ya deben estar pensando en una nueva reorganización para recuperar la iniciativa, la capacidad de intervención y la legitimidad social y publicitaria.

Otras oposiciones, como sindicatos y partidos políticos, combativas en su momento, terminaron formando parte del organigrama del orden establecido, reforzándolo. ¿La fuerza dinámica, imaginativa y constructiva del movimiento antiglobalizacion podrá ser utilizada igualmente para una nueva reorganización?.

REPARTO DE LEGITIMIDADES

Desde los principales nudos de pensamiento y acción política se esta intentando definir un destino apropiado para el movimiento de masas mas importante en treinta años.

Esta en marcha una dinámica a dos bandas. La brutalidad policial calculada y la criminalización directa de determinados sectores, tratan de tensar la cuerda para buscar las fisuras dentro del movimiento al crear una confrontación entre supuestas violentas y supuestas pacifistas. La otra pieza clave esta en la diplomacia, que dentro de esa división conveniente buscará una casta de "razonables".

Gherard Shroeder, abogado defensor en su momento de miembros de la Fracción del Ejercito Rojo, sintetiza un reparto. Ha diferenciado entre "anarcos y pacifistas", dando a estos últimos la autoridad sobre el movimiento antiglobalizacion, y calificando a aquellos de inconscientes que solo buscan alboroto.

Desde ya se pone en marcha la adjudicación de legitimidades. La entrega de la autoridad de la antiglobalizacion a determinados movimientos, organizaciones o intelectuales, será una concesión de maniobra política en cuanto a dialogo e intervención con y en el orden actual.

CRIMINALIZACIÓN EXTERNA/CRIMINALIZACIÓN INTERNA

Una de las claves de este proceso (y lo que tenga de autodestrucción de la disidencia), es el probable calado de un análisis generado desde el status quo intelectual y político, dentro de los nuevos movimientos de resistencia.

De forma casi mecánica y lineal, la criminalización externa parece estar haciendo domino con un proceso de criminalización interna. Ocurre con ciertos análisis simplistas sobre la actuación de quienes ejercen la guerrilla urbana y el sabotaje.

Susan George:

"...la violencia hace inevitablemente el juego al adversario. Incluso en el caso de provocaciones y cuando la policía es la responsable del inicio de las hostilidades y, como pasa a menudo, se nos coloca a todos en el mismo saco... Todas las personas que tienen miedo de los gases, de la violencia, la gente de mi edad, las familias con hijos, la gente menos en forma físicamente se abstendrán y no vendrán a ninguna de nuestras manifestaciones... Estoy harta de estos grupos que nunca están a la hora del trabajo preparatorio, que no hacen nunca nada en la política de cada día... todo esto romperá las alianzas entre los que condenan la violencia y aquellos que la toleran y rechazan hacerlo...".

Ignacio Ramonet:

"...han surgido grupos que consideran que hay una violencia estructural, y que contra ella hay que responder con una violencia de la acción..." (El Mundo 22-7-2001).

Pero añade Pilatos:

"Las autoridades lo que tienen que hacer es tratar de controlar a ese 1% violento que no tiene nada que ver con el movimiento".

El director de Le Monde Diplomatique sabe perfectamente cuales son los métodos de control de "nuestros amigos dominantes" (Ramonet dixit), con lo que se sitúa como mínimo en la ambigüedad y el cinismo. Pero sobre todo, se une al demarcamiento de una línea divisoria que lo deja en una situación de privilegio, mientras obvia la indefensión en la que se quedarán determinados sectores, sobre todo el demonizado Black Bloc.

CONTRA LA SIMPLIFICACIÓN

Ramonet prácticamente pide al estado que solucione las contradicciones y la complejidad del movimiento, una posición pusilánime, subalterna y ventajista. La posición de Susan George si tiene una lógica argumental sobre la que debatir. Pero ambas intervenciones caen en el reduccionismo. Hay que tener en cuenta algunas cuestiones, como las puestas de relieve por Acción Antifascista de Suecia:

"...Hemos jugado un papel importante en la organización de las actividades de cara a la cumbre, entre otras cosas, participando activamente en Acción Gotemburgo 2001. La movilización de Gotemburgo no hubiese sido posible sin el trabajo de la izquierda libertaria... Se han relacionado nuestras actividades con los desordenes... irónicamente cuando estábamos buscando nuevos caminos para nuestras protestas... Planeamos imaginativos bloqueos en los que pacíficamente íbamos a penetrar las barreras policiales, con protectores corporales para no ser heridos por los bastones de los policías... Ninguna de esas acciones se pudieron realizar... La represión destruyo nuestras estructuras, arrestaron a nuestros activistas, clausuraron nuestras reuniones y confiscaron nuestras protecciones corporales. No tomamos distancia de los disturbios que tuvieron lugar, al contrario, muchos de nosotros participamos activamente en ellos. Pero no sentimos como que fuimos nosotros los que decidimos la agenda."

Si no se indaga la verdad, los pasos tácticos que den los mass media no tendrán dificultad en provocar golpes de mano dentro del movimiento:

"El Black Bloc no es una invención absurda. No debería ser asociado trivialmente con vandalismo y devastación irracional. Es una red informal de grupos de afinidad, principalmente -pero no exclusivamente- de anarquistas y se extiende por toda Norteamérica y Europa continental. Ellos han sido activos durante años, elaborando estrategias y tácticas y están dispuestos a transformarlas dependiendo del contexto, alianzas y objetivos... no son estáticos y pueden adoptar diferentes tácticas y buscar "fertilización-cruzada" como hicieron en la ciudad de Québec durante las movilizaciones contra FTAA. En esos días ellos actuaron con total respeto hacia la ciudad y sus habitantes, y concentraron todos los esfuerzos en destruir el <<Muro de la vergüenza>>... Sus componentes son activistas políticos, con los que podemos no estar de acuerdo con su teoría y practica, pero nosotros no creemos que sean descerebrados perros de Pavlov babeando a la vista de porras..." (Comunicado de los Monos Blancos de Bolonia y el colectivo Wu Ming)

La heterogeneidad de las contracumbres es ante todo política, humana y territorial. Aun no sabemos si a medio plazo ese cóctel será su valor o su debilidad, pero una cosa es esencial, las diferencias están entre muchas personas y colectivos de muchos lugares distintos, y nunca entre un gran saco de noviolentas y otro saco de violentas. Si aceptáramos ese esquema bipolar estaríamos creando una confrontación sin matices, no solo perjudicial sino falsa, y generada desde el espejo mediático. Se desguazaría así cualquier posibilidad de que el movimiento masivo de las contracumbres sea útil y transformador, si es que tiene alguna.

Salir de ese posible círculo dialéctico simplista es importante. En este sentido, hay que conseguir mas debate, contacto y aprendizaje. Sobre todo hay que evitar algo que puede estar acercándose peligrosamente, la lucha de hegemonías, auras y autenticidades. La superposición en las luchas por de los prestigios colectivos, partidistas o individuales, es lo que hace ausentarse a la política y el debate, más dañino que cualquier infiltrado policial.

ANTIGLOBALIZACION Y ELITE POLITICA

El reparto de legitimidades entre pacifistas y violentas puede desembocar en un proceso equivalente al finalizado en los noventa con la absorción de la militancia radical de los 60-70.

Una neohistoria está en camino. Desde los media se esta construyendo la genealogía de un movimiento hasta ahora carente de origen y estructura. Veremos en breve como construyen la historia de un fenómeno cuya legitimidad negaban y como le recrean un prestigio adecuado a la nueva situación. Desde ahí se marcara una agenda, una jerarquía de metas, y una estructura para un movimiento que hasta ahora tenia como única prioridad palpable (junto a la concienciación) paralizar u obstaculizar el proceso de toma de decisiones.

Hay un paso que si se da, dará lugar a dos, tres, cuatro, cinco... infinitos pasos mas. El nudo político fundamental de esta estrategia es conseguir crear dentro del movimiento antiglobalizacion una elite interlocutora. En la negociación del desarrollo de las cumbres o de determinadas reivindicaciones o concesiones, en reportajes periodísticos, documentales televisivos, entrevistas a determinados personajes... se gestarán los rostros y pesos de un movimiento que hasta ahora había sido tan horizontal como transversal, o sea, que su paternidad no pertenecía a nadie, y que tanto sus orígenes como sus objetivos eran diversos.

La creación de liderazgos públicos o fácticos tendría tres objetivos: la interlocución directa con las clases dirigentes; la interlocución mediática (con la "opinión pública"); y finalmente la de semillero de una nueva clase politica e intelectual que encaje dentro del orden establecido.

No se trata desde luego de sospechar de las personas que adquieran hoy un peso importante ya sea publico como dentro de los movimientos (se caería en la frivolidad inquisitorial y paranoica), sino de pensar en modelos de funcionamiento colectivo que contrarresten los previsibles procesos de absorción.

SOBRE EL PROCESO ASIMILACION

El sindicato termino siendo un legislador táctico y el revolucionario un burócrata, un gestor o un intelectual orgánico. Un híbrido de estos dos niveles de derrota es lo que se esta preparando. Hacer de determinadas personas y organizaciones los referentes, y convertir al movimiento de contracumbres (o antiglobalizacion, o...) en una especie de interlocutor social de la mala conciencia.

Ramonet ya ofrece una idea en la entrevista citada:

"La respuesta seria que organizaciones representativas de este movimiento social mundial estén presentes en la discusión concreta... Seria interesante que igual que hay un G-8, hubiese ocho representantes de la sociedad civil que discutiesen con ellos".

Aunque el ámbito y las formas no estén aun definidas, el movimiento antiglobalizacion puede estar llamado a poner en marcha un neosindicalismo global, negociador de los "excesos" del capitalismo. Esto lo convertiría en un ente con maniobra política pero incapacitado políticamente para tener agenda propia y un proyecto diferenciado de las actuales relaciones de poder.

Por otro lado aceptar ese papel de contrapeso dentro de los foros mundiales de los poderosos, resentiría el protagonismo que desde ya debe tener el trabajo local, y las búsqueda de formulas de democracia y respuestas de base. Si globalizar la resistencia termina por significar una elite alternativa replicante de la elite establecida, se terminaría cayendo en la caricaturización de lo que ya existe. Una sombra para un nuevo consenso.

EL PODER

Nos situamos entonces ante uno de los dilemas mas ancianos de los movimientos revolucionarios.

La diferencia entre reformismo y revolución es tan reduccionista como la que se hace entre violentas y no violentas. En su momento pudo ser plausible, pero la historia lo ha complicado todo, y ha demostrado que la realidad y los procesos son bastante menos geométricos y lineales que cualquiera de las teorías.

Ni la instrumentación del poder establecido, ni la destrucción del poder, ni la toma del poder, son validas. El poder no es ni neutral ni único, no es ajeno a nosotras ni tampoco nos pertenece. Orden y poder son conceptos distintos, uno representa lo establecido y estático, el otro representa una fuerza contradictoria siempre en movimiento, y que se encuentra en cualquier acción.

No es nuevo lo que digo pero pienso que es el sustento de cualquier cosa que se quiera poner en marcha. Cada una de nuestras acciones es un acto de poder, igualmente que un despido o un encarcelamiento, intentar paralizar una cumbre o boicotear una empresa, son ejercicios de poder. A esto se une la complejidad de las relaciones actuales y como hoy los órganos de decisión del orden establecido se difuminan, o como mínimo se alejan.

PREGUNTAS PARA UNA NEGOCIACIÓN DE LA TASA TOBIN

Hay riesgos a la hora de moverse en esta complejidad. Un riesgo es caer en un pragmatismo que convierta la acción política en un consuelo, como le ocurre a la izquierda institucional que termina sintiendo cierta satisfacción con una alcaldía o una concejalía de empleo y bienestar social.

El hecho es que ya se están poniendo en marcha mecanismos para hacer como mínimo la escenificación de determinadas "concesiones". Tanto políticos oficiales como intelectuales orgánicos comienzan a reclamar alternativas concretas al movimiento. Pero cuando el enemigo pide respuestas son preguntas lo que debemos hacernos. Habría que comenzar a hacer algunos cuestionamientos sobre la Tasa Tobin, evidentemente una de las pocas propuestas claras y elaboradas, y también la mas renombrada y debatida desde el stablishment:

- No se trata solo de saber si la Tasa Tobin servirá para algo, sino a que se tendrá que renunciar para conseguirla. Si, por ejemplo, para alcanzar las reivindicaciones de ATTAC, hay que permitir que se celebren en paz tres cumbres del FMI o el BM, sabiendo lo que conlleva de vía libre para tomar decenas de decisiones en otras cuestiones, ¿merecería la pena? ¿cuanto se gana y cuanto se pierde?.

- Los delegados afectados de las cumbres se sienten cercados aunque no lo estén (eso lo sabemos quienes vemos el día a día desde lo local), gracias a la potencia que se ha logrado concentrar durante las contracumbres. Lógicamente ellos querrán elegir las concesiones y a la vez los interlocutores. Si la acción de los amenazados sirve para otorgar mas peso político y mediático a unos movimientos que a otros, ¿es aceptable?. En un momento dado tácticamente podría serlo, pero ¿hasta donde?. Es evidente que no puede haber una equivalencia absoluta en el peso político de cada componente de las resistencias, pero la duda nace cuando ese peso lo atribuye el enemigo.

- Según Ramonet "El primer fondo recogido pagaría la deuda externa. Los países del Norte cobrarían, y los del Sur construirían escuelas...". Si asumimos que los mecanismos de la Deuda Externa son producto de un chantaje y una estafa ¿como se aceptaría un intercambio que les daría continuidad? ¿cual seria el calado de un acuerdo meramente financiero que no tocara la capacidad política de FMI, BM, y G-8?.

- Las verdaderas relaciones de poder están mas allá del G-8, FMI, BM... igual que los amos actúan a través de ellas, ¿no podrían actuar por encima de ellas por muy buen acuerdo que se lograra?

REFORMA/REVOLUCION

La frontera es difícil. El dilema reforma/revolución, está repleto de contradicciones. Esta claro que en el momento en que la actual red de poder acepte determinadas reformas, también pondrá en marcha dispositivos para compensar no solo las perdidas económicas sino también el desgaste político. Si la estrategia de las resistencias se sustentara en un toma y daca negociador con las autoridades internacionales, se terminaría en una dinámica de espiral interminable, la lucha entre el guerrero y el dragón que cada vez que es decapitado es capaz de parir una cabeza nueva.

Pero igualmente es política del consuelo dedicarse al activismo inmovilista, del panfleto a la asamblea y de ahí al sabotaje ocasional, en espera de la chispa, sin lograr hechos concretos mientras la lucha se desarrolla.

Si que parto de un hecho incontrovertible, no podemos convertirnos en la parte bonita de la porquería. No podemos aspirar a ser la sociedad civil de un mundo detestable, el ofrecimiento meloso por venir desde los núcleos de pensamiento oficial.

"Experiencias como las de las comunidades indígenas de Los Altos y la Selva de Chiapas o como las alcaldías de Porto Alegre y Belén, en Brasil (donde los ciudadanos deciden la manera de aplicar una buena parte del presupuesto), apuntan hacia lo que será <<la creación heroica>>..." (La Guillotina nº46). Las reformas significan conseguir pequeños logros ahora pero realizados por otras (el poder establecido) y utilizando siempre los mecanismos ya demarcados sin tocar los limites. Por su parte la revolución significaba romper los limites, era hecha por nosotras para nosotras, pero en un mañana infinito e intocable. Los mismos Centros Sociales con sus carencias son un intento de construir desde hoy, también las ocupaciones de tierras en Andalucía son experiencias que conjugan la lucha contra los mecanismos de poder con la construcción en el presente.

Si algún significado nuevo hay que utilizar es aquel "no future" del punk. Al hablar con Alejandro Moreno, de la revista mexicana "La Guillotina", vimos que esa fue la experiencia de los estudiantes de la UNAM en México, la regeneración del materialismo, rompiendo el componente religioso de la izquierda que se lo regala todo a un mañana intocable. El intento de desarrollar nuestro poder, la creatividad y la potencia en el presente como uno de los componentes revolucionarios mas importantes.

Construir desde el aquí, el ahora y el nosotras.

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