La cumbre de jefes de estado de la UE en Sevilla y Anarquistas contra el Capital: Una apuesta por la autogestión

Ateneo Libertario Eliseo Reclús de Jerez - Miembro de la coordinadora Anarquistas Contra el Capital

Desde febrero de este año, un grupo de colectivos e individualidades ácratas de Sevilla y de la provincia de Cádiz, encontramos necesario afrontar la cumbre de clausura de la presidencia española de la U. E. que tendría lugar en Sevilla durante los días 21 y 22 de junio, siempre desde una visión más acorde con nuestros planteamientos humanos y políticos. Una propuesta de lucha y acción, donde primasen el asamblearismo y la autogestión. Esta idea –diferente de otras más reformistas e institucionalizadas como la del Foro Social- que siempre guió nuestras estrategias, logramos mantenerla hasta el final, llegando a integrar la coordinadora los siguientes colectivos: CNT Andalucía, Ateneos Libertarios de Sevilla y Eliseo Reclús de Jerez, Grupos Anarquistas Leviatán de Cádiz, Amik@ de San Fernando y Alacrán de Málaga, FAI Andalucía, Juventudes Libertarias de El Puerto de Santa María, el Centro Social Okupado Casas Viejas de Sevilla... y ello sin olvidar a muchas individualidades que apostaron por esta forma de actuar, frente a otras alternativas.

La organización también contó durante los días de junio con una serie de comisiones específicas que facilitaban las tareas: jurídica, sanitaria, de acciones, lúdica...

Las acciones

Otra de las cosas que teníamos claro desde el comienzo de las asambleas, era que no debíamos caer en el tópico del “turismo revolucionario”, esto es, reducir tu actividad de lucha anticapitalista a los días de la cumbre. Anarquistas contra el capital rehusó de este carácter acotado en el tiempo y en el espacio, y, por ese motivo, desde abril comenzaron a realizarse acciones en diversos puntos de la geografía andaluza: se repartieron panfletos con diversos contenidos y distintos enfoques sobre el tema; el 1º de mayo se descolgaron pancartas en los principales puentes de algunas ciudades en los que podía leerse: “Estados, euros y pateras... ¿es esta la Europa sin fronteras?”, [...] se pegaron en las calles grandes murales, carteles, se ofrecieron charlas, se proyectaron vídeos, conciertos...

Durante los días 14 y 15 de junio, se celebraron unas jornadas [...], en una nave que l@s compañer@s de Sevilla okuparon y rehabilitaron con gran esfuerzo en el combativo barrio de El Pumarejo. La cual se convertiría en el punto de información y acogida de l@s anarquistas. Teníamos claro que no necesitábamos ningún camping - limosna del mismo Ayuntamiento que, por ejemplo, había talado meses antes los árboles de la Alameda para construir un parking.

Ya en los días claves el ritmo de trabajo fue frenético. Algun@s compañer@s demostraron su solidaridad de las más diversas formas a través de su labor: el 20, manifestación convocada por CNT coincidiendo con la huelga general y comida popular; el 21, en la plaza del Pumarejo, Food not Bomb, taller sobre okupación y un Reclaim the Streets, que logró burlar la imposición de la policía de finalizar en la Alameda, llegando hasta el centro de consumismo de la plaza de El Duque, y el 22, en El Salvador, much@s compañer@s se encerraron a media mañana en solidaridad con l@s inmigrantes encerrados desde una semana antes en la Universidad. Este encierro terminó momentos antes de la manifestación, que tuvo lugar a las 20:00 horas, desde Santa Justa hasta el puente de la Barqueta.

Es importante también decir que, durante todos estos días, se celebraron en la nave okupada, asambleas. En ellas se daban cita gentes muy dispares y los más distintos puntos del planeta: desde el Estado español, hasta EE.UU., pasando por l@s compañer@s grieg@s, suec@s, británic@s, franceses, daneses... Tod@s tenían el mismo peso y todas las propuestas eran debatidas.

La represión

A tod@s les sorprenderá que sólo hubiese dos detenidos en las movilizaciones: un compañero mexicano, por no llevar papeles en regla y que pidió asilo político en Francia, y otro griego, represaliado por los antidisturbios cuando procedía contra un símbolo del capitalismo. Este reducido número de detenciones, sin duda, se debe a la medida de seguridad más extrema que se tomó en Sevilla, que no fue sino la SOCIALIZACIÓN DEL MIEDO.

El Ministerio del Interior, apoyado en los mass media, lanzaron desde meses antes una campaña de terror con el fin de amedrentarnos.

Pero aún más. En un tiempo atrás, much@s compañer@s sufrimos identificaciones en diversos puntos de Andalucía, visitas de secretas a nuestros actos y en Sevilla, incluso, vari@s compañer@s fueron retenidos en dudosas condiciones legales, registrados sus domicilios, y llamados a declarar sin motivo en comisaría, además de difamaciones del estilo “sabemos que vendes droga”.

Todo ello sin mencionar la fuerte presencia policial a la que nos vimos sometid@s y, por qué no decirlo, intimidad@s. La mani del día 20 se abrió con registros a un@s 30 compañer@s y dos agresiones. Se nos escoltó con un fuerte cordón policial de antidisturbios que superaba en número al de manifestantes (unos 300), acompañados claro está de helicópteros, cámaras, secretas, etc.

El viernes fue, sin duda, el día del miedo. Desde las ocho de la mañana, la nave fue literalmente sitiada por los antidisturbios. Estaban por todas partes, hasta por las ventanas, pero no tenían orden de desalojo. Pensábamos que hubo detenciones y much@s compañer@s nos movilizamos, aunque reinaba el desconcierto: ETA arremetía en la costa del Sol, y nos llegaron falsos rumores de que había sido en Sevilla, con lo cual nos veíamos tod@s ya detenid@s. En el Food Not Bomb, sufrimos constantes identificaciones, una y otra vez, hasta el punto de que observaban hasta las ollas de la comida por si, en lugar de macarrones, llevásemos qué sé yo. Y entre identificación e identificación, algun@s tenían que aguantar insultos o frases como “¡yo ya estoy harto de anarquistas, morenitos y negros!”. Nada más comenzar el Reclaim The Streets, sobre las 19:30 horas, de las lecheras que habían tomado la plaza, aparecieron antidisturbios en posición de cargar. El valor de algun@s compas y la buena acogida de l@s vecin@s de El Pumarejo, posibilitó que saliésemos de allí, algo que en principio no estaban dispuestos a permitir.

En cuanto a la mani del sábado, el nivel de hostigamiento policial no fue tan alto como el del día anterior. Es cierto que había secretas por todas partes. (alguno que otro con tomates o piedras, lo que les hacía más cantosos aún. Quienes íbamos detrás, una vez más l@s anarquistas, podíamos respirar un ambiente enrarecido. Nadie quería otro Génova, fundamentalmente, porque teníamos las de perder. Una compañera sueca, contaba que nunca vio tanta policía, ni en Génova, ni en Gottembourg, como estaba viendo en Sevilla.

En resumen, todo es mejorable, por algo somos anarquistas. Pero Anarquistas contra el Capital, ha servido, además de para estrechar fuertes vínculos de amistad y acción, para demostrar a tod@s que tanto la autogestión, como la horizontalidad, son factibles en cualquier ámbito, desde el tuyo más íntimo, hasta uno en el que participen miles de personas, porque, en última instancia, el discurso cuantitativo de las vanguardias está trasnochado ya, primando el cualitativo. ¡Qué no es una utopía, qué es su pesadilla!

[Upa-Molotov]

 
         
   
 

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