Dosis de jarabe vietnamita

‘Nombrando a la Democracia/ sojuzgaron y mintieron/ ejecutaron, mataron/ bombardearon, sometieron/ Por eso y por mucho más/ lo que el yanqui necesita/ es una aumentada dosis/ de jarabe vietnamita/ …/ Siguiendo la religión del dólar crucificaron/ rebajaron, aplastaron/ ahorcaron, nazificaron/ Por eso y por mucho más/ lo que el yanqui necesita/ es una aumentada dosis de jarabe vietnamita».
De: «Redoble de conciencia»
Inteligencia y politización artificial a servicio del capitalismo deja su huella entretejida al fango fétido que globaliza el mundo en manos imperialistas donde el sionismo es una extensión más. Su ramificación abarca la UE convulsionando la economía enfrentando los pueblos a favor de intereses estadounidenses restregando permanentemente la intervención contra Rusia. Millones de euros y armas se imponen a perpetuar la “justeza” de Ucrania engrosando desde su dependencia a la OTAN, la degradación política al entretejido neonazi del führercito y corsario pro-yanqui y sionista europeo de mal agüero, relinchando de ambición belicoso, alarido bramando a la sombra del monstruo paralizando derechos al pueblo obrero remplazado por tropas aferradas al águila imperial.
Guerra contra los países díscolos del imperio, piratería de intereses y armas, abastecimiento al que se suma la UE en deterioro de la clase trabajadora supeditando culturas al Pentágono dinamitando el siglo.
Viejo sistema en disonancia contra la armonía de los pueblos donde sus derechos se observan con mirada extraña y censura la más de las veces imponiendo la inflación económica en balacera de impacto por donde desliza la injusticia las colas del hambre, abramos el telón: «…Muchas veces hemos pretendido que la soledad de los pueblos se llenase de lágrimas…» sigue hablando desde su obra completa
1935–1977 el poeta bilbaíno Blas de Otero: Parece como si el mundo caminase de espaldas hacia la noche enorme de los acantilados. Que un hombre, a hombros del miedo, trepase por las faldas hirsutas de la muerte, con los ojos cerrados.
Europa, amontonada sobre España, en escombros;
sin norte, Norteamérica, cayéndose hacia arriba;
recién nacida, Rusia, sangrándole los hombros;
Oriente dando tumbos; y el resto, a la deriva.
Ni la revolución bolchevique en 1917 pudo ser derrotada como el que juega una partida de ajedrez, aunque sí y desde adentro retorcida por el cuello aunque antes mucho antes de, esa unión de repúblicas poderosas vence una vez más en el campo de batalla, en este caso a la potencia más bélica armamentista férrea y numérica del mundo. Si la revolución de octubre representó para la clase obrera algo francamente emotivo hasta ensalzar su orgullo de clase, sintiéndose representada como legión esclava, estimulada a la toma de sus reivindicaciones derechos y añoranzas, Vietnam no lo fue menos, su rechazo al imperialismo lo expandió por todo el planeta, trasmitió confianza, en la seguridad de vencer de marcar el camino abanderando la lucha y no la reconciliación con los impunes genocidas. Es en dicho contexto histórico que los dinosaurios del falso socialismo y comunismo incrustados en el armazón tratan de no perder privilegios, reconocimiento capitalista, disputándose por los años 60/70/80 el sillón de las entretelas, pactos y alianzas al riego de democracias <<contra>> dictaduras. Opusieron a la lucha de clases la conciliación nacional en más de un país con todo su aparato impune castas rancias de todo pelaje y fuerzas represivas. Política en manos de la banca y patronal, redimieron sindicatos y demás aliados en privilegio de bienes privados.
Como moscas a la miel a partir de los sesenta van apareciendo nuevas alternativas que tampoco llegaron a nada pudiendo haberlo logrado. Más tarde cuando todo se puso en marcha a coronar los intereses imperiales de la Casa Blanca, se llenaron de progres las urnas del mundo en busca de progreso contra el olor de los pobres en lógica del FMI:
Europa, a hombros de España, hambrienta y sola;
los estados de América, saliéndose de madre;
la bandera de Rusia, oh sedal de ola en ola;
Asia, la inmensa flecha que el futuro taladre.
¡Alzad al cielo el vientre, oh hijos de la tierra;
salid por esas calles dando gritos de espanto!
Los veintitrés millones de muertos en la guerra
se agolpan ante un cielo cerrado a cal y canto.
El triunfo de Vietnam sobre el imperialismo lo asumió la historia a favor de los parias de la tierra. Consolidó aires nuevos en la decadencia ya de partidos generando un dinamismo optimista colectivo entre jóvenes del mundo más allá del mayo del 68. La militancia obrero-campesina y el estudiante concienciado tomaba alas. Vietnam aleteaba en las mentes de todos, era el ejemplo a seguir guía invencible muestra palpable contra el tigre de papel entre miles de victimas. Lo demostró años antes la URSS firme la bandera contra la barbarie de las tropas nazis. Las mismas (y las de Mussolini) que habían sido entrenadas contra la República, en el E. español en 1936, hasta generar el holocausto escalofriante. Ambos casos encarnaron al proletariado, por lo que sumo el triunfo de la revolución cubana en nuevo golpe al imperio anglosajón que parió USA. Patea y retuerce el monstruo feroz la humillación recibida contra Nicaragua sandinista y ésta lo vence. Nuevo descalabro a la vista, y el estallido juvenil, trona sobre el planeta dando la bienvenida revolucionaria resaltando en ello su empeño y optimismo su lección y entrega. El Movimiento hoy como ayer siempre 26, y el Frente sandinista, consolidaban una justicia de siglos negada, su historia, sus libertadores, sus victimas; aclamado Sandino por un torrente fenómeno internacional río caudaloso insostenible. Se consolidaba el derecho a reaccionar, a combatir, la lucha tomaba su verdadero sentido no para celebrar victorias sino para superar derrotas. El enemigo seguía siendo el mismo; la toma del poder de la clase oprimida recobraba sentido, nuevas formas de lucha de cuotas más elevadas, salto no solo cuantitativo también cualitativo abarcó pueblos y ciudades, y junto con la revolución China, los campos de acción se internacionalizan entre encuentros y guerrillas, y las calles ensanchan refriegas, hermosos murales y consignas contra el monstruo invasor y sus ejércitos de muerte sus burguesías criollas colonialistas y su esclavismo percápita ponderando explotación y muerte prematura.
Chile abrió el Palacio de la Moneda a la luz y la primavera irradió enarbolando las alamedas. Más tarde entró Venezuela asombra al mundo su última reelección, ha seguido ganando impregnada del mismo oxígeno desde entonces, y las guarimbas se resisten, provocan y airean el fascio en los tuétanos métodos represivos retrógradas investidas delincuencia y degradación su respuesta, y el pueblo se pone en pie de trinchera respondiendo a las contradicciones del capitalismo a todos sus secuaces de dentro y fuera. Del lado de Europa los dinosaurios del conformismo siguen nadando a sus anchas hincando rodilla y reverencia, y una, ni uno, es nada por muy revolucionario que se sienta si no hay una vanguardia dispuesta a la revolución a dar sentido a la militancia. No hay botones a apretar a favor y menos urnas donde el yanqui manda. Y si no hay partido revolucionario con R de revolución no hay motor ni constancia donde confronten todas las fuerzas, y menos un Frente Popular, sin vanguardia ni retaguardia que garantice, estabilice, involucre, organice, forme e intelectualice, coordine ejemplarizando experiencias actos de conciencia nuevas cuotas de lucha. No se pone en marcha un engranaje sin una base sólida sumando fuerzas al objetivo ideológico, desarrollando pequeños motores contra intereses multinacionales, e intentos al desequilibrio internacional, a la explotación económica y sometimiento de guerras provocadas por la misma multinacional. No se puede cacarear revolución sin desmantelamiento de sus bases militares sembradas, la militancia no es número, es conciencia, no para pasear la legalidad sino para combatir la disarmonía e imponer el ¡No pasarán! ¡Como en Vietnam! Es la política que llaman correcta la que ejerce la hiena humanan contra los pueblos hartos de promesas falsas, de restricciones de falta de respeto y derechos de clase –contra derechos de patria en guerras como Ucrania– contra el sionismo en Israel y el yanqui anglosajón en América contra todo oriente ¡’Sus Guerras’ no son nuestras!
La historia evidencia que resistir es poder responder sin consentir doblegar es sumisión, militamos para vencer, no para automutilarse y ser vencidos por el legalismo rastrero, no lucho para ser vencida cuando lo poco conquistado lo han abolido. Las urnas en Europa y resto de igual mundo legalizan el capitalismo el fascismo que alimenta la ocupación monopolista allanando derechos, espacio, cultura y recursos consintiendo la privatización de todo. El Tigre de Papel lo desenmascaró la China Popular, ni ella, ni Rusia, son las mismas, pero lo suficientemente inteligentes para no arrastrarse ni doblegarse a la OTAN imperial, ni venció Vietnam su gas mostaza. Ni el nuevo pantomima presidente del mismo imperialismo dominante ha conseguido que sucumba Palestina, Yemen, Líbano, Iraq, Irán… su ideario imperialista está siendo abatido, su orgullo su falta de escrúpulos y su ley del crimen.
Su avaricia carroñera seguirá pues expoliando las democracias consentidas como las de la UE que bajo tutela asumen y costean su tiranía entre guerra y guerra. Y la historia grita y revientan los pueblos hartos de formalismo correcto, de instinto perfeccionista, arma de guerra. Su, paz, libertad, defensa y promesas, se combaten no se respetan, ni a su ciencia ni a sus científicos que la separan de la clase que el águila USA, explota, ocupa y devora. Ni las fuerzas represivas ni el periodismo lacayo es sinónimo de pueblo, ni el clero histórico representó un mal menor ni la ley del patrón es justicia. La ‘lógica dialéctica’ sin lucha de clases no sirve; no al silencio, a la calma que supedita y al trato que nos brinda sus urnas; no a la democracia capitalista, y su OTAN, genocida. Las urnas del Pentágono no son las mías sus gobiernos no son aliados son el arma legal homicida contra los pueblos.
«Para ser revolucionario hay que hacer las cosas con amor», educándonos Quintín Cabrera generoso en su frase hermosa que tanto le reflejó y regó conciencia su corazón uruguayo, con su matecito y su guitarra de inolvidable aportación, riesgo y amor por los que luchan. Supera en el dolor la muerte de su papá la reacción de sus compañeros de liceo nocturno no se hizo esperar le regalan una guitarra. La situación es otra, el trabajo se impone por medio, asumió firmeza y adolescencia abrazó la sociedad: »Fui camionero, vendedor, empaquetador, carpintero… y llegué a ir agrandando mi pequeño círculo de oyentes». El 24 de Julio de 1967 siendo aún muy joven viaja a Cuba con otros creadores –Marcos Velásquez, Daniel Viglietti, Aníbal Sampayo delegación uruguaya al «Primer Encuentro Internacional de la Canción Protesta» del que posteriormente surge la «Nueva Trova Cubana»–.
Emotivo acontecimiento al que acuden cantantes de dieciséis países: Uruguay, Paraguay, Chile, Perú, Argentina, México, Cuba, Haití, países de Europa… La «canción protesta» queda entrelazada vinculando el movimiento internacional musical y poético con la lucha en defensa de la liberación de los pueblos oprimidos: «Aquélla fue la gran oportunidad de descubrir que si alguna vez habíamos caído en el error de pensar que estábamos solos, no lo estábamos –comentó Daniel Viglietti– nos encontramos desde todos los continentes la misma actitud de búsqueda, de denuncia». La gran resolución final del encuentro “La canción es un arma al servicio de los pueblos, no un producto de consumo utilizado por el capitalismo para enajenarlos […]. Y Quintín canta con la guitarra de Carlos Puebla; la escritora cubana Clara Díaz recoge en su libro ‘Sobre la guitarra’ la siguiente anécdota: los participantes del encuentro sostuvieron una charla amistosa e informal con Fidel Castro, que finalizó con un concierto familiar e improvisado en el que Quintín Cabrera interpretó su canción «El fantasma» –dedicada a Che–; Fidel entusiasmado exclamó: «Lo que canta ese chico es mucho más directo y eficaz que un mitin».
Esquina Montevideo: Al uruguayo Quintín Cabrera al militante y sus canciones que tanta conciencia aportó, a los magistrales músicos cubanos Pancho Amat y su Cabildo del Son elevando voces e impulsando ritmo al sentido internacionalista de la canción.
Maité Campillo (actriz y directora d` Teatro Indoamericano Hatuey)
La Haine