¡Anna Gabriel y Puigdemont, doblegaos maldita sea!

Con la noticia del exilio a Suiza de la militante anticapitalista de la CUP, Anna Gabriel, de nuevo los tertulianos del imperialismo español vuelven a la carga. Con lindezas como "si haces la revolución, haces la revolución y das la cara, no huyes" o "una anticapitalista se ha fugado a la cuarta ciudad más cara del mundo" escupen su rabia y su frustración. ¿Será posible que no se dobleguen? ¡Arrodillaos y pedid perdón!

Aboga ERC, o eso parece, por dar un paso atrás, constituir un gobierno catalán sin Puigdemont y continuar acumulando fuerzas durante la legislatura. Es una opción lógica en el sentido de que su objetivo es seguir fortaleciendo el independentismo. El problema de esta opción es que el imperialismo español no está por la labor de permitir ninguna opción que implique fortalecer a su enemigo. Dar comienzo a la legislatura no significa que el PP va a aliviar la soga que aprieta y ahoga. Cuando la izquierda da un paso atrás, la derecha persigue y destruye. Por eso ahora el gobierno español ha sacado del tema de "garantizar el español en las escuelas catalanas", porque no basta con encarcelar a los líderes del independentismo, hay que aprovechar e ir más allá e implementar mecanismos para perseguir la cultura catalana.

La otra opción es no doblegarse y apostar por que el gobierno español entre en crisis. Aquí reside la inteligencia de Carles Puigdemont y Anna Gabriel, internacionalizando el conflicto. Porque dentro de España el PP encarcela y oprime y no pasa nada, a nadie le importa fuera porque cada país tiene sus propios problemas. Sin embargo cuando la justicia belga o suiza tienen que implicarse y, por extensión, posicionarse, eso ya molesta más. Por ahora Europa sigue mirando para otro lado, sin embargo nunca se sabe. No todo es lo que parece. Ni el PP es de hierro ni las alianzas son imperecederas. A veces los castillos son de naipes y los palacios son de cristal. La CUP lo sabe.

Y una cosa está clara. Cuidado con los esquiroles de la causa catalana. Porque si por casualidad el gobierno español entra en crisis entonces los beneficios serán para todos. No solo para los catalanes.

Quizá esa ansiada crisis no llegue, sin embargo mientras haya resistencia habrá esperanza. Y que los anticapitalistas se exilien es parte de lo históricamente "normal". Eso ya se sabe que pasa. Lo que no es normal es que un líder burgués también se exilie y ahí hay un potencial desestabilizador incalculable. En América Latina, los burgueses que se rebelaron contra el imperialismo de EEUU no generaron revoluciones profundas pero sí momentos históricos para los pueblos.

En España los jubilados exigen en la calle una pensión digna, los raperos y periodistas alternativos son enjuiciados por informar y por opinar. Y mientras tanto los corruptos en el poder se pasan la pelota de a ver quién robó más. Y la vida sigue.

Por eso clamamos: ¡Que viva la república socialista catalana!

La Haine