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Estado español :: 23/07/2018

El PP, eligiendo a Pablo Casado, se ha equivocado de líder

Barrios al Poder
Intentan imitar a Ciudadanos poniendo a un "líder joven" como presidente.

Podemos celebrar que el PP está absolutamente desorientado. No sólo perdió la presidencia del gobierno con una moción de censura (un mecanismo que, en palabras del ex ministro del PP José Manuel García-Margallo, "se inventó para que nunca triunfara") a manos de Pedro Sánchez, sino que ahora pretenden ir a la moda e imitar a Cuidadanos eligiendo a un "líder joven" para que se ponga al frente del partido. Sin embargo eligiendo a Pablo Casado acaban de meter la pata hasta el fondo.

Para los intereses del Partido Popular, Pablo Casado estaba estupendamente colocado donde estaba. Es un político con cara de niño que cae bien a las abuelas que le ven en la tele y tiene soltura para hablar en público. Un joven que encandila con su estilo y es capaz de levantar pasiones. Pero no tiene la robustez de un líder que necesita generar equilibrios internos en una jaula de tiburones. Es una especie de Niño Torres suscitando ilusión a su vuelta al Atlético de Madrid, llenando el estadio en su recibimiento, pero que nunca fue capaz de echarse el equipo a la espalda, ni en su club ni en su selección española. Una persona con capacidad, personalidad y autoridad para hacerlo fue, por contra, Andrés Iniesta, por eso en 2010 pasó lo que pasó.

Por el PP han pasado en los últimos años líderes de hierro que han colocado al partido en un lugar privilegiado de la política española, subiendo en votos año tras año [por increíble que paresca] hasta llegar a la presidencia del gobierno varias veces mientras la izquierda se hundía en su crisis particular. Tanto Aznar como Rajoy han logrado absorber a la extrema derecha dentro de su círculo de influencia y han construido una imagen imperial de que "la derecha siempre está unida". Y no es cierto, en la derecha hay auténticas escabechinas, la mayoría de las veces peores que en la izquierda, sin embargo los liderazgos del PP han sido efectivos.

Recientemente, las denuncias de corrupción y la erupción de alternativas políticas como es el caso de Ciudadanos, han hecho que el PP tema por su supervivencia. Sin embargo Soraya Sáez de Santamaría podría haber cumplido mucho mejor que Casado el papel de centro de convergencia fuerte donde mantener en equilibrio las fuerzas internas del partido y relanzar el proyecto de forma medianamente cohesionada. No es mediáticamente tan guay como Casado pero tiene la robustez y el carácter de una líder. Casado no. Y enfrente van a tener a Albert Rivera, que es igual de guay que Casado frente a las cámaras de televisión, encandila del mismo modo a las abuelas, pero además tiene la capacidad de ejercer de líder real dentro de su partido. La diferencia es importante y por eso todo apunta a que Ciudadanos va a ir comiéndose cada vez más cachos de la tarta del PP.

Por lo tanto podemos atrevernos a prever que después de este boom inicial de ilusión y "renovación" que ha generado Pablo Casado, el PP se va a ir desinflando lentamente. Y no será por los estupendos discursos (fascistas) de su nuevo presidente, sino por su fragilidad y debilidad a la hora de controlar las luchas de poder dentro de su partido y las ansias de acuchillarse los unos a los otros, él incluido.

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