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Cuba :: 17/09/2018

Cuba, 2016: Cómo el Estado obligó a la gente a salir a la calle a homenajear a Fidel

Barrios al Poder

Dicen que quién busca una buena respuesta debe hacer una buena pregunta. Para eso, para saber qué sucedió realmente en las calles de Cuba tras la muerte de Fidel el 25 de noviembre de 2016, hablamos con Karina, joven de 35 años, trabajadora en una empresa cubana de biotecnología en la ciudad de La Habana.

- ¿Cómo hizo el Estado cubano para oprimir a la gente y obligarle a salir a la calle para homenajear a Fidel cuando murió?

¿Eso decían afuera? ¿de verdad? Vaya, lo único que tiene que venir el imbécil que dijo eso y haber estado en las calles cubanas para ver que no fue así. Y ver el silencio que había en Cuba, que la gente no ponía ni música esos días, porque la gente estaba triste. Super triste. Un ambiente de tristeza total.

Hubo gente que no durmió esa noche. La noticia la pusieron a las 22:25 por el televisor, la gente aún no estaba durmiendo, fue un viernes. Y la gente se fue avisando los unos a los otros y al otro día por la mañana llegaban los relatos de los que no había dormido después que se enteraron, que se quedaron despiertos porque la televisión estuvo poniendo documentales y cosas de Fidel. Y se quedaron despiertos toda la noche porque la gente no podía dormir, estaba muy triste.

Hubo unos desgraciados en Guanabacoa que intentaron hacer como una fiesta y tuvo que ir la policía a protegerlos porque la gente les tiraba los cubos de basura en la entrada de la casa y les increpaban. Bueno, la policía esperó a que les tiraran todos los cubos de basura y después les protegió...

Pero fue el momento más triste que yo he visto en Cuba en toda mi vida. Un país en duelo de verdad. Todo el mundo pensando en lo que había perdido y en todo lo que representaba Fidel.

- ¿Cómo fue el homenaje en la Plaza de la Revolución?

Fue como la despedida en La Habana y duró un día y medio en la Plaza de la Revolución. En la parte de arriba, en el área del memorial, se puso una foto de Fidel y flores -todavía me acuerdo y me pongo triste porque de verdad que fue un momento super triste- y la gente subía y pasaba por ahí, era una manera de rendirle homenaje. Ahí no estaba la urnita de Fidel, estaba en la plaza pero en otro lugar, entonces la gente sólo pasaba a rendirle homenaje y ponerle flores fuera si quería, había gente que ponía fotos y cosas así. Eso estaba muy organizado para que todo el mundo pudiera pasar en orden, posar y así.

Eso fue un lunes, y como nuestro centro de trabajo es grande nos pidieron ayuda para hacer los cordones de organización que van guiando a las personas para pasar. Nos avisaron para la gente que quisiera voluntariamente ayudar a organizar las colas y todo porque no daban abasto; eran demasiadas personas yendo a la plaza a rendir homenaje. Entonces hubo una pila de gente de mi centro que nos ofrecimos voluntarios, alrededor de un centenar de personas, y eso fue simplemente preguntar quién quiere ir y quién puede; había personas con hijos o lo que fuera que no podían ir tantas horas. Llegamos alrededor de las 2 de la tarde y salimos a las 11 de la noche. O sea, estuvimos toda esa tarde de pie sin podernos sentar porque había que estar organizando a la gente, haciendo separaciones entre las filas, etc.

Y yo veía a todo el mundo que iba llegando... fue una experiencia muy bonita, a mi me gustó hacerlo y de hecho después los que fuimos voluntarios lo compartimos y lo hablamos entre nosotros: lo vivimos como una manera de hacer algo útil. Como hacer una última cosa por Fidel, sentíamos que era lo menos que podíamos hacer por él. Y también era bonito porque pensábamos "contra, puedo hacer algo por él aunque sea así, al final" [lágrimas en los ojos].

Nosotros estábamos en el último cordón, ya casi en el memorial, donde la gente subía. Entonces era muy emocionante porque ahí la gente llegaba, por ejemplo la familia completa con los niños chiquitos vestidos de uniforme de escuela; la gente iba como que enseñándole a los niños la historia de su país. Porque los niños pequeños casi no vieron a Fidel, ya él estaba enfermito y no era tan público en los ultimos años y lo conocieron más bien por los libros de historia y así. Pero entonces como que los llevaban ahí para que tuvieran ese recuerdo de la última despedida de Fidel. Me pareció una experiencia super bonita. Y nosotros fuimos los últimos que pasamos. Y fue impresionante subir, a pesar de que ahí no habia nada, era tan solo una foto de Fidel, nada más.

- ¿Y la gente hizo cola durante horas simplemente para ver la foto?

Sí, bueno, era hacer la despedida más bien. Y así se hizo en todas las provincias, la gente hizo cola para firmar el libro. Es decir, cuando tú pasabas firmabas primero el libro de Concepto de Revolución, que era como firmar que estabas de acuerdo en seguir con el legado revolucionario de Fidel. Tú firmabas si tú querías, pero todo el mundo pasaba y firmaba y después subías al memorial donde estaba la foto de Fidel con flores y la guardia de honor. Por cierto, la guardia de honor la hicieron muchas personas destacadas del país, desde científicos, deportistas, gente de la cultura, militares... diferentes personas.

Y la gente hizo horas de cola para pasar solo para eso. Era como para demostrar que nosotros queríamos despedirnos de él. Y recuerdo que cuando yo pasé me emocioné muchísimo. Muchísimo [lágrimas, voz rota]. Fue un momento muy especial, fue como haber perdido a alguien muy destacado, alguien que había impactado en tu vida, en ayudarte a ser lo que tú eres, a tener todo lo que tienes hasta ahora. O sea alguien que era muy importante en eso. Y de repente como que pierdes a esa persona físicamente. Y así fue en todas las provincias del país.

- ¿Cómo se vivió el recorrido de la caravana con los restos de Fidel?

La caravana fue desde La Habana hasta Santiago de Cuba. Después hicieron la caravana inversa con el mismo recorrido que hizo Fidel en el 59 durante la guerra revolucionaria, desde Santiago hasta La Habana. Era todo muy simbólico. De hecho Fidel se murió el 25 de noviembre, cuando se cumplían justo 60 años desde que habían salido de México en el yate Granma con el primer grupo de guerrilleros. Era todo el rato así, Fidel es todo símbolos. Todo, hasta su muerte fue un símbolo.

Entonces durante el recorrido de la caravana a la gente se le decía dónde podía colocarse para que el recibimiento en los pueblos fuera ordenado. La gente iba espontánea, todo el mundo quería ir, lo único que se hizo era organizarlo para que no haya aglomeraciones en un solo lugar, etc.

Cuando la caravana salía de La Habana nosotros fuimos a la calle 23 y Paseo. Y yo vi muchachas militares de las que estaban en el cordón cuidando esa zona, y después que pasó la caravana con los restos de Fidel echarse a llorar. Se abrazaban. Estaban ordenando las filas para evitar las aglomeraciones para que no se cruzara la calle nada más. Yo estaba ahí y no podía aguantar las lágrimas.

Y vi en muchos lugares que la gente espontáneamente, cuando pasaba la caravana, empezaba a cantar el himno nacional, así erguidos, como una forma de despedirse.

Luego hubo una frase que salió ese día de Gerardo González Llort, uno de los llamados "5 héroes cubanos". Él con otros compañeros esos días salieron hasta la Universidad de La Habana y se les ocurrió una frase, en realidad sencilla, pero que luego impacto mucho en toda la gente, que era "YO SOY FIDEL". O sea como que Fidel ha muerto pero Fidel somos todos, y esto continúa. Entonces esa frase surgió esos días ahí y se ha convertido en un lema, y había mucha gente que se lo pintaba en la frente. Hubo una niñita chiquita a la que preguntaron que por qué se lo había pintado en la frente, y dijo que porque no podía escribírselo en el corazón [lagrimas].

Eso fue en todo el país. Porque la caravana la retransmitieron completa durante varios días en directo. Por la noche paraba por determinados lugares hasta el otro día por la mañana. Y fue muy bonito porque veías en todos los lugares la misma reacción de la gente en las calles, cada vez que pasaba Fidel los veías igual gritando "¡Yo soy Fidel!", ya la gente empezó a gritarlo por todos lados, o sea fue algo que pegó muy rápido. Y si no era eso también cantaban el himno nacional. Fue algo super emocionante.

Y así hasta que llegó a Santiago de Cuba. Pasó por el cuartel del Moncada como una despedida de Fidel que también fue muy emocionante porque fue donde empezó toda la lucha. Y después llegó hasta Santa Ifligenia, donde está el cementerio. Allí ya sí la gente se quedó fuera, porque la familia pidió tener ese momento de intimidad. Y al final ya el entierro. La familia se merecía un momentito para tenerlo para ellos. Siempre lo han compartido con 11 millones de cubanos y necesitaban al menos un momento para ellos.

Si no fuera por la tristeza del momento, es lo más bonito que ha pasado en los últimos años, porque es la demostración de todo un pueblo de sentimientos que tenían por una persona. O sea, es algo que tú puedes imaginárte que existía, pero cuando todo el mundo lo demuestra de esa manera y a la vez, es impresionante.

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