¡No a la impunidad de los crímenes fascistas!

Hace escasos días hemos contemplado atónitos en los medios de comunicación la condena exigua que han recibido los asesinos de Pablo Podadera, el muchacho que estaba celebrando su 22º cumpleaños en un bar de Málaga y que por intentar mediar en una pelea recibió golpes y patadas que acabaron con su vida.
Desde hace muchos años diversas organizaciones sociales y políticas malagueñas veníamos alertando del incremento de agresiones por parte de individuos pertenecientes a organizaciones neonazis y fascistas en nuestra ciudad y a la necesidad de frenar esta peligrosa escalada.

Durante muchos años en un fondo del Estadio La Rosaleda se ha estado consintiendo por parte de las instituciones políticas y policiales que un grupo, muchos de cuyos miembros asistían a los partidos con camisetas de ideología fascista, atemorizara a aficionados que querían disfrutar del fútbol en paz. Los asesinos de Pablo Podadera eran miembros de ese grupo y de una pretendida asociación cultural de ideología neonazi que tiene su sede en la barriada de Huelin.

Evidentemente esto se veía venir y una buena parte de la responsabilidad de que Pablo haya sido asesinado la tienen esos organismos públicos que por desidia o complicidad no han estimado necesario perseguir al fascismo que ha ido creciendo en Málaga.La condena de sólo tres años y dos meses a estos dos conocidos neonazis por destrozarle la cabeza a puñetazos y patadas a Pablo Podadera hasta matarlo contrasta dolorosamente con los cinco años de condena que recibió el joven sindicalista Fran Molero por participar en 2013 en el “Rodea el Congreso”.

Para la justicia española parece que es mucho más punible manifestarse en defensa de los derechos laborales y sociales frente al Congreso de los Diputados que segarle de cuajo la vida a alguien, cuando quiénes lo hacen son reconocidos fascistas.Hacemos un llamamiento a la opinión pública malagueña para que el peligro ultraderechista que estamos padeciendo sean respondido a través de una unidad antifascista cada vez más necesaria.

Una sociedad amenazada por estos matones no puede ser nunca libre. Málaga padeció tras la Desbandá el terror fascista y esas situaciones no pueden volver a repetirse.

¡No a la impunidad de los crímenes fascistas!¡Andalucía antifascista!