¿Vacuna contra el SIDA en Camerún?

x Jesús García Blanca

Comentarios al artículo de Tikum Mba Azonga, “Camerún: ¿cura para el SIDA?”, publicado por New African y por Rebelión el 22 de enero.

Tres aclaraciones previas

1. En el contexto de la “Teoría de la Infección” –que no comparto- una vacuna es un instrumento de prevención que por definición se utiliza ANTES de que se produzca el contagio. Es decir, una vacuna NO es un tratamiento.

2. La Inmunidad consiste en una compleja red de procesos y mecanismos que los seres vivos poseemos y utilizamos para mantener la salud y asegurar la supervivencia. Los llamados “CD4” –más exactamente: Linfocitos T- forman parte de esa red pero (a) en modo alguno pueden ser considerados como un indicativo único para evaluar la capacidad de reacción inmunitaria y (b) no poseen una función de defensa contra agentes externos, sino que su labor consiste principalmente en la limpieza y el reciclaje de restos celulares.

3. Hasta el momento, nadie ha podido aislar el “VIH”. Siguiendo la mencionada Teoría de la Infección, sería necesario determinar el agente causal de una enfermedad infecciosa para poder desarrollar una vacuna. Este no es el caso.

Respecto al Vanhivax

1. Puesto que –según la información disponible por el momento- el Vanhivax se administra a personas YA ENFERMAS, parece poco adecuado llamarlo “vacuna”; se trataría más exactamente de un tratamiento aunque su modo de acción sea diferente de los ya conocidos.

2. Puesto que en el estado actual de la investigación ha quedado suficientemente demostrado que el SIDA no tiene una etiología viral, parece claro que el Vanhivax no funciona por los motivos que su descubridor supone. Esto no quiere decir en absoluto que no funcione; no sería la primera vez que una estrategia terapéutica da resultado por motivos muy distintos de los que supone su descubridor, que la evalúa en función de su concepción de la enfermedad –en este caso siguiendo la errónea teoría propuesta por los que defienden el origen viral.

3. Para poder establecer con precisión los mecanismos de acción del Vanhivax habría que disponer de más información. Por ejemplo: ¿Qué procedimientos se utilizan para extraer el supuesto “VIH” de los pacientes? ¿Cuál es el procedimiento exacto de elaboración de la vacuna? ¿Cuál es el mecanismo de acción preciso que le atribuye su descubridor? ¿Qué criterios se utilizan para medir la “eliminación del virus”? ¿Con qué otros criterios se evalúa el estado de salud del paciente? ¿Qué significa exactamente “virus muertos”?

Lo que hace falta para acabar con el SIDA –en Camerún, y en Massachussetts y en Toledo- no es una vacuna que jamás se fabricará, sino desenmascarar a quienes llevan muchos años medrando a costa del dolor, el sufrimiento y la muerte de millones de personas.

 
       

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