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Madrid :: 07/09/2010

Centro Social Tabacalera: hacia el monopolio de la alternativa

Jonas Balena, O Resentido Galego
El surgimiento de este espacio no puede mas que hacernos ilusionarnos con la esperanza de un nuevo centro de esparcimiento lúdico del izquierdismo mas pactista y triste.

Una nueva estela de la Vieja Palabra ha aparecido en el horizonte
madrileño. Su nombre responde al de Centro Social Autogestionado
Tabacalera. A los que desde hace tiempo aberramos de la situación de
derrotismo, pistolerismo movimientario, falta de alternativas y
aceptación sumisa que se desarrolla en el desierto mesetario y
capitalino, el surgimiento de este espacio no puede mas que hacernos
ilusionarnos con la esperanza de un nuevo centro de esparcimiento
lúdico del izquierdismo mas pactista y triste.
Si por las dimensiones se ha de medir la capacidad de transformación,
esta Tabacalera es muy grande, muchos metros cuadrados, salvados de la
especulación urbanística, pero ganados por la especulación
izquierdista más conciliar al Espectáculo, el Capital y el duo
Gallardon-Aguirre.

Los jóvenes chicos (ya no tan jóvenes) vuelven a su barrio de toda la
vida, y no, no es ninguno de los barrios residenciales de Aravaca,
Pozuelo o Majadahonda, ni tampoco Chamberí o Salamanca, que tal vez
fuera el lugar donde nacieron, se educaron y donde primeramente se
relacionaron, sino al Barrio con mayúsculas: Lavapies, el castizo
lugar donde gestaron sus primeras oleadas de buen rollo político, de
desembarco pseudoautónomo y de buenas prácticas de dialogo vecinal (si
entendemos dialogo vecinal como el decirle a los viejo vecinos y
nuevos migrantes lo que es mejor para ellos) desde mediados la década
de los noventa, si mi memoria histórica no me falla.

Las posibilidades revoltosas, insurgentes, revolucionarias o insumisas
quedan una vez más frustradas por buenas dosis de patrimonialismo y
patriarcalismo del izquierdismo. Si algún día la guía fue Marx, éste
quedó engullido por un movimiento leninista de corte cultural, una
veces aderezado por Debord (ay, aquellos primeros tiempos), otras por
los restos más apaciguadors y apaciguadores de la autonomía italiana
(Balestrini, Negri, etc…) o de lO más refinado del postestructuralismo
galo (Deleuze, Foucault, Guattari, Baudrillard, etc…) o si se quieres
hasta de tonalidades queer, feminista o de adoración del cyborg
(Preciado, Butler o Haraway). Y si en su momento mostraron interés en
hacer un laboratorio donde experimentar con un barrio de currantes
marginalizado y criminalizado por el Poder, pues ahora el laboratorio
se traslada en ferrocata a conectar con el nuevo sujeto de interés:
aquellos que ellos llaman los migrantes. ¿No lo sabían? Todos somos
migrantes, precarios, tenemos conocimientos de varios idiomas, las
ganas de montar una buena fiesta de solidaridad y de beberse unas
copitas, y si cabe meterse una rayita. Como dice la propaganda
Gallardon-Aguirre, el Metro de Madrid vuela, y en este caso Tabacalera
conecta con el otro centro de pacto social (CPS) más relevante y
admirado de la Capital: el Patio Maravillas, en el eje contestatario
más chic, el eje Lavapies-Malasaña.

Tabacalera fue si duda uno de los más beneficiosos negocios del
Estado, allá en los tiempos en los que éste tenía el monopolio de la
distribución, de regalías e impuestos que le permitía vender auténtico
veneno como si fuera tabaco. Atrás había quedado la autoproducción.
Luego cuando las denuncias públicas y científicas fueron haciendo
suficiente mella, y los gastos sanitarios se incrementaron de forma
exponencial, que mejor que criminalizar al adicto a la nicotina
estatal y fiscal, e iniciar una campaña contra el fumador, eso si sin
dejar de tasar el tabaco en todo lo posible. Nuestro deseo sería que
el centro gestionado que toma el nombre de Tabacalera no aspire
también al monopolio de las ideas, según ellas autogestionarias y
transformadoras, aunque dado el número de adictos al izquierdismo más
bien enrollados que pululan por la capital del Reino, creemos que será
un movimiento en expansión. A fin de cuentas un cigarrito de la risa
es más interesante que el eco-reformismo de la deforestada Izquierda
Unida al Capital, el neoestalinismo de Corriente Roja, o los aires de
grandeza revolucionaria de los hegemónicos de la Extrema Izquierda
Española como el POSI, Izquierda Anticapitalista o el Partido
Comunista de los Pueblos de España. Con lo cual desde aquellos que
crean que es necesario el dialogo con el Poder, que mejor sitio que
mediar allí donde son más cercanos, próximos y permisivos como es ese
espacio liberado mediante cesión colonial llamado Tabacalera. Eso si
absténganse los que fumen, dado que parece que el centro se ha
adaptado a la normativa por ley estatal, comunitaria y municipal de no
fumar en espacios públicos, pero eso si, de buen rollo majetes.

Jonas Balena, O Resentido Galego

 

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