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Estado español :: 03/05/2011

Comunicado del 1º de mayo

Acción Antifascista Salamanca

Hoy es 1º de Mayo. Como todos sabemos, Mayo es un mes marcado por una historia, una tradición de lucha que arrancó un primero de mayo de 1886 allá en Chicago, cuando un grupo de trabajadores organizó una movilización popular reclamando una jornada laboral de ocho horas en una época en que lo “natural” era trabajar entre 12 y 16 horas por día. La mayor “democracia” del mundo respondió brutalmente y encarceló a un grupo de militantes populares en un intento de escarmentar a toda la clase trabajadora de los Estados Unidos y por qué no, de todo el mundo. Tras un proceso plagado de irregularidades, fueron detenidos los dirigentes anarquistas Adolph Fischer, Augusto Spies, Albert Parsons, George Engel, Louis Lingg, Michael Schwab, Samuel Fielden y Oscar Neebe. Los cuatro primeros fueron ahorcados el 11 de noviembre de 1887. Lingg prefirió suicidarse con una bomba que él mismo había preparado en la cárcel antes de padecer la “justicia del sistema”. Miguel Schwab y Samuel Fielden fueron condenados a prisión perpetua y Oscar Neebe a 15 años cárcel. Miguel Schawb dijo al escuchar su condena que a aquel tribunal le reconocía ninguna autoridad y que su lucha y la de sus compañeros era de una justicia tan evidente que no había nada que demostrar. Ellos luchaban por una jornada laboral de 8 horas pero que: “Cuatro horas de trabajo por día serían suficientes para producir todo lo necesario para una vida confortable, con arreglo a las estadísticas. Sobraría, pues, tiempo para dedicarse a las ciencias y el arte". Porque, claro, las ciencias y el arte deben ser para todos. José Martí, entonces corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires (Argentina) relató el momento de la ejecución:

“...salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro... Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: "la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”

Han pasado 115 años de aquellos crímenes de Chicago y ha pasado mucha agua y mucha sangre bajo el puente. Los obreros de todo el mundo eligieron el primero de mayo como jornada de lucha, de recuerdo de sus compañeros y de lucha por sus derechos, de ratificación de su condición de ciudadanos libres, con plenos derechos, según decían las propias constituciones burguesas que regían la mayoría de los Estados modernos. En nuestro país cada primero de mayo nuestros trabajadores tomaron las calles desafiando al poder, recordándole que existían y que no se resignarían a ser una parte del engranaje productivo. La lucha logró la reducción de la jornada laboral, las leyes sociales y la dignificación del trabajador. El poder se sintió afectado y en cada ofensiva pretendieron y en ocasiones lograron, arrasar con las históricas conquistas del movimiento obrero. Persecuciones salvajes, secuestros, torturas y desapariciones, durante los gobiernos golpistas; amenazas de despidos, rebajas salariales, desaparición de derechos, precarización laboral y la complicidad de dirigentes sindicales, son en los últimos años las armas del poder para mantener y aumentar su tasa de ganancia a costa del sudor ajeno. El capitalismo salvaje, valga la redundancia, nos extorsiona. Márgenes de ganancia escandalosos, avaricia sin límites, un Estado que hace la vista gorda, pero sobre todo la pérdida de valores básicos como la solidaridad, el compromiso, la lucha, llegando a épocas donde las leyes que protegían a los trabajadores se volvían tan “flexibles” como inflexibles se volvían las leyes que garantizaban el enriquecimiento ilícito de los funcionarios a los que se les pagaba sueldos y sobresueldos con la excusa de defender los derechos de los ciudadanos e inflexibles se volvían las seguridades jurídicas que, como sabemos, sólo son para los dueños del poder y las cosas.

Y llegamos al 1º de Mayo de 2011. Un 1º de Mayo marcado por la crisis, la intervención en Libia, las elecciones municipales y autonómicas, la “reforma” laboral y la traición más escandalosa de los sindicatos mayoritarios. Un 1º de Mayo marcado por un círculo vicioso de interés: poder económico, político y sindicatos cómplices y colaboracionistas del sistema. En este contexto de crisis, nos han dado duro, hemos perdido derechos laborales, sociales, sindicales y humanos. Hemos perdido libertad de expresión, de libre comunicación, y de libre asociación. Hemos perdido memoria histórica. El ataque que estamos sufriendo bien recuerda al de la patronal en el s.XIX. La clase trabajadora y los colectivos sociales más desfavorecidos sufrimos en primera línea estos abusos y nos tiene que doler, maldita sea, nos tiene que doler. Nos tiene que doler haber perdido todos aquellos derechos por los que cientos de personas han muerto. Desde Acción Antifascista Salamanca creemos que este es el momento de cambiar esta sociedad, destruyendo de una vez por todas el capitalismo y creando una sociedad justa, libre e igualitaria. Dejemos a un lado la pasividad y el miedo, y salgamos a la calle a por lo que es nuestro, nuestra vida y nuestro futuro. No tenemos nada que perder y mucho que ganar. Luchemos con el mismo ahínco que lo hicieron aquellos trabajadores de Chicago. Como escribió uno de ellos, Fischer, mensaje que le llevó a la horca:

“Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!

¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernan están ávidos de sangre trabajadora? Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con el terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria.

Si se fusila a los trabajadores, respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo.

Es la necesidad lo que nos hace gritar: ¡A las armas!.

Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden...

¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!

¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos!”

Para más info: http://www.antifasalamanca.net/

 

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