lahaine.org
Anti Patriarcado :: 19/11/2006

Contra la explotación sexual de las mujeres. ¡Exijamos empleo, trabajo nos sobra!

Leonor Lagar
En el Estado Español hay cada vez menos empleo para las mujeres, la inmensa mayoría que tiene un contrato es precario y mal pagado, todas cobramos menos que los hombres, son datos objetivos y oficiales.

El gobierno Zapatero empeñado en "políticas de igualdad’ demuestra en los hechos que ha institucionalizado muchas de las demandas de género para vaciarlas de contenidos reales y dejarlas en meras palabras.

Estamos muy lejos de la igualdad en el empleo a pesar de tantos "planes de mejora de oportunidades", solo vemos carteles publicitarios, anuncios en la tele y discursos.

En este espejismo de igualdad un sector del feminismo burgués o pequeño burgués instalado en los despachos gubernamentales y en algunas ONGS se beneficia de la creciente exclusión de las mujeres trabajadoras aportando discursos de género a la conciliación de clases.

Es en este marco donde situamos el actual debate en torno a la prostitución.
En realidad, el debate acerca de si el estado debe decidir medidas legislativas para favorecer a las trabajadoras que están en situación de prostitución.

Las mujeres trabajadoras nos encontramos frente a la creciente ofensiva del capitalismo-patriarcal que pretende que sigamos pagando los platos rotos de este siniestro sistema de máxima ganancia para los explotadores.

En este Estado y en el resto del mundo, explotación, opresión y violencia para las mujeres siguen siendo necesarios para que las asignaciones de clase y género no cambien, sino que por el contrario se perpetúen, porque nuestro trabajo, en el ámbito doméstico y en el público genera innegables beneficios para la clase parasitaria.

El trabajo en el seno de la propia familia nunca ha sido remunerado ni las feministas esperamos que lo sea, queremos que se reparta y que los hombres asuman su parte de responsabilidad y pierdan privilegios y queremos que el estado asuma toda la responsabilidad en los cuidados y atención de las personas que lo necesitan. Y queremos también que la familia como institución vaya desapareciendo, y que desaparezca la propiedad privada, en especial toda la propiedad que se ejerce sobre nuestros cuerpos y recuperar lo que nos pertenece.

Cuando el trabajo sexual, se mercantiliza en el ámbito público, los hombres ejercen su derecho como consumidores a comprar cuantos cuerpos y servicios puedan costearse.

La diferencia entre los distintos trabajos que el sistema patriarcal asigna a las mujeres radica en que muchos de estos trabajos son y seguirán siendo necesarios para la especie independientemente del género, por ejemplo, los cuidados de alimentación, calor, caricias o higiene, son trabajos que pueden y deben ser asumidos por todos los hombres para que dejen de ser una actividad femenina, en cambio, el trabajo de satisfacer la demanda sexual masculina a la carta no es un trabajo necesario para la especie humana sino para privilegio de un género sobre otro y para el mantenimiento de las relaciones de poder patriarcales.

Poder organizado en base a la apropiación de la sexualidad de las mujeres, y que se mantiene con una violencia estructural, y una violencia específica en el orden sexual contra las mujeres y lxs niñxs.

La violencia sexual es una de las violencias de género y se expresa de distintas formas según la tradición y el país, pero tienen un signo común, el control y el terror sobre la mente y el cuerpo de la mujer para que el hombre patriarcal mantenga su poder y privilegios: violación intra y extra familiar, mutilación genital femenina, matrimonios forzados, lapidación por adulterio, prohibición del aborto, virginidad, secuestro y venta de cuerpos para la prostitución.

Y esta específica violencia contra las mujeres comienza en la infancia, entre otras razones para que sirva de aviso a todas las generaciones.
En la construcción de género intervienen a nivel psíquico unos condicionantes muy importantes para que muchos hombres recurran a la compra de sexo, el usuario tiene aprendido que su impulso sexual requiere satisfacción inmediata pero no cualquier satisfacción, debe ser con la posesión de un cuerpo femenino(o feminizado) sobre el que pueda ejercer poder, y humillar, sintiéndose como el jefe de la horda primitiva, "poseedor y gozador de todas las mujeres".

Las feministas seguimos luchando por una sexualidad libre y por lo tanto nunca podríamos aceptar que deba ser una necesidad social y humana que las mujeres y los/as niñas sigan siendo objetos para el servicio sexual del poder machista.

No queremos igualarnos a los hombres en cuanto a tener los mismos derechos para comprar sexo, queremos recuperar la propiedad de nuestros cuerpos y decidir con quien y como tenemos sexo, y en especial, que los niños y las niñas aprendan nuevas e igualitarias maneras de relación entre los sexos, que vivan una sexualidad sin géneros.

Las y los que hoy seguimos en la lucha por la revolución social y sexual no nos vamos a sumar a las corrientes de opinión que con la intención de mejorar el horror de este mundo recurren a argumentaciones liberales. Argumentos como por ejemplo que la prostitución es o puede ser como cualquier otro trabajo, o que como vivimos en una sociedad en la cual todo se compra -vende el que las mujeres alquilen sus cuerpos con normas reglamentadas por el Estado mejoraría su situación.

Son argumentos liberales decir, ya que estamos "puteadas" en casi todos los trabajos, el empleo de puta (es decir en el futuro trabajo regulado) acabaría con el estigma.

El estigma se combate desmontando la doble moral burguesa, diciendo que la esclavitud para las mujeres tiene dos caras una es el matrimonio y la otra es la prostitución, ambas instituciones nefastas para las mujeres y para el progreso del género humano.

Se combate con la unidad de las trabajadoras, las de aquí y las de fuera por el empleo, una reivindicación de derechos elementales que el Estado niega, aunque lo que estamos pidiendo es igualdad para ser explotadas en igual de condiciones con los de nuestra clase, al menos hasta que consigamos el socialismo.

Las mujeres no deberíamos hacer ningún trabajo que no estén dispuestos a hacer los hombres, pero además muchos de esos trabajos no los haríamos porque claramente están diseñados para mantener la dominación capitalista y patriarcal.

En ninguno de los países donde se legaliza la prostitución se ha acabado con el estigma, ni con el tráfico, ni con la situación de ilegalización de mujeres por extranjería.

Es un argumento ingenuo que una trabajadora inmigrante obtenga sus papeles porque esté empleada en la prostitución, los papeles, es decir el permiso de trabajo y de residencia, con la vigente Ley de Extranjería están sujetos a la duración de un contrato, es fácil sacar las conclusiones que se desprenden de esta injusticia. Una de ellas podría ser la necesidad de lograr mayor profesionalidad para conseguir un puesto de por vida.
¿Por qué no asumir con la misma energía la reivindicación de papeles sin condiciones para todas?

¿No es ingenuo pensar que un Estado que elabora tales leyes represivas y que afecta en particular a las mujeres inmigrantes al dejarlas más vulnerables frente a todas las violencias de género, podría elaborar leyes que nos protegieran de lo mismo que el propio Estado y su gobierno potencian?

La Ley de Extranjería es una ley represiva, vulnera los derechos humanos de las personas obligadas a emigrar, cuando pedíamos papeles para tod@s el gobierno tuvo el descaro de regularizar solo a un número de inmigrantes ilegalizadxs por la vigencia de esa ley, y de esa manera hipócrita legitima la injusticia, mientras aumentan las expulsiones y se desbordan los centros de internamiento.

Que el Estado establezca reglas a la situación de alegalidad en el ejercicio de la prostitución dejaría a la mayoría sujetas a la arbitrariedad de la patronal del sexo quien organizaría el mercado de cuerpos y se penalizaría a las trabajadoras que incumplieran las normas, porque la ley siempre se hace para que la cumpla la clase trabajadora, mientras que los que tienen el dinero y el poder, es decir los de siempre podrían seguir con su mafia y corrupción pero con la autorización de negocio patronal.

El trabajo en la prostitución, el mayoritario procede de la exclusión de las mujeres trabajadoras del mercado laboral, por eso no es un trabajo como cualquier otro, es la carencia de empleo, el "ejército de paradas" busca formas de sobrevivir y en eso las mujeres siempre son las mas fuertes.

La prostitución es hoy el paradigma de cómo se combinan en esta sociedad capitalista la clase y el género, entre otras cosas porque aumenta en la misma medida que se nos niegan los derechos elementales.

Hacen bien los colectivos de trabajadoras de la prostitución en reclamar derechos y en autoorganizarse, defender derechos y luchar por la autonomía no es igual a establecer que un trabajo que se hace porque no hay algo mejor deba figurar en el catálogo del INEM.

La prostitución es hoy un trabajo que nos lo asigna la sociedad patriarcal capitalista para que lo hagamos nosotras, cuando estamos hartas y desesperadas de buscar un empleo que no llega, cuando llegamos desde países empobrecidos por sus deudas externas y aquí nos niegan los papeles, cuando venimos de distintas situaciones de violencia y exclusión, pero todas queremos mejorar y queremos tener un empleo al menos en igualdad de condiciones con los hombres, solo para empezar.

Todas las trabajadoras, estemos con empleo o en el paro, con papeles o si ellos, en casa o en la prostitución debemos generar organismos para expresarnos y luchar contra la explotación y la violencia de género, intercambiando experiencias y solidaridad entre nosotras.

La lucha del movimiento de mujeres nos ha dado la conciencia para pretender que todas nuestras acciones sean políticas, porque la lucha es política, y es a por todas, que se regularice la prostitución sería legitimar la violencia sexual, significaría un retroceso para la causa de las mujeres.

"El derecho a no ser prostituida es la clave de todo este entramado confuso y demagógico que nos encierra una y mil veces en nuestros cuerpos sexuados. Y este derecho implica un gran gasto público para el Estado que asegure el acceso al mundo laboral a las mujeres, lo que es radicalmente opuesto a que accedan como prostitutas"

Noviembre 2006

* Leonor Lagar es militante de Mujeres Rojas

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal