Desalojo del corralón de artesanos de Bustos Tavera

Un nuevo corralón ha sido vaciado de sus artesanos. Esta vez le ha tocado el turno al existente en la calle Bustos Tavera, 26, junto a San Marcos. Y se ha consumado con la expulsión del último de sus inquilinos.
Su expulsión es la culminación de un proceso sistemático de vaciado iniciado hace ya tiempo, que finalmente ha conseguido cerrar una decena de talleres y deshacerse de la veintena de artesanos y artistas que en ellos trabajaban, así como del medio centenar de alumnos que allí recibían formación en diversos campos. A la propiedad le ha bastado con no renovar los contratos de alquiler a medida que éstos iban caducando, con lo que el desalojo progresivo y “silencioso” del lugar estaba garantizado.
Lamentablemente, este vaciado no es el primero, pues viene a sumarse a los ya realizados en otros corralones del barrio. La misma suerte corrió no hace mucho el situado en c./ Pasaje Mallol, 13, en el que desde entonces sólo permanece la familia allí residente, acosada por un mar de puntales y un ariete de malas intenciones y peores modos. Y se une también al que, anteriormente, se realizara sobre el que había en c./ San Luis, 70. Un desalojo éste que tuvo cierta repercusión pública: por la resistencia de su último inquilino, Juan Núñez; por las abusivas condiciones en que se consumó, con intervención policial y rotura de maquinas incluidas; por la demolición completa que se efectuó acto seguido; y, muy especialmente, porque toda la operación la promovió no el clásico abusón particular sino un organismo del propio Ayuntamiento: EMVISESA.
Este nuevo desalojo se da en el marco general de acoso inmobiliario que vienen padeciendo estos barrios del casco histórico de Sevilla. Y se produce a pesar de que los responsables de la Junta y del Ayuntamiento se comprometieran a trabajar en pro de la pervivencia de estos espacios y el apoyo a la actividad que albergan, tras la movilización que emprendió el colectivo de artesanos hace año y medio cuando se supo de las agresivas determinaciones que al respecto pretendían introducirse en el nuevo Plan General de la ciudad, ya a punto entonces de su aprobación definitiva.
El Ayuntamiento anunció hace poco su intención de expropiar varios inmuebles de la calle San Fernando, pero el aluvión de críticas cosechado, y lo injustificado de la operación, al poco le han hecho dar marcha atrás. Por el contrario, en estos corralones, como en otros inmuebles del barrio, se mantiene como indolente espectador, por no decir cómplice del goteo de desalojos. Bien que haría en emplear su interés y muchos recursos para garantizar la permanencia de unos espacios y unas actividades, de un patrimonio, que aportan un claro beneficio a muchas familias, al barrio y a la ciudad en su conjunto. Y la Junta, ¿no había creado un Área de Rehabilitación Concertada para intervenir decididamente en toda la zona, en contra de la especulación, con una provisión de fondos de más de cien millones de euros? ¿Pero a qué esperan para actuar?
P.A.C.A.