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Estado español :: 20/05/2011

El movimiento ‘15M’ en Cantabria continúa con la acampada y las concentraciones

Diagonal/Enfocant

“Vengo a partir de Estado de Malestar, pero a estas alturas me dan igual los logos porque creo que tenemos todos algo en común, más allá de nuestra ideología: esto no puede seguir sucediendo y lo podemos cambiar”, afirma Isa, 31 años. El descontento se explicita en todo el Estado, también en Cantabria. Tras el éxito de la manifestación del 15M, y mediante una convocatoria exprés en solidaridad con las acampadas que se extienden por todo el Estado español, ayer lunes fueron alrededor de 200 las personas que acudierona la concentración en la Plaza Porticada.

Una confluencia diversa

“Hay que concienciar a la gente de que esto no puede seguir así, hay mucho desempleo, nos recortan derechos, y este bipartidismo no es libertad de elección”, afirma Ana, 32 años. “Vengo aquí para que todos nos despertemos y entendamos que todos tenemos en la mano cambiar las cosas”, señala Javi, 30 años. Una chica de 22 años, que prefiere no indicar su nombre dice estar indignada porque “la gente de nuestra edad, los ‘nini’, no hagan nada por cambiar las cosas”. Es la primera vez que ha participado en una movilización. Su amiga, de 23 años, que tampoco quiere decir el nombre, puntualiza que “los ‘nini’ son un producto de la sociedad, pero deberían entender que con pequeños pasos podemos conseguir cosas”. La manifestación las ha animado a ambas, “vemos que hay gente que se mueve y eso nos da fuerza para seguir viniendo, sentir que la unión realmente hace la fuerza”.

Los asistentes se encuentran en su mayoría entre la veintena y la treintena. Gentes de edad superior acuden curiosas, pero se mantiene en la periferia de la concentración. Uno de los intervinientes insiste en la necesidad de informar a la gente más mayor, y en especial a quienes no participan en redes sociales, “de lo que está pasando”, ante el general silencio o la manipulación de los medios corporativos.

El Sindicato de Estudiantes denuncia “la hipocresía del PSOE al intentar acoplarse al movimiento del 15 de Mayo”, tras conocerse que el PSOE colgó en su web el logo de "Toma la calle". Una performance de CHOPED (siglas de la parodia de partido político, ‘Chorizos Por El Despilfarro) ridiculiza la actitud general de los partidos en campaña con un simulacro de votación en el que, votes al partido que votes, una bola que representaba el voto discurre por un laberinto que desemboca siempre en la basura.

Las denuncias son variadas, y con muy diferentes niveles de elaboración, pero se comparte el rechazo a la corrupción existente en la política ‘profesional’, al retroceso en derechos y a las dificultades para vivir dignamente.

Más allá del 22M

Muchos se han acercado porque la convocatoria les ha llegado, vía redes sociales, a través de gente de confianza. “A veces en la red no puedes poner cara a la gente”, comenta Moncho, “pero esta vez me llegó de cerca”. Participa en Estado de Malestar desde entonces. Pequeños grupos de amigos han confluido poco a poco en esta iniciativa, de cuyo seno salen las personas que se han quedado acampando desde el lunes noche. Llevan tres meses concentrándose en la Plaza Porticada cada viernes y finalmente, unidos a Democracia Real Ya y Juventud Sin Futuro, convocaron la movilización del 15M. Sin embargo, la respuesta ha ido más allá de estos colectivos y la manifestación del domingo y la concentración del lunes han reunido a personas que no pertenecen a colectivo alguno, y que en muchos casos nunca habían salido a la calle a protestar.

En la Porticada, a las 2.00 de la mañana, el grupo que se ha quedado acampado debate. Anhelan que esto vaya más allá del 22M, y que después del 15M llegue el 15J, se siga sumando gente, y los planteamientos crezcan.

La acampada y las concentraciones a las 20.00 horas continuarán hasta el viernes en la Plaza Porticada. Será entonces cuando se valore si seguir hasta el domingo.

Un cántabro detenido el 15M en Madrid denuncia vejaciones y maltrato policial: "Me sentí dentro de una peli de una dictadura"

Marcos Rebollo, periodista y profesor de 35 años nacido en Santander pero residente en Madrid, se sumó allí el 15 de mayo a la marcha que exigía un cambio de rumbo político y económico. Esa noche no durmió en su casa, sino en la comisaría. Según declaró en RollingStone.es, “ya había terminado la mani y me dirigía a casa. Andaba por calle y se empezó a liar: me tropece con un contenedor ardiendo, bomberos, antidisturbios… Me iba a volver, pero entonces vi a un policía golpear a un chico con una bandera de la CNT. Le dije: ‘Bestia. ¡No le pegues!”. Y ahí estuvo su delito. Según afirma, poco después, dos policías secretas, uno de ellos con la cara tapada que se hacía pasar por manifestante, se abalanzaron sobre él, tirándolo al suelo y deteniéndolo. “Cuando ya estaba atado me dijeron que eran policías”, anota Marcos. Durante el trayecto hacia la comisaría, la cabeza del cántabro fue repiqueteando en el cristal que separa a los policías nacionales de los detenidos. “Llevaba las manos atadas e íbamos muy rápido”, cuenta el entonces arrestado.

Una vez en la comisaría de Moratalaz, relata largas horas de maltrato: "Nos obligaron a sentarnos de cara a la pared. Si girábamos la cabeza o los mirábamos a la cara, nos daban una colleja. A mí me cayó una. Las salidas de tono e injurias de los policías, según informa el manifestante, fueron constantes: “Se burlaban de nosotros. ‘¿Con esos pantalones de maricón cómo vas a encontrar trabajo?", le dijo un policía a otro de los detenidos, que vestía pantalones bombachos. Pasaban por detrás de nosotros: a uno le pisaron las manos.

También señala el abuso de autoridad de algunos agentes de policía (“a los que no podría reconocer porque o mantenían su cara tapada o no nos dejaban mirarlos a la cara”, puntúa). “Uno de los chicos tenía la nariz rota y le hicieron esperar siete horas hasta que lo vio un médico”, asevera. La detención se alargó hasta el martes por la mañana. Los detenidos abandonaron la comisaría un día y dos noches después y rumbo a los juzgados. El juez los dejó en libertad, pero Marcos aún se enfrenta a los cargos de "desacato a la autoridad" e "intento de agresión a un policía". Lo niega todo: “Se inventaron los cargos".

Algunos de los 24 detenidos en Madrid van a estudiar esta semana si denuncian a la policía, por maltrato y falsedad de la denuncia. Rebollo, de momento, está asimilando lo ocurrido. “Me sentí dentro de una peli de una dictadura”, dice.

 

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