lahaine.org
Estado español :: 02/01/2008

En defensa del empleo y condiciones dignas de trabajo: Por un Plan obrero frente a la crisis

Corriente Roja

Documento del Núcleo de la Construcción de Corriente Roja.

ción

El presente escrito es el producto de mucho tiempo de trabajo colectivo de un grupo de militantes de Corriente Roja que somos trabajadores de la construcción.

Vaticinar que se venía el fin del ciclo económico que durante 14 años ha sido la seña distintiva de la economía y ha condicionado la vida política a de este país no era nada difícil, salvo para aquellos que pretendían convencernos desde el gobierno de turno de que jugamos en la champion league de la economía mundial.

Lo que era previsible se volvió un hecho real irrefutable, la crisis se presentó y sus consecuencias sociales ya no pueden ser negadas. Recientemente el llamado G-14 lobby creado este verano por las mayores inmobiliarias del país, ponía cifras a la crisis: se perderán 500.000 puestos de trabajo en la construcción en los próximos dos años.

Y como estaba previsto los que privatizaron sin el menor recato los inmensos beneficios que obtuvieron en estos años, pretenden ahora "socializar" la crisis apelando al "sentido colectivo", a la "compresión" para "entender" la crisis y "superarla entre todos".

Ninguna de las reconversiones industriales que sacudieron todo el estado español en los años 80 y comienzos del 90, ni todas las deslocalizaciones de empresas sufridas en la última década ha implicado individualmente ninguna cifra de despidos tan brutal como la que representa la anunciada en nuestro sector.

Difícil tarea nos queda por delante, máxime cuando el papel de la burocracia sindical ha dejado dividida a la clase obrera, desorganizada, sumida en la más absoluta alineación y sin referencia de clase reconocida capaz de levantar en estos momentos un movimiento de rechazo a estos planes de miseria.

El objetivo de este trabajo es ayudar a comprender esa situación de conjunto para poder superar esas dificultades. Se trata de ver si sirve como herramienta para que los trabajadores más lucidos y comprometidos comencemos a unir fuerzas y levantar juntos una referencia de clase entre los trabajadores de la construcción, que aliente una salida obrera a la crisis y permita la movilización de los trabajadores del sector para conseguirla.

El sector base del "crecimiento económico"

El sector de la construcción ha venido siendo en los últimos años, especialmente en la última década, uno de los principales baluartes del llamado crecimiento económico. Representaba ya en el 2006 más del 10,9 por 100 del PIB, del 13,9 por 100 del empleo directo y del 58,3 por 100 de la inversión. Además de generar potentes efectos indirectos (el 41% del total del empleo creado en el conjunto de la economía tiene su origen en ese ciclo de la construcción).

La construcción es uno de los sectores donde con más claridad se evidencian las consecuencias laborales, sociales y políticas de este modelo de "crecimiento" y donde con un descaro meridiano se muestra que el "beneficio empresarial", lejos de estar asociado a mejora general, a progreso común (como cínicamente se presenta) está vinculado a rebaja salarial, precarización del empleo, jornadas agotadoras; pérdida de derechos... y de la vida misma.

En un país en el que se construían anualmente una media de 200.000 nuevas viviendas se pasó a las 863.800 viviendas (visadas en el 2006) construyendo más que Alemania, Francia y Gran Bretaña juntas. En 10 años (1995-2005) se han construido 4,6 millones de pisos, además de las innumerables obras civiles (AVE, Autovías, puentes...) que se ha realizado en este periodo.

El boom de la construcción provocó cambios sustanciales en la estructura de la propiedad empresarial. Las macro fusiones de empresas, el reagrupamiento de empresas bajo un mismo control, ha sido la forma que en general ha adoptado la centralización de capitales. Un reducido puñado de empresas constructoras acabó acaparando el sector.

Este proceso de fusiones, de concentración en cada vez en menos manos de la propiedad de los medios de producción, es posible por la participación en los mismos de los grandes Bancos, compañías aseguradoras u otro tipo de establecimientos financieros que desempeñan un papel fundamental en la recaudación de ahorros. Las grandes fusiones van inexorablemente vinculadas al crecimiento del crédito y el endeudamiento de las empresas. La sociedad constructoras-Bancos (o Cajas de Ahorro) han sido la clave de este proceso de centralización de capitales y los grandes beneficiados del "crecimiento económico"

Las ACS, FCC, Acciona, Ferrovial, Sacyr, OHL... han copado el mercado. Un dato revelador es que la SEOPAN, la patronal del sector fue conformada por 182 empresas, de ellas 92 ya desaparecieron y 38 constructoras concentran hoy los movimientos de prácticamente todo el sector, si bien son 7 las que concentran lo sustancial de todos los recursos.

Este "milagro" económico es indisociable del respaldo activo que tuvieron de los diversos gobiernos que pusieron a su servicio el suelo público para desarrollar el boom especulativo, que recalificaron terrenos rústicos, ciudades deportivas, etc..; que flexibilizaron el mercado laboral, auspiciaron la generalización de la subcontratación.. precarizando así la mano de obra logrando aumentos sustanciales en la productividad del trabajo y con ella de extracción de plusvalía.

Esas mismas grandes constructoras anticipándose a la crisis diversifican sus riesgos en cerca ya del 50% (datos SEOPAN 2005). La irrupción de las grandes constructoras, de la mano de los Bancos, en las empresa eléctricas o aeropuertos es una buena muestra de esto que afirmamos.

El expolio del suelo, una de las claves del "milagro economico"

Los capitalistas y sus propagandistas han presentado estos años de "crecimiento económico" como el producto del saber "adecuarse a los nuevos tiempos", de proponer políticas y soluciones "imaginativas", "audaces". Sin embargo las políticas neoliberales, aplicadas tanto por los gobiernos del PP como por los del PSOE,

muestran como su cinismo va asociado a la falta absoluta de originalidad. El crecimiento económico ha tenido en su base el llamado "boom del ladrillo" o lo que es lo mismo: el robo masivo de un bien público, el suelo.

Hace más de dos siglos, en 1876, Carlos Marx explicaba así el mecanismo del robo sobre el que se llevaba a cabo la acumulación originaria de capital:

"(...) los terratenientes y capitalistas-acaparadores (...) consagraron la nueva era, entregándose en una escala gigantesca al saqueo de los terrenos de dominio público, que hasta entonces sólo se había practicado en proporciones muy modestas. Estos terrenos fueron regalados, vendidos a precios irrisorios o simplemente anexionados a otros de propiedad privada, sin encubrir la usurpación bajo forma alguna . Y todo esto se llevó a cabo sin molestarse en cubrir ni la más mínima apariencia legal. (...) Los capitalistas burgueses favorecieron esta operación, entre otras cosas, para convertir el suelo en un artículo puramente comercial (...) Además, la nueva aristocracia de la tierra era la aliada natural de la nueva bancocracia, de la alta finanza , que acababa de dejar el cascarón, y de los grandes manufactureros, atrincherados por aquel entonces detrás del proteccionismo aduanero (...)

Hemos visto que la usurpación violenta de estos bienes, acompañada casi siempre por la transformación de las tierras de labor en pastos, comienza a fines del siglo XV y prosigue a lo largo del siglo XVI. Sin embargo, en aquellos tiempos este proceso revestía la forma de una serie de actos individuales de violencia, contra los que la legislación luchó infructuosamente durante 150 años. El progreso aportado por el siglo XVIII consiste en que ahora la propia ley se convierte en vehículo de esta depredación de los bienes del pueblo (...)

La forma parlamentaria que reviste este despojo es la de los Bills for Inclosures of Commons (leyes sobre el cercado de terrenos comunales); dicho en otros términos, decretos por medio de los cuales los terratenientes se regalan a sí mismos en propiedad privada las tierras del pueblo, decretos de expropiación del pueblo".

(Karl Marx , EL CAPITAL, Capitulo XXIV, La llamada acumulación originaria)

La connivencia entre empresarios y los diferentes Gobiernos, centrales, autonómicos o municipales ha permitido que medrando alrededor del Estado se amasen grandes fortunas convirtiendo en propiedad privada lo que es un bien público, el suelo.

Más de 2,7 millones de trabajadores

Al compás de este "boom inmobiliario" el sector ha vivido en estos años un crecimiento vertiginoso del número de trabajadores. Así, si en 1989 el número total de trabajadores en la construcción era de 889.700, en 1995 la cifra ascendía ya a 1.228.300 trabajadores y se duplicaba en los últimos 10 años pasando a los actuales 2.713.700 trabajadores (EPA 1er semestre 2007).

El crecimiento del empleo en el sector ha ido aparejado a la precarización, el aumento de la explotación, la bajada real de los salarios y la siniestralidad laboral.

En estos años la tasa de desempleo descendió cualitativamente en el sector pasando del 21 % en 1996 a la actual 5,5%. Este hecho cierto unido a la pérdida de derechos; a la desmovilización general del sector que han alentado la patronal y la burocracia sindical, ha propiciado una situación de indefensión general que alienta un clima de jungla, de búsqueda de salidas individualizadas, que ha ido creando condiciones de profunda división entre los trabajadores y enorme desigualdad en las condiciones de trabajo y salarios.

La patronal por la vía , no solo la mecanización sino esencialmente del incremento de los ritmos de trabajo, sea por los destajos o por las prolongaciones (ilegales e impuestas) de la jornada laboral, ha logrado un enorme aumento de la tasa de plusvalía. Según los propios datos de la SEOPAN, si en 1995 para producir en la construcción un millón de Euros eran necesarios 40 trabajadores, en el 2006 bastan 22 trabajadores. Este dato adquiere más relevancia si cabe si se compara con el resto de sectores (en 1995, 32 trabajadores para producir 1 millón de euros, en el 2006, se produce con 21).

Trabajadores inmigrantes: un cambio cualitativo en el sector

La composición social del sector se fue modificando a lo largo de estos años. Por ser un sector con mucha demanda de mano de obra agregada, la construcción se nutrió siempre de las inmigraciones del campo a la ciudad. Hoy en buena parte sigue siendo igual si bien los obreros que vienen del campo a trabajar, por la precariedad en la contratación, carestía de la vida y el precio inalcanzable de la vivienda, no se quedan a residir en las grandes ciudades. En su lugar emprenden agotadoras jornadas que les llevan en muchísimos casos a recorrer 500 y 600 kilómetros diarios para venir en autobuses o furgonetas a trabajar a la ciudad y emprender el regreso al final de cada jornada. En ciudades como Madrid se calcula que diariamente vienen de Ciudad Real, Toledo, Cuenca.. más de 20.000 trabajadores de la construcción.

Esta situación agrava enormemente las condiciones de trabajo, hace las jornadas interminables, añade fatiga y con ella más riesgos ya que en no pocos casos los trabajadores mueren en las carreteras en accidentes automovilísticos sin que se consideren siquiera accidentes in itinere.

Son esas condiciones de extrema precariedad las que empujan a que los destajos sean la forma de trabajo más frecuente de este tipo de trabajadores. Las condiciones de trabajo hacen prácticamente imposible la convivencia entre trabajadores lo que unido a los prejuicios y el atraso inherente a los pueblos agrícolas, convierten a este sector en el más proclive a hacerse eco de todos los prejuicios racistas, xenófobos, desclasados y reaccionarios.

El otro sector, y en un sentido lo más "novedoso", del que se ha nutrido el crecimiento de la mano de obra ha sido la irrupción de trabajadores inmigrantes. Si en 1996, en la construcción, los trabajadores inmigrantes dados de alta en la seguridad social eran 15.900, en diciembre del 2006 la cifra llegaba a 550.000, el 21,7 por 100 de los empleos en esta actividad, frente a un 12,5 por 100 de media para el conjunto de la economía,.

Según el informe anual del 2006 de la SEOPAN . "Es a partir de 2001 cuando comienza a ser masiva la incorporación a esta actividad de mano de obra extranjera. Así, entre 1996 y 2000 los inmigrantes sólo absorbieron el 14 por 100 de los nuevos empleos creados en el sector, siendo fundamentalmente trabajadores españoles jóvenes quienes cubrían las nuevas necesidades de mano de obra. Pero desde esa fecha hasta 2006, las necesidades han sido satisfechas fundamentalmente mediante mano de obra inmigrante, que ha ocupado el 67 por 100 de los nuevos puestos de trabajo creados en la construcción".

Una cifra que debe ser tomada en forma relativa ya que los trabajadores inmigrantes son el núcleo central de los obreros de la construcción que trabajan en la llamada economía sumergida, es decir sin papeles ni derechos. Según la EPA, tomando en cuenta la diferencia entre empadronados y dados de alta en la Seguridad se puede estimar que hay en la construcción alrededor de 400.000 trabajadores sin papeles.

Es importante reseñar cómo inciden los procesos de regularización pues los trabajadores inmigrantes en el sector pasaron de 56.600 en el años 2000 a 158.300 en el 2002 y de ser 358.000 en el 2004 a 551.300 en el 2006. Estas fuertes subidas coincide con dos procesos claves de regularización el del 2001 y el del 2005.

Se generalizaron las subcontratas

Mientras que los capitalistas en su proceso de acumulación centralizan los capitales y con ello un puñado de empresas monopoliza el sector, los trabajadores vivimos envueltos en una autentica diáspora laboral. Las subcontratas se han convertido en el mecanismo empresarial predominante en el sector. Los trabajadores de las obras, exceptuando la dirección de obra, encargados, capataces y en algunos casos gruistas, pertenecen a subcontratas que además están encadenadas unas a otras por una relación de subcontratación entre si.

Los datos empíricos muestran en forma elocuente está situación. En el sector hay 241.315 empresas, a lo que hay que añadir 207.131 autónomos –sin empleados- (Informe SEOPAN 2006). El 82% (198.930) son microempresas (menos de 6 trabajadores), lo que ha convertido a la construcción en el sector más parecido al pequeño comercio en estructura empresarial. Excluyendo microempresas y autónomos hay en el sector 42.385 empresas. El 56,8% (más de 24.000 empresas) son pequeñas empresas (de 10 a 19 empleados). El 41,8% son empresas medianas (de 20 a 199 trabajadores ) y tan solo 551 empresas (el 1,3%) cuenta con más de 200 trabajadores (solo 23 empresas tienen entre 1000 y 4999 trabajadores).

La subcontratación es el mecanismo de la reconversión encubierta en el sector de la construcción mediante el cual las granes empresas constructoras se deshicieron de las plantillas, precarizaron el empleo, bajaron el salario y los derechos, liquidando muchos y convirtiendo en papel mojado los que quedaron.

En el pasado mes de abril entró en vigor la nueva Ley reguladora de la subcontratación en la construcción. La burocracia sindical la presentó como un "gran avance". Como se denunciaba en la declaración de Co.bas:

"Esta ley sería, de hecho, la base de un gran acuerdo entre obreros y "empresarios buenos" contra los "empresarios malos".(...)

Especialmente desde la década del 90 la subcontratación se ha convertido en el nuevo paradigma organizativo de la producción, dicho en palabras llanas, afecta a todo el sistema productivo y, no es un asunto exclusivo de los tajos. Gracias a que los "empresarios buenos" se desprendieron de miles de trabajadores y comenzaron a subcontratar todos los servicios, la construcción se llenó de subcontratas y del encadenamiento salvaje de éstas. Los ACS, Ferrovial, SACYR, FCC, OHL.. encontraron que la clave de la ganancia era reducir costes y riesgos, convertir los costes fijos de personal en costes variables, es decir dependientes de la cantidad de producción y vieron que la existencia de varios proveedores de servicios facilitaría la competencia entre ellos, contribuyendo así al abaratamiento de costes. La subcontratación se convertía así en el modelo organizativo de los "empresarios buenos", que evitaba además tener que bregar directamente con las protestas y reclamaciones obreras" (Co.bas junio 2007).

Contra la campaña de CCOO y UGT defendiendo la nueva Ley firmada por ellos, y pronosticando lo que se venía encima, la declaración de Co.bas señalaba:

"Por eso esta Ley no solo no ataja el problema central de la subcontratación se va a convertir en un instrumento legal al servicio de los grandes empresarios para "limpiar" el sector en un momento donde la crisis comenzó. La nueva Ley será un instrumento más para que en nombre de "acabar con los pistoleros" miles de trabajadores queden en la calle sin que las grandes constructoras tengan obligación alguna de hacerse cargo de ellos".

La siniestralidad laboral: seña de identidad de la construcción

La precarización de las condiciones laborales tiene su expresión mas rotunda y dramática en haber convertido la construcción en un sector asociado a la muerte en el tajo.

Ley de Prevención de Riesgos Laborales, que se promulgó hace ahora 12 años, fue presentada como la panacea a la siniestralidad laboral. En el año de su promulgación (1995) 1.349 trabajadores perdieron la vida. Desde entonces, por las aceras de la Ley que vino a "protegernos" desfilan una media anual de 1.479 trabajadores muertos en accidente laboral. Desde el año 2002 España figura a la cabeza de la siniestralidad laboral en Europa.

Recientes estudios confirman lo que ya es sobradamente conocido, los accidentes en la construcción se producen en su inmensa mayoría en la jornada laboral y en el interior de la obra (el 70,7%) en el subsector de la edificación (el 81,4%). La inmensa mayoría de esos accidentes, el 96,5%, se producen en empresas pequeñas y que en su gran mayoría (86,5%) no dispone de servicio propio de prevención, es decir o no lo tiene o lo tiene subcontratado.

El mismo estudio confirma como los trabajadores más jóvenes (en especial inmigrantes) y de menor cualificación profesional concentran el mayor número de accidentes. Y un dato revelador, tantas veces negado por los empresarios, es que mientras que los accidentes leves (sobreesfuerzos físicos especialmente) se producen en la jornada de mañana, los graves y mortales se concentran en la hora de la tarde, lo que muestra como la fatiga y la prolongación de jornada inciden sobremanera en la mortalidad en el sector.

En estos años la siniestralidad laboral lejos de disminuir aumentó en forma vergonzante y de la salud de los trabajadores de la construcción pueden dan buena cuenta los 169.433 accidentes en obra entre enero y agosto del 2007 de ellos 187 fueron mortales (sin contar los denominados in itinere, ni los que no se cuentan por ser considerados de tráfico)

La explicación radica en que ninguna de las leyes ni medidas anunciadas ataja el problema de raíz : las condiciones reales de trabajo.

El papel de la burocracia sindical

En los últimos 14 años patronal, Gobiernos de turno y los dirigentes de CCOO y UGT, no pararon de hablar de este periodo excepcional y sin precedentes de llamado crecimiento económico. Y justo cuando más hablaban de una etapa de vacas gordas más precarizaron el empleo, más han facilitado las deslocalizaciones y cierres de empresa, han dejado los salarios en el poder adquisitivo de hace 10 años, abaratado el despido, han privatizado buena parte de los servicios públicos, han alargado el computo de años para cobrar las pensiones y convirtieron un bien de primera necesidad como la vivienda en un lujo inalcanzable para muchos y en la causa esencial de la hipoteca de las familias obreras.

Una de sus últimas tropelías fue el acuerdo de patronal gobierno y los dirigentes de CCOO y UGT para disponer de la hucha de las pensiones para inversiones en bolsa. Mientras se pagan pensiones de miseria, con nuestro dinero no solo se regalan bonificaciones millonarias a la patronal sino que además se convierten buena parte de los 40.000 millones de Euros de ese fondo de reserva en capital para que los capitalistas dispongan de él para sus inversiones y expolios. Y todo eso, lo han hecho, como hemos repetido una y mil veces, en época de vacas gordas.

En nuestro sector la burocracia añadió a todo eso un plus de complicidad: se unió al boom del crecimiento montando sus propias promotoras inmobiliarias.

Vía una institución paritaria (patronal-sindicatos), la Fundación Laboral de la Construcción, recrean su conciliación con la patronal y reparten dividendos de los cursos de formación y las ayudas. Valga como muestra que el Consejo de Ministros aprobó, el 14 de diciembre, un acuerdo por el que autoriza al Servicio Público de Empleo Estatal (antes INEM), a conceder a la Fundación Laboral de la Construcción una subvención pública de 47.850.878 euros, "mediante un convenio para la ejecución de un plan de formación dirigido prioritariamente a trabajadores ocupados".

No se sonrojan siquiera cuando grandes constructoras como ACS les han dado públicamente cheques generosos. La "generosidad" de Florentino Pérez con la burocracia sindical es muy conocida. El ex Presidente del Real Madrid cuida mucho sus relaciones con los dirigentes de CCOO y UGT. Cándido Méndez, el dirigente de UGT fue siempre un asiduo del palco del Bernabeu, animador de la candidatura de Florentino Pérez y tanto él como el Secretario general del Federación del metal y la construcción de UGT, Fernández Lito, dieron su apoyo entusiasta al pelotazo urbanístico de la Ciudad deportiva del Real Madrid, apoyo que también diera CCOO. Parte de este trato tan "fraternal" entre los dirigentes sindicales y las grandes constructoras es lo que explica que ACS cediera parcelas en los PAUs de Montecarmelo y Las Tablas a POSCAM, una promotora presidida por Ángel Campos, ex dirigente de CCOO.

El apoyo de IU y los dirigentes de CCOO y UGT fue determinante para dar respaldo social al pelotazo de la Ciudad deportiva del Real Madrid. Florentino Pérez mostró también su gratitud cuando metidos en guerras internas el sector de Rodolfo Benito se quedo sin poder disponer un tiempo de créditos de Caja Madrid. El Presidente de ACS hizo una generosa y pública aportación a la Fundación Sindical de Estudios que preside Rodolfo Benito, el dirigente de todo el sector de CCOO que dirige FECOMA.

A la cita con ACS no faltó tampoco la FRAVM (Federación Regional de Asociaciones de Vecinos). Los vínculos materiales habidos de ACS con los dirigentes de CCOO, UGT, IU y la FRAVM hizo que se popularizara una expresión tan irónica como lamentable: "el marxismo ladrillismo"

En este año CCOO, UGT y la patronal han firmado el Convenio general del sector de la construcción, un convenio de ámbito estatal. De nuevo, como se denunció desde Co.bas, un convenio que se ha firmado por 5 años (2007-2011), a espaldas de los trabajadores, que no contemplaba la crisis económica en el sector y en consecuencia medida alguna para combatirla, no podía ser entendido más que como un acuerdo para maniatar a los trabajadores mientras se le garantiza a la patronal la paz social, que permita a esta afrontar con calma las medidas necesarias.

Hoy las grandes constructoras se marchan a Marruecos, Rumania o Polonia, y miles de trabajadores comienzan a se despedidos... mientras la patronal tiene las manos libres al amparo de una legislación laboral y una paz social que los dirigentes CCOO y UGT le han regalado.

Se pinchó la burbuja inmobiliaria y... llegaron las vacas flacas

El nuevo curso político comenzó confirmando el fin del ciclo económico excepcional que durante 14 años ha permitido beneficios récord para la patronal, la banca y las multinacionales. La crisis financiera mundial, el colapso de la burbuja hipotecaria norteamericana del mes de agosto, ha puesto fin al "crecimiento" internacional de estos años y ha abierto gravísimos interrogantes sobre el futuro. El gobierno de Zapatero, arropado por la Banca y la CEOE salió al paso diciendo que "España es diferente" y emprendió un discurso y medidas dirigidas a tranquilizar al capital y mostrarle que el Estado pondrá lo que sea necesario al servicio de mantener los beneficios de la Banca, las multinacionales, inmobiliarias y constructoras.

Pero en pocas semanas la realidad desmintió la farsa gubernamental y se mostró con toda su crudeza. La inflación del 2007 acabó en el 4,1%, lo que duplicó las previsiones del Gobierno. La escalada de los precios de los productos básicos de alimentación y consumo familiar no han cesado en lo que va de año. En un estudio comparativo realizado recientemente por el diario El País se mostraba como la cesta de la compra se disparó en estos meses. Sobre la bases de una compra de diciembre de 2001 la cuenta final se había encarecido casi un 43%.

Añádanse a esos datos las anunciadas subidas de la luz y el gas a comienzos de año o lo que es peor si cabe, las constante subidas del euribor que ha disparado las hipotecas en estos doce meses.

En contraste con estos datos resalta que en ese mismo periodo el Índice de Precios de Consumo había sido un 21,8% mientras que el salario medio crecía un 7,95%, según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE).

La carestía de la vida vuelve a así a aparecer como la expresión más sintética de la situación social que vivimos.

La notable diferencia con las crisis precedentes y que a la vez desnuda la esencia de lo que ha sido este "crecimiento" es que la actual crisis se produce con un nivel de endeudamiento de las economías familiares sin precedentes. La deuda de los hogares hoy supera el 115%, un porcentaje que un estudio del Gobierno vasco eleva al 269%.

Hipotecas impagables, salarios que no llegan, cesta familiar que se dispara.. esa es la economía real, datos de una realidad que solo puede negar un Gobierno que gobierna para los ricos.

Esos datos de la realidad en nuestro sector amenazan con ser dramáticos. Los visados de obra para nueva vivienda descendieron un 23,2% en los diez primeros meses del 2007. Los proyectos para vivienda pasaron de los 747.908 de los 10 primeros meses del año 2006 a los 574.294 de ese mismo periodo en este 2007. Según el G-14, el lobby creado este verano por las mayores inmobiliarias del país augura para el 2008:

"que siga la reducción en el número de nuevas construcciones hasta el entorno de las 490.000 unidades, con el consiguiente impacto en el empleo del sector. Estima que afectará a entre 200.000 y 250.000 empleos en 2008 y en una cifra "algo superior" en 2009, según los estudios encargados por el grupo a Analistas Financieros Internacionales (AFI" ).

En otras declaraciones redondean esa cifra hasta 500.000 despidos en los dos próximos años.

El año 2007 se acabará cerrando con más de 40.000 trabajadores de la construcción que han ido al paro en los últimos tres meses. El desempleo reaparece como amenaza presente, pero ahora en un país donde se cerraron industrias y se desmantelaron sectores enteros. Endeudados con las hipotecas, con salarios de miseria solo paliados a base de horas extras, sin "plan de reconversión" al que acogerse, la crisis amenaza con hacer estragos entre los trabajadores de la construcción.

Los peligros que nos amenazan

La desmovilización general del sector que en estos años han alentado la patronal y la burocracia sindical, como decíamos al inicio, ha propiciado una situación de indefensión general. Carentes de una referencia colectiva, de clase, en medio de los cambios, se ha ido imponiendo una situación de autentico retroceso en las condiciones de trabajo. La negociación de las condiciones laborales pasaron, en términos reales, a ser individuales, de ajuste entre el patrón y cada obrero. Se instaló así una relación de jungla, de búsqueda de salidas individualizadas, de desigualdad en las condiciones de trabajo y salarios, que ha ido creando condiciones de profunda división entre los trabajadores.

La pertenencia a una clase social no garantiza automáticamente la conciencia de ello. Presos de todos los prejuicios sociales, de la ideología dominante y sin una fuerza real que contrarreste esa presión, los trabajadores pasan a ser una masa amorfa que revela lo peor de cada individuo, las miserias humanas, los instintos más mezquinos y el embrutecimiento más bárbaro.

Los obreros de la construcción reproducen a diario en conversaciones, pintadas en los baños, o simplemente con gestos y expresiones ("panchitos" "negros", "moros"...) toda la ideología dominante, todos los prejuicios sociales y todo el chovinismo español que se les inculca a diario. Repiten frases manidas hasta el hartazgo, lemas y expresiones usadas hasta el aburrimiento, como si de ideas originales y propias de cada uno se tratara.

La división en las obras entre obreros españoles e inmigrantes se percibe en las conductas cotidianas más elementales y son fuente de roces y tensiones cuando no de enfrentamientos. Por eso, de todos los factores de división, el nacional, el que separa a los trabajadores inmigrantes de los autóctonos es el más conflictivo y amenaza con ser fuente de mayores enfrentamientos a medida que se vaya profundizando la crisis.

La relación de los trabajadores con los sindicatos oscila entre el odio y la indiferencia. Los convenios firmados a espaldas de los trabajadores, la ausencia total de los sindicatos de la vida cotidiana en las obras, la complicidad publica de estos con las grandes constructoras... lo único que hace es alimentar el rechazo a los Sindicatos.

El papel canalla de la burocracia sindical ha hecho posible un doble triunfo patronal, el más circunstancial el de beneficios record en medio de la precarización mas completa y otro mas estratégico, el desclasamiento general del sector.

En medio de este árido panorama llama especialmente la atención la aparición de personajes como Francisco Hernando, conocido como "Paco el pocero". No interesa tanto el personaje y su aureola mediática, ni enfatizar lo que es sobradamente conocido: cómo se fragua una fortuna sobre la base del expolio del suelo y la connivencia con los gobiernos de turno. Lo que nos interesa destacar es lo que refleja como fenómeno social. Su enfrentamiento con el Ayuntamiento de Seseña, a cuenta de las licencias de obra, mostró el rol de estos personajes y su política. En nombre de "Queremos trabajar, licencias ya", El Pocero movilizó en noviembre del 2006 a más de 1500 trabajadores, con huelga, concentraciones y manifestaciones en su apoyo contra el Ayuntamiento de Seseña. Con la honrosa excepción de algunos trabajadores que se negaron a ser carnaza de este fascista, la mayoría de los obreros acabó tras de su patrón, haciendo de fuerza de choque de éste, en defensa del expolio del suelo y el latrocinio ecológico. Ese fue el drama.

El rol de este sector patronal, los subcontratistas, en la "organización" de los obreros pasa a ser un peligro mortal, lo más parecido a una verdadera política fascista. Son lo más parecido a los viejos caudillos fascistas que arengaban contra "los capitalistas" "en defensa del obrero", al tiempo que ensalzaban los valores patrióticos y pasaban a cuchillo a los opositores.

Si casos como este acaban convirtiéndose en un fenómeno político en el sector no podemos decirlo aún hoy pero los síntomas y las bases materiales para el mismo están servidas.

La otra cara de la realidad, la que anima al optimismo es ver como pese a las adversidades hubo trabajadores que plantaron cara se unieron y lucharon. No existe estadística que contabilice las innumerables huelgas o plantes en los tajos que en forma espontánea se dieron en estos años, sobre todo por faltas de pagos o desapariciones de pistolero de turno. Con mayor repercusión social hay que recordar las huelgas de los trabajadores de la construcción en Andalucía, Guipúzcoa o más recientemente en Pontevedra.

La ofensiva contra los trabajadores inmigrantes

Como denunció la Asociación de Trabajadores Inmigrantes en España (ATRAIE), el 28 de Septiembre, la Mesa del Congreso de los Diputados dio entrada a un proyecto de ley aprobado en el Senado que, con el voto favorable de Coalición Canaria, Partido Popular, PNV y CiU, propone la modificación de la Ley de Extranjería. Con el título de "Medidas para la lucha contra la inmigración clandestina". La supresión del empadronamiento de irregulares (lo que supone la eliminación del derecho a la atención sanitaria e impide la escolarización de menores), la supresión del permiso por arraigo, la ampliación de 40 a 70 días del plazo de "retención" en los Centros de Internamiento hasta que se materialice la expulsión de la persona inmigrada en situación irregular, la elevación de 1 a 3 años de matrimonio y convivencia con español o española como requisito para solicitar la nacionalidad... son algunos de los puntos que recoge este proyecto de ley.

Presentado como un paso mas en la lucha "contra los traficantes de personas" estas medidas encubren en realidad el reacomodo jurídico y político a la crisis económica. Proceder al despido de decenas de miles de trabajadores de la construcción sin que eso genere un conflicto social y político exige medidas selectivas, que no vayan de frente contra todos los trabajadores, por eso todo indica que los trabajadores inmigrantes serán blanco de esa política canalla que permite eludir o amortiguar (en un primer momento) el choque frontal con los trabajadores autóctonos.

Como denunciaba ATRAIE:

"En tanto, impulsan una política represiva y criminal utilizando para ello a las bandas fascistas, la represión sindical, con el objeto de frenar cualquier respuesta de la clase obrera. Además de legalizar un protocolo en el proceso de detención y expulsión de los sin papeles, que legitima la tortura y los malos tratos con absoluta impunidad (...) Es evidente con esto, que la política de inmigración en España va de la mano de la de los gobiernos de la Comunidad Europea. Todo esto no es más que RACISMO INSTITUCIONAL que fomenta la xenofobia y el racismo e inventa enemigos que distraigan sobre los problemas reales de los trabajadores como la carestía de la vida, la nueva reforma laboral, la vivienda, etc., tratando a las personas inmigradas en situación irregular como los culpables de esta situación. La existencia de una Ley de Extranjería es la primera fuente de discriminación al establecer para un colectivo de personas, las inmigradas, unos derechos recortados, cuando no inexistentes, respecto al resto de la población"

La batalla contra la crisis y por una salida obrera a la misma exige que la clase obrera ni apoye este proyecto reaccionario del Gobierno ni lo tolere indiferente. Los trabajadores inmigrantes y autóctonos, estamos obligados a plantar cara a este proyecto de ley porque es condición básica para la unidad de toda la clase obrera.

Plantar cara y construir una referencia de clase

En medio de la desmovilización imperante los casos de las huelgas de Andalucía y especialmente la más reciente en Pontevedra, muestran que ni bien se brinda una oportunidad de lucha, así luego la traicionen por enésima vez, los trabajadores responden.

Hoy cuando la crisis pone fin a un periodo excepcional de "crecimiento", cuando en el horizonte se divisan negros nubarrones para la clase obrera, cuando la división, la desmovilización y hasta el enfrentamiento son los signos desdichados que caracterizan la situación, la tarea es plantar cara y redoblar esfuerzos por construir una referencia política y sindical de clase, que agrupe a los elementos más conscientes y lucidos de los trabajadores de la construcción y juntos comencemos a reorganizar la unidad obrera para conformar un verdadero polo de oposición a la patronal, la burocracia y la reacción. Ese es el papel, difícil pero apasionante reto de Corriente Roja en la construcción.

Nos tenemos que significar por ser los que mediante el trabajo paciente en las obras batallamos por afrontar todos los problemas, su comprensión y las soluciones desde una óptica colectiva, la de la clase obrera.

Somos los que decimos basta ya de huir de un trabajo a otro, buscando una mejora que nunca llega o es más que circunstancial, basta porque eso además se acabó; basta de horas extras, destajos y pluriempleos para poder llegar a un salario digno; basta de buscar la causa de los problemas en los compañeros de trabajo, de dividirnos por el lugar de origen, el color de la piel o las creencias religiosas... Somos los que afirmamos: nativa o extranjera la misma clase obrera, los que apostamos por la unidad y la lucha obrera como única forma de afrontar el difícil futuro que tenemos; somos los que creemos en la democracia obrera como única forma de sostener realmente la lucha de todos y que es la única vía de cambiar el estado de cosas en el que vivimos.

Un plan obrero frente a la crisis

El capitalismo se asienta en una lógica de hierro: no necesita a los trabajadores para entrar en crisis pero les resultamos imprescindibles para salir de ellas. Los que en estos años se llenaban los bolsillos a manos llenas mientras cerraban fábricas, precarizaban el empleo y liquidaban los derechos sociales vendrán con los capataces de la patronal al frente, los Fidalgo y Méndez, de nuevo con la milonga de que nos apretemos el cinturón, vendrán con el timo de salir juntos de la crisis. Vendrán a decirnos que estamos locos pidiendo tal o cual aumento, tal o cual derecho. Y mientras seguirán poniendo a buen recaudo sus beneficios al tiempo que echan a miles de trabajadores a la calle dejándolos con una mano delante y otra detrás.

Serán estos mismos patronos, en especial los pistoleros los que alentaran más recortes a los derechos de los trabajadores inmigrantes para dar abiertamente o en forma velada su "solución" a la crisis: ¡que se vayan los inmigrantes!.

De los que han ejercido de capataces de la patronal y hasta de socios menores, los dirigentes de CCOO y UGT no se puede esperar plan alguno de salida a la crisis.

Levantar un plan obrero de salida a la crisis se convierte en una medida vital para combatir la actual situación y hacer frente a la crisis que se avecina.

* Por una salario digno en 8 horas de trabajo. Que los convenios tengan como punto central el aumento salarial. Ninguna categoría por debajo de los 1.000 euros de salario neto.
* Por la subida del SMI a ¡1000 € ya!. Es una burla lo que hacen los dirigentes de CCOO y UGT, reclamar un SMI de 1000 Euros... para el año 2016.
* En defensa del trabajo y la vida: Fuera las horas extras y los destajos que son fuente de la siniestralidad laboral. Hoy las horas y los destajos se convierten en la mejor manera de ir más pronto al paro. Hay estadísticas elaboradas por los sindicatos que demuestran que el numero de horas extras que se realizan en la construcción equivale a alrededor de 300.000 puestos de trabajo. Hay que luchar por un salario digno no por reventarse a hacer horas y que tu familia no se acuerde ya ni de la cara que tienes.
* Jubilación a los 60 años, porque se trata de un trabajo penoso, porque con los años aumentan los riesgos y el peligro de lesiones; porque facilita el acceso al trabajo a los más jóvenes.
* En defensa del empleo: plan de obras públicas y sociales. Porque hay mucho trabajo que hacer en la construcción pero no para seguir alimentando el negocio del ladrillo. Un plan de obras públicas y sociales permitiría no solo mantener el empleo (incluido en otros sectores), sino además dar salida a las justas demandas sociales como la construcción de hospitales, ambulatorios, escuelas, guarderías, centros de la tercera edad, centros sociales, polideportivos, carreteras, parques.Un Plan de obras públicas en cuya elaboración y control participen los trabajadores, los Ayuntamientos y las Comunidades autónomas, con el fin de impedir que el dinero público acabe dilapidándose en mano de las grandes constructores y los pistoleros.
* En defensa de la vida. Porque no podemos aceptar que se acabe considerando "normal" una media de 300 muertos al año en la construcción. Queremos ir a la obras a buscarnos la vida no a perderla.

La lucha contra la siniestralidad laboral comienza por garantizar condiciones de trabajo dignas que no obliguen a destajos jornadas agotadoras ni ritmos infernales.

Hoy la seguridad, los trabajos de prevención, son un fraude porque las empresas dedicadas a ese trabajo son subcontratas de las constructoras. Dependiendo económicamente de las constructoras no hay opción alguna a que los trabajadores de prevención exijan, cuando menos, cumplir la Ley de prevención de riesgos laborales y parar la obra si es necesario cuando haya riesgos manifiestos. La lucha contra la siniestralidad exigen sin duda muchas medias pero una básica e imprescindible es constituir el servicio público de prevención de riesgos, que los trabajadores de prevención estén directamente vinculados a la Comunidad autónoma o al organismo oficial del que dependa la prevención. Solo así las constructoras y pistoleros dejarán de tener en las subcontratas de seguridad la cobertura legal para tapar sus fraudes, esos que cuestan la vida a los trabajadores.

Exigir al gobierno, patronal y sindicatos medidas de urgencia frente a la crisis.

Los que se llenaron los bolsillos a manos llenas en estos años, los que desde el gobierno pusieron todos los medios para que se enriquecieran las constructoras y los banqueros y los que desde las organizaciones sindicales firmaron reformas laborales y cuanto hizo falta para que se lucraran los Florentino Pérez, los Del Pino, las Koplovich y compañía ahora ¡que den la cara!. Que no nos cuenten milongas.

Estamos frente a una "reconversión industrial encubierta" El Gobierno, la patronal y las grandes centrales sindicales tienen la obligación de presentar medidas de urgencia que garanticen el empleo frente a una crisis que amenaza el pan de 500.000 trabajadores de la construcción. Y los trabajadores no podemos aceptar pasivos y resignados hay que exigirles esas medidas que garanticen el empleo.

Pero nada va a caer del cielo si los trabajadores no nos movemos. Por eso hay que empezar a reunirse, a organizarse desde los tajos y empresas y propiciar reuniones de trabajadores del sector. Nosotros, por más modestas que sean nuestras fuerzas e inmensa la tarea, pondremos todo nuestro empeño en impulsar esas reuniones y alentar la lucha por la exigencia de medias de urgencia frente a la crisis.

Nosotros defenderemos como salida el plan obrero y las medidas que contempla expuestas en este folleto.

No faltarán los que nos tildaron de utópicos por plantear semejantes medidas, y los que intentarán convencernos de la "imposibilidad". Nosotros les diremos que la posibilidad o no de aplicar estas medidas solo depende de algo tan básico como la correlación de fuerzas. Si los trabajadores nos unimos y luchamos se pueden lograr, ¡claro que se pueden lograr!. La utopía, reaccionaria y suicida, es creerse que esperando y sometiéndose los empresarios y sus gobiernos nos van a resolver la vida.

Construir la oposición sindical a la burocracia

Los militantes de Corriente Roja en la construcción nos reivindicamos de la vieja tradición de las Comisiones obreras de la construcción. Nosotros reivindicamos aquellas comisiones obreras que no eran aún un sindicato sino comisiones de obreros que en los años 70, desde la base, en los tajos y al calor de la lucha obrera contra la dictadura, se iban creando. Las Comisiones obreras de entonces, denunciaban a los burócratas del Sindicato vertical franquista con argumentos como estos:

"Si, contrariamente a lo ocurrido en otras ocasiones, en ésta el convenio ha sido denunciado en el tiempo previsto, no se ha evitado, en cambio, el tropezón en la piedra de siempre: los obreros del sector ignoramos qué reivindicaciones plantea la Sección Social a la parte empresarial". "...lo primero que tendría que hacer la Sección Social es poner en manos de los trabajadores, en las obras, el anteproyecto del convenio"

"Si la parte empresarial está perfectamente informada de los planteamientos de sus negociadores, ¿por qué no han de tener los trabajadores esa facultad?.

"Esto daría al convenio el carácter de verdadera negociación colectiva frente a la negociación de despacho"

"Si hubiera que sintetizar en tres puntos otros tantos aspectos imprescindibles en la negociación colectiva de un convenio colectivo, señalaría éstos:

1.- Participación masiva de todos los trabajadores en asambleas abiertas en los lugares de trabajo. Donde debe elegirse la comisión negociadora del convenio.

2.- Condicionar lo pactado a los aumentos del coste de la vida (...) los aumentos salariales deben contemplar no sólo el incremento del coste de la vida, sino las necesidades que el desarrollo crea al conjunto de la población y dentro de esta a la clase obrera –como por ejemplo la vivienda, anotamos nosotros- cuyo empobrecimiento es cada día mayor con respecto a otras clases y capas sociales"

3.- Tener en cuenta los índices de producción, puesto que al ser los trabajadores los que crean la riqueza, es justo que participen en los beneficios que ésta comporta al conjunto de la sociedad" (Cambio 16, 1973)

Por eso decimos que los dirigentes de UGT y FECOMA-CCOO no son los herederos de las Comisiones obreras, sino sus sepultureros. A ellos vale decirles hoy lo mismo que 30 años atrás se decía a los burócratas del Sindicato vertical.

Nuestro trabajo sindical viene presidido por ese objetivo, comenzar a organizar desde las empresas y los tajos la oposición sindical a la burocracia. Estamos en una etapa de acumulación de fuerzas y en medio de la desmovilización obrera antes señalada. En ese trabajo de organización paciente de la oposición sindical, independientemente de la central sindical a la que pertenezcan los trabajadores que se acerquen a Corriente Roja tendremos como herramienta privilegiada para organizar esa oposición el impulso de un agrupamiento sindical, Co.bas.

Para todo nuestro trabajo hoy tenemos dos herramientas que hay que difundir y regularizar: La asesoría laboral gratuita y el boletín para la obras Al Tajo. Garantizar la seriedad y regularidad de la asesoría y la edición más frecuente del Al Tajo son dos retos que tenemos en forma inmediata.

Construir Corriente Roja en los tajos

Decimos en este documento que el reto, la tarea, difícil pero apasionante de Corriente Roja en la construcción es construir una referencia política y sindical de clase, que agrupe a los elementos más conscientes y lucidos de los trabajadores.

Contamos con nuestra convicción, con un patrimonio humilde pero poderoso: militantes obreros de la construcción de orígenes, culturas e idiomas distintos. Militantes que se forjan remando contracorriente y sin perder la cara a la dureza del trabajo y a la mayor dureza de la adversidad.

Nuestro desafío es hacer que el núcleo funcione regularmente, que nuevos compañeros se acerquen y los mejores se unan a Corriente Roja; lograr que nuestras iniciativas, luchas y propuestas lleguen a los tajos, tanto cuando se hable de la lucha por el convenio como cuando de invitar a ir a las manifestaciones por la vivienda, contra la Ley de extranjería o contra la constitución monárquica se trate.

En medio de las seguras dificultades que vamos a encontrar bueno es recordar aquella lección de un viejo luchador: cuando alguien te diga que es imposible, que no se puede hacer nada, entonces ten la seguridad de que todo esta por hacer.

Enero 2008

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal