Forum2004 / Expo2008, las grandes feistas de la especulación

Jornadas “Agrietando la ciudad: ¿dónde queremos vivir?”

Sábado 21 de febrero, “Fórum 2.004-Expo 2.008, las grandes fiestas de la
especulación”. A cargo de gente de la Assemblea de Resistències al Fòrum
2.004 de Barcelona y de Ecologistas en Acción de Zaragoza.

Unas 25 personas asistieron en el Centro Social Anarquista La Revuelta
de Zaragoza a esta charla que comenzó alrededor de las 19,30 horas.

Comenzaron la exposición tres personas de la Assemblea de Resistències
al Fòrum 2.004 de Barcelona, explicando que la decadencia industrial de
la ciudad obliga a instituciones y capital privado a buscar nuevos
campos en los que destacar a nivel mundial. Parece que la apuesta más
firme es el turismo, después de fracasar en los campos tecnológico y
financiero, por lo que no es extraño que en Barcelona se organicen
acontecimientos de carácter pretendidamente internacional cada año
(Olimpiadas, años Gaudí y Dalí, Fórum 2.004). Esta dinámica es
obligatoria, dada la fuerte competencia entre las ciudades que se
quieren apuntar a esta vía y la relativa escasez de otros atractivos. Es
otro caso en el que encontramos al sector público construyendo
infraestructuras o servicios de los que finalmente se beneficia el
capital privado.

Barcelona, como la mayoría de las ciudades occidentales sufre un proceso
denominado centrificación, mediante el cual los últimos habitantes de
los viejos barrios, generalmente gente autóctona con escasos recursos o
inmigrantes, han de abandonar su lugar de residencia expulsados por un
proceso especulativo desarrollado tanto desde las administraciones
públicas, como desde las empresas privadas. El proceso nos suena a todas
y a todos: devaluación por falta de mantenimiento, limpieza y
rehabilitación; compra a bajo precio por parte de los especuladores, a
veces incluso con alguna forma de extorsión a los antiguos propietarios;
y finalmente la reconstrucción en los términos elegidos por el gran
capital inmobiliario, con la imprescindible colaboración de las
administraciones públicas.

El Fórum 2.004 es el último invento del conglomerado empresarial e
institucional. Desde la organización, se apoya en tres pilares: paz,
multiculturalidad y sostenibilidad. Sin embargo, son ideas huecas,
manejadas con interés exclusivamente publicitario, como demuestran las
propias actuaciones enmarcadas en el acontecimiento.
Respecto a la paz, a pesar de que se les ha pedido, no se han
pronunciado contra la guerra en Irak, porque gran parte de la
financiación corre a cuenta del Gobierno español. Además, entre sus
principales patrocinadores figura Indra, empresa española puntera en la
fabricación de armamento.

La multiculturalidad es la coartada con la que tratan de atraer
numerosas actividades culturales de todo el mundo, apoyada por fondos
casi ilimitados. No pasa de ser otra línea de negocio más, de la que
obtener los correspondientes beneficios. Para colmo, Endesa es otra de
las grandes patrocinadoras, y ha sido denunciada por expulsar a los
indígenas mapuche de sus territorios para construir una agresiva central
hidroeléctrica.

Finalmente, de sostenibilidad, nada. El recinto principal del Fórum se
construye destrozando la línea de costa. Sólo algunas protestas
vecinales han conseguido detener una pequeña parte de los agresivos
proyectos. Como muestra un dato: de 2.000 millones de euros
presupuestados para el Fórum, sólo 260 se dedican a la organización de
las actividades. El resto se destina a la construcción de
infraestructuras.

A pesar de todo ello, la organización insiste en vender el
acontecimiento como algo progresista y contestatario, a pesar de la
oposición de gran cantidad de colectivos sociales barceloneses y de la
caída del programa de numerosas personalidades de las que se había
anunciado su participación. Su hipocresía es tal, que la Assemblea
denuncia la utilización de las manifestaciones contra la guerra y de la
resistencia a la oleada de desalojos de centros sociales ocupados con el
objetivo de ofrecer la imagen de un Fórum y de una ciudad sensibilizados
con el cambio social.

El representante de Ecologistas en Acción fue bastante más escueto,
apuntando razones medioambientales y socio-económicas para oponerse a la
realización de una exposición universal en Zaragoza en el año 2.008. En
cuanto a las primeras, la intención de ubicar el recinto principal en el
meandro de Ranillas supone una nueva agresión contra las castigadas
márgenes del río Ebro.

Respecto a las segundas, como todas estas grandes fiestas, el principal
interés es meramente especulativo y supondrá otro trasvase de dinero
público a manos privadas, en unos momentos en los que las propias
autoridades municipales reconocen que la ciudad pasa por un mal momento
económico. A pesar de ello, no tienen ningún reparo en presentar
presupuestos descuadrados y desmesurados y grandes proyectos faraónicos
de dudoso gusto y más dudosa utilidad (una gran columna de agua de 60
metros en el Ebro y un teleférico, entre otros).

Por ahora, Ecologistas en Acción se mantiene como el único colectivo que
ha expresado su oposición a la celebración de la Expo 2.008 en Zaragoza,
que cuenta con el apoyo unánime de partidos políticos, medios de
comunicación, sindicatos, organizaciones empresariales e incluso de la
Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza. Los colectivos
conservacionistas, que organizan junto a Ecologistas en Acción numerosas
movilizaciones y actos contra el deterioro medioambiental, no se
pronuncian por ahora, ya que su militancia se encuentra dividida al
respecto. Para Ecologistas en Acción, las organizaciones sociales
alternativas que apoyan la Expo no tienen en cuenta que todas las
batallas sectoriales que llevan a cabo pertenecen a la misma guerra.

En el debate final se expusieron varias ideas más relacionadas con estos
grandes festejos. Se recordaron los niveles de represión en Sevilla
antes y durante la Expo del 92, así como su importante agujero económico
y se condenó la actitud del presunto gobierno municipal de izquierda que
padece esta ciudad, que tras criticar los grandes proyectos urbanísticos
cuando era oposición, ha pasado a apoyarlos con entusiasmo. Además, se
recordó que Zaragoza poco puede ofrecer al visitante, después de décadas
y siglos de una concienzuda destrucción de su patrimonio, proceso que se
mantiene en nuestros días.

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