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Estado español :: 27/01/2003

Habla el Pueblo Vasco: Carta abierta a Marcos de Joxe García, miembro de Komite Internazionalistak

La Haine

[Carta escrita por Joxe García, Miembro de Komite Internazionalistak]

Aupa, subcomandante. Espero no pillarte cagando en este momento sobre la memoria de Rosa Luxemburgo, Durruti, Likiniano, el Che, Argala o del primero que viajó en globo. Que no estés cagando sobre la memoria de Pioquinto (muerto en Ocosingo el 2 de enero del 94), ni sobre mi abuelo, uno de los primeros andaluces que se levantó contra el franquismo (le hicieron cavar su propia tumba y le pegaron un tiro). Y, eso sí, espero que estés en compañía de tus alegres amigos, para que, con ese buen humor que tenéis, según se desprende de tus comunicados, os podáis entretener a gusto y divertidos mucho con esta humilde carta.

Los vascos y vascas somos de hablar para decir; y chorradas, las justas, y, aun así, nos equivocamos mogollón. El respeto llena mucho más cuando viene del humilde.

Asisto espeluznado al rifi-rafe que te traes tú solito a cuenta de mi pueblo, su sufrimiento, su lucha y sus esperanzas. Tantos siglos acumulados de cárceles, millones de horas de sesiones de tortura, de Torquemada a Garzón, tanta sangre vertida, y muchas más horas de palabra de las que tú puedas contar. Sí, leíste bien, de palabra. Y tú, prepotente, te lo juegas con Garzón. ¡Apostando mostrar tu cara!

Te pregunta Tacho: «¿Por qué será que dicen eso de sabemos que no siempre acertaron?». Y empieza la gracia. Bromas aparte y aunque no sé si me corresponde, te contesto, Marcos, si no es mucho ofender.

Que no siempre acertasteis parece evidente. Al igual que en Euskal Herria no podemos decidir aún nuestro destino, vuestros niños y niñas siguen muriéndose de hambre. A no ser que ese fuera vuestro objetivo, parece ser, repito, que no siempre acertasteis, por muy apenado que esté el general de división Absalón Castellanos.

En lo concerniente a nuestro pueblo, tampoco acertasteis. La falta de conocimiento global de nuestro país y de sus problemas se hace evidente carta a carta a cualquier vasco o vasca de cualquier signo y que tenga un mínimo de luces (otra cosa es cómo quiera cada cual digerirlo). Los deslices con Navarra o la despedida con un «Gora euskera» son sólo detalles, pero bastante sintomáticos. Aun así, mostráis una gran osadía al lanzar vuestra propuesta de diálogo sin contar previamente con ninguno de los actores, poniendo las condiciones, el lugar, la fecha y, por último, haciendo esa apuesta estúpida que al pueblo vasco en nada le concierne.

Por eso, quizás, mucha gente te regaña, Marcos, y te dice íy mucha más que te va a decir (incluida gran parte del movimiento social vasco)í que faltaste al respeto al pueblo vasco. Y por eso en las reuniones, en las calles y bares de Euskal Herria se discute más sobre esta falta de respeto que sobre la propia «propuesta de Marcos».

También os equivocasteis al olvidar que somos miles de vascos y vascas los que pasamos por vuestra tierra y que, aunque podamos parecer «gueritos tontos y torpes», no somos ni sordos ni ciegos. No es cierto o, mejor, es mentira que los zapatistas no hacen cosas a lo «oscurito»; hacen cosas a lo «oscurito» incluso para con sus propias bases. También es mentira que se la pasan hablando y escuchando para saber quiénes son. A veces los machetes y los hierritos también salen a cumplir su función (por no hablar de la tienda de abarrotes). Así que no andemos por la vida sobre el bien y el mal. También miente Marcos al decir que no os escondéis «detrás de supuestas representaciones». Lo hace Marcos sin más en la última carta a ETA. Cualquiera diría, leyéndola, que todos los tzotziles son zapatistas o que no existen tzotziles priistas y guardiablancas.

Os equivocáis también al pensar que sólo son opresores quienes portan pistolas, y sería bueno (me tomo la licencia, dadas las circunstancias) que, además de todas las cosas bonitas que enseñáis a vuestros niños, les enseñarais que hay palabras que matan, lo digo para que estén prevenidos en caso de que no triunféis en tan rápido como pensáis.

Por cierto que... ¿tiene Marcos la exclusiva de la verdad, de la «poesía» o de la demagogia? Los vascos y las vascas amamos a nuestros hijos e hijas. Los fascistas y los que no lo son. El primer juguete de nuestros niños y niñas es siempre una caricia, y amor es el apellido que les damos. Nuestras amas conservan la costumbre ya para siempre y «amor» le llaman al butanero, a la panadera, al pescatero y, cómo no, al hijo de la vecina. Nuestra nobleza no es ni más ni menos que la de los y las tzotziles, los murciélagos, los escarabajos o la tierra. Pero, además, hay gente de este pueblo que enseña a sus niños y niñas a amar su tierra, la casa del padre, nuestra libertad de existir. A amar la libertad para poder ser. Los derechos no se dan ni se otorgan, y tampoco debieran de tener que negociarse. Se tienen de por sí o se agarran, cada uno como puede.

Insultas cuando pones en el mismo lugar opresores y oprimidos, y ejemplo especialmente sangrante es la comparación que haces entre el pueblo palestino y el Estado de Israel.

Quizás en México no sea así, pero libre acá no es lo mismo que independiente. Libre es libre de poder decidir si se sube, se baja, se viene o se va. Libre es libre de opresores.

De todas formas, yo he conocido bastante al pueblo maya, en México y en Guatemala, y me quedó la sensación de que el concepto de estado-nación occidental, al menos lo que conocemos hoy, ha sido impuesto a golpe de garrotazo y de obligar a cantar mucho himno del cual no entendían ni la letra.

P.D.- No tiene la menor importancia, pero cuando el pueblo maya construía sus pirámides, el pueblo vasco estaba aquí. Cuando atravesaba el estrecho de Bering, el pueblo vasco estaba aquí. Cuando vuestros dioses discutían si el hombre sería de maíz, oro o no sé qué cosa, el pueblo vasco estaba aquí, de carne, huesos, sangre y alma. A nuestros niños y niñas también les enseñamos a respetar a los mayores. Las groserías y la mala baba es la palabra-arma mas fácil, estúpida y soez.

Kale borroka
Jorge Etchverry

Donde haya juventud
Siempre que haya juventud
Los gobiernos corruptos
! Los tiranos, las fuerzas de ocupación
No descansarán en paz
Las calles se erizarán de barricadas
El aire de las ciudades
se hará irrespirable
con el humo de los neumáticos encendidos

Los policías con sus perros
se abalanzarán como buitres hambrientos y numerosos
sobre las multitudes
envueltas en el gas lacrimógeno como en un sudario
Mientras los gobiernos centrales o federales
hacen aprobar nuevos decretos
bandos y edictos para combatir la subversión
En sus parlamentos títere
en que las divisiones partidarias
son otras tantas máscaras
que ocultan a los desconocidos de siempre

Hoy protestan y luchan en San Sebastián
En Québec City, en Yakarta
En las reuniones internacionales
del Banco Mundial, el Grupo de los Siete
donde las corporaciones vestidas de países
se lo tragan todo
se lo reparten todo
Y planifican cómo poner un precio al aire
Al agua, a los genes de plantas y animales
Cómo estrujar o! tra gota de la gente
venderle otras ilusiones,
imponerle nuevas reglas
para la compra y venta de su carne

Ayer era en Chile, el Salvador
que los jóvenes se echaban a la calle
a la sierra en Cuba
a las montañas en Colombia y Venezuela
Ocupaban las aulas en Uruguay y Argentina
Por dar unos ejemplos
En fin, bueno
Los cabros, las chiquillas,
como una bandada de pájaros
celestiales y efímeros
Tirando piedras, cócteles Molotov
Sembrando miguelitos en la calle:
una papa atravesada por clavos
cuyas puntas sobresalen
o un alambre grueso y filudo,
que se dobla de manera de caer siempre parado
con las puntas para arriba.

Sean ellos, los jóvenes
Algunos jóvenes
Que abarcan amplios horizontes
en las tareas del crecimiento
Cuya maduración exige la utopía
como terreno y abono
Los que salgan a la calle una y otra vez
Mientras nosotros,
Los maduros y acomodaticios
miramos por televisión,
cómo a! rrojan piedras
provocan a la policía
Y tratamos de creer
que alguna vez fuimos así
Que fuimos los que ahora corren
porque parece que están disparando
Y quisiéramos creer
que quizás aprendieron algo de nosotros
Los que ahora miramos
Suspendiendo por un momento
nuestras míseras preocupaciones
Para asomarnos
a esos paisajes claros y vastos
Que constituyen
Junto con la calle
Su territorio

[Carta difundida por Poetas.com]

 

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