La Haine - Madrid entrevista a Jon Anza, ex preso político vasco: "Mayor valor tendrá aquella solidaridad que surja en el mismo corazón del Estado"

1. En primer lugar nos gustaría que te presentaras.

Soy Jon Anza, de San Sebastián. Fui detenido el 20 de febrero de 1982, torturado durante diez días y encarcelado. Me liberaron hace escasamente un año, después de permanecer 21 en prisión. Fui condenado por actividades relacionadas con ETA.

2. ¿Por qué tienes interés en difundir en Madrid, el centro político y social más agresivo contra la lucha en Euskal Herria, la situación humana y política de los presos politicos vascos?

Precisamente por ser Madrid lo que es. La vulneración de los derechos de los presos y presas políticos vascos debe ser denunciada y combatida en todas las instancias, en todos lugares, y sobre todo allí donde se toman las decisiones que les afecta de modo tan drástico. La solidaridad entre los pueblos, entre los represaliados y entre todos aquellos que luchan por su futuro, no debe tener límite alguno. Al contrario, mayor valor tendrá aquella solidaridad que surja en el mismo corazón del Estado y rompa el discurso único en torno a Euskal Herria y a sus presos políticos.

3. El colectivo de presos políticos vascos ha pasado a ser considerado por la izquierda independentista como "sujeto político". ¿En qué se traduce esto?

Nunca ha sido considerado otra cosa que sujeto político, agente político, por parte de la Izquierda Abertzale. Y tambien lo han considerado así los dos Estados con su práctica represiva especial para estos presos y presas, a pesar de que en su discurso nieguen su naturaleza política. Pero es cierto que a raíz del debate interno que el Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) desarrolló en el interior de las prisiones durante los años 2001 y 2002, se realizó una apuesta renovada a favor de su actuación política, de su presencia en el escenario político vasco, de revitalizar su referencialidad política. Los Gobiernos siempre se han obstinado en negar la existencia de presos políticos, quizás en la creencia de que de ese modo pueden desfigurar o esconder bajo una alfombra el conflicto político que no quieren solucionar democráticamente. El Colectivo proyecta una referencialidad política clara, de lucha, que hace frente a la estrategia represiva del Gobierno todos y cada uno de los días. Y mantiene su vinculación con el proceso de lucha. Con tal fin se conforma como colectivo y actúa en la medida de sus posibilidades.

4. ¿Se puede estimar que el hecho de que la cantidad de presos políticos vascos haya aumentado considerablemente en los últimos años, se debe a que se ha intensificado la movilización social en Euskal Herria?

No sólo los presos y presas, si no que todo el conjunto de represaliados ha visto incrementarse su número, torturados, refugiados, etc... La principal razón es el incremento de la represión hasta cotas nunca antes conocidas, solo comparables a las de los años duros del franquismo. Euskal Herria vive un estado de excepción. Formaciones políticas son ilegalizadas, sus militantes encarcelados, medios de comunicación cerrados, redadas masivas sin prueba alguna, detenidos torturados, encarcelados preventivamente y, en muchos casos, condenados a penas desproporcionadas sin juicios verdaderos. Han reformado gran parte de la legalidad que antes venían incumpliendo. Han violentado el derecho. En definitiva, el fascio muestra su cara natural, sin caretas. Y con todo ello lo que realmente se pretende es condicionar el debate político vasco. Obstaculizarlo. Impedirlo. Un debate, por otra parte, que se ha centrado en el origen del conflicto, es decir, el derecho de los vascos a ser y decidir lo que quieran, sin imposiciones de los Estados vecinos. Eso es lo que realmente ha encendido la luz roja del Gobierno y ha originado reacciones tan viscerales y fascistas. Euskal Herria se les va de la mano poco a poco y el mecanismo de control que ensayaron hace 25 años, el estatuto de autonomía, se muestra agotado e inservible para tal fin, para españolizar al conjunto de los vascos.

5. Al mismo tiempo, la represión y el aislamiento dentro de las cárceles también aumentan cada año. ¿Qué medidas concretas se están desarrollando desde fuera, en el marco de la ilegalización política que sufre el movimiento, para poner topes a esta situación?

En el interior de las cárceles la situación no podía ser diferente, en tanto que siempre ha sido fiel reflejo del estado de las cosas en el exterior. Del mismo modo que el estado de excepción intenta frustar el debate político abierto sobre el futuro de Euskal Herria, su reflejo en el interior de las prisiones, intenta impedir la participación del Colectivo de presos y presas en el proceso político vasco, a sabiendas de que le referencialidad transmitida por el Colectivo es de resistencia y lucha. En tal sentido, las condiciones de vida se deploran a pasos de gigante. Aznar expresó en voz alta su deseo de que los presos se pudran en la cárcel, y su Gobierno da todos los pasos necesarios para que así sea.

Sin embargo, el movimiento pro-amnistía en Euskal herria realmente es popular y sigue apoyando a los presos y presas vascos a pesar de que algunas de las organizaciones hayan sido criminalizadas, de la misma manera qyue los propios presos y presas renuevan su compromiso de lucha y rompen el aislamiento político que los Gobiernos quieren imponer al conjunto del Colectivo.