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Països Catalans, Euskal Herria :: 16/10/2017

La reforma constitucional del estado de las cosas

Borroka garaia da!

 

En algún momento tenía que salir y lo hizo. No casualmente justo después del ejercicio de la autodeterminación en Catalunya. Un acuerdo entre PP y PSOE para ir abriendo el camino de cara a una reforma de la constitución española.

Ninguna imposición y violencia de estado son algo aislado ni responden a la venganza. Son funciones complementarias a una estrategia integral política que busca una serie de objetivos determinados que siempre van mucho más allá del mero momento. No por ser antigua, la estrategia del “palo y la zanahoria” deja de ser de uso común. Toda violencia de estado es un condicional de cara a que se siga un camino concreto. Es por eso que siempre, la mejor estrategia anti-represiva es no aceptar la zanahoria y lograr que el palo cause erosión al que lo empuña. Parece sencillo en la teoría pero la historia ha demostrado que en más ocasiones que otras, se opta por la zanahoria. Y eso lo saben muy bien los estados. Por eso no ha habido ningún estado en la historia que se haya desarmado. Pero tampoco ha habido estado que no haga propuestas, salvo que busque la aniquilación total del enemigo. Hace mucho tiempo se demostró que la aniquilación es “pan para hoy y hambre y nuevo conflicto, igual peor, para mañana” por lo que la ciencia fría de la opresión sabe desde hace siglos que la asimilación e integración es mucho más fructífera. Es decir, la zanahoria. Por eso necesitan del palo represivo. No porque se quieran vengar de supuestas afrentas, las cuales no suelen ser afrentas sino la lucha del pueblo por su libertad.

Los objetivos del camino que quieren iniciar de cara a la reforma constitucional en ciernes básicamente son dos. Y además coincidentes con la esencia del régimen español actual que no deja de ser la esencia del régimen franquista, esencia que no era Franco, sino la unidad de españa y la hegemonía de la clase pudiente. O lo que es lo mismo, la opresión nacional de las naciones y la opresión de la clase trabajadora por la burguesía. De ahí que la reforma constitucional será la zanahoria que intentará atraer al reformismo tanto nacional como social de cara a mantener el status-quo. O como se suele decir, mover algo para que no se mueva nada. E incluso si el contexto es propicio por debilidad del contrincante rupturista en inversa fuerza del reformista, involucionar más, lo cual pone el terreno de juego en mejores condiciones para el palo (lo legitima) y por tanto la zanahoria puede ser más pequeña de tamaño e incluso ausentarse por un tiempo.

Encajar Catalunya en un proceso de estatut autonómico, reforzar el proceso autonómico vasco una vez controlado el “frente norte” para intentar rematar la crisis profunda del proceso de liberación nacional y social vasco que haga imposible en generaciones tal proceso rebrotar son algunos de los objetivos evidentes. Y en este caso los interpelados directos y mediadores son la burguesía vasca regionalista con el PNV a la cabeza y lo que ha ido recabando o pueda recabar a su izquierda y el soberanismo gubernamental catalán que haya filtreado con la idea de soberanía pese a ser de orden y “seny”. Por otro lado, y tras el poso que dejó el ascenso de la lucha de clases en el estado español en momentos concretos de la crisis capitalista, terminar el proceso integrador y de absorción institucional.

La traducción política de todo esto es que en una situación alargada en el tiempo de diversas crisis entrecruzadas colocar en baremos socialdemócratas y autonómicos, y por lo tanto inocuos para el capital y el estado a lo máximo posible de la masa social disidente que arrastrados y pastoreados por diversas facciones de la burguesía que recibirán ciertas prebendas o contextos favorecedores para su sub-hegemonía, no entren en baremos de ruptura y por lo tanto asentando el estado de las cosas. La filosofía es la misma que la de la reforma franquista, por lo que la filosofía frente a ella es similar: Optar por la ruptura y no por alimentar la reforma. En 1978 ganó la reforma gracias a la burguesía vasca, catalana y los cuadros dirigentes de la izquierda española. ¿Se repetirá la historia, o la clase trabajadora y los pueblos han aprendido algo en casi medio siglo?

 

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