Lxs punkis ayudan a lxs africanxs con el top manta

Los "efectivos" de la policía municipal responsables de la lucha contra la venta ambulante -ilegal- de productos piratas en el Rastro madrileño, "indignados."

Las llamadas unidades de vigilancia de organizaciones de profesionales (al más puro estilo de los ángeles londinenses, neoyorquinos o angelinos que operan en los metropolitanos de sus ciudades) se dedican a conversar con la policía municipal y los ciudadanos que compran en los puntos calientes donde se concentra el top manta y, en general, la venta ilegal ambulante de falsificaciones.

Ocurrió el domingo pasado. En la confluencia de las madrileñas calles de El Duque de Alba con la de El Mesón de Paredes a la altura de la Plaza de Tirso de Molina -una de las entradas naturales al Rastro-, está apostada, como cada domingo, un furgoneta de la policía municipal.

Hasta la misma se acercó el Gerente de la Asociación de Compositores y Autores de Música (ACAM) quien, tras identificarse, entabló conversación con los tres agentes que integraban el retén de servicio.

"¿QUIERES QUE NOS FOSTIEN?" Los agentes confesaron que, aunque El Rastro "finalizaba" donde ellos estaban, "podían intervenir" contra el top manta pero que no lo hacían a no ser que el gerente "quisiera" que los fostiaran pues solo eran 3. El agente de grado superior dijo que los punkis (una cincuentena, muy habituales en la Plaza de Tirso de Molina) solían -en caso de intervención policial- gritar por los megáfonos "policía asesina". "A partir de ahí podrían acabar fostiándonos" aseguró.

"Ya sé que tú estás indignado, pero más indignados estamos nosotros que no podemos hacer nada. Aquí solo somos tres. [] Los que tenían que venir aquí son los antidisturbios. " Repitió varias veces mientras -sin dejar de mirar hacia los dos centenares de personas que se agolpaban sobre las mantas: africanos, paquistaníes y ciudadanos españoles- cerraba la puerta del vehículo municipal y poder sumergirse en la burbuja de aire acondicionado junto a sus compañeros.

Más abajo -también-, varias decenas de vendedores piratas, inundaban con Cd’s la calle de Ribera de Curtidores aprovechando la salida de miles de personas del Rastro.