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México, Anti Patriarcado :: 16/08/2017

Mapear la barbarie de los femicidios en México

Darwin Franco Migues
2 mil 785 cruces conforman el mapa de los femicidios en México y se han colocado, una a una, para mostrar el tamaño de la barbarie

María Salguero creó un mapa virtual que muestra cada uno de los femicidios ocurridos en México desde 2016. El motivo fue la rabia que le provocó descubrir que su país estaba plagado de casos. Su objetivo es extraer de las estadísticas el nombre, la identidad y la dignidad que les fueron arrebatadas a estas mujeres. 

Salir a pasear en bicicleta. Eso es lo que María Salguero hace constantemente para sacarse un poco de la cabeza las 2 mil 785 cruces que conforman el mapa de los femicidios en México y que ella ha colocado, una a una, para mostrar el tamaño de la barbarie. Este proyecto, que realiza de manera individual, visibiliza la violencia contra las mujeres que el gobierno mexicano ha negado sistemáticamente, pero que María se ha empeñado en mostrar porque cree que ante el horror “lo único que no podemos hacer es quedarnos callados”.

Ingeniera de profesión por el Instituto Politécnico Nacional, pero feminista por convicción, María Salguero, de 38 años, cuenta que ante la violencia cualquiera es capaz de romper la inercia que nos ocasiona el miedo, pero para hacerlo uno “debe ser empático con las víctimas de la violencia y no esperar a que nos ocurra una desgracia para hacer algo”.

Ese hacer algo llevó inicialmente a María a mapear las desapariciones en México —que suman más de 31 mil hasta mayo de 2017—; sin embargo, este proyecto no prosperó por la falta de un equipo mayor para llevar a cabo la titánica tarea. No obstante, asumió como un reto personal generar un mapa que diera cuenta de los femicidios ocurridos en el país en los últimos dos años (2016 y 2017), y así fue como su deseo por visibilizar los asesinatos de mujeres la llevó a demostrar que, lamentablemente, éstos no están focalizados en algunas ciudades o estados, como sugieren las autoridades; al contrario, los femicidios ocurren en todo el país, arrebatando la vida a miles mujeres de todas las edades y bajo el común denominador de la impunidad, ya que la mayor parte de los agresores están prófugos.

“A mí me decían que sólo había femicidios en Ciudad Juárez o en el Estado de México, pero yo insistía en que el problema era nacional… hacer el mapa demuestra justamente que el femicidios no está focalizado en algunos estados, sino que representa uno de los principales problemas del país. Los femicidios están en todos lados”.

María ha tenido que aprender todo sobre visibilización y “scraping” de datos para realizar su mapa, pero también acerca de protocolos y leyes que determinan, en los ámbitos nacional e internacional, qué es un femicidio y cuáles son las características que determinan que el homicidio de una mujer sucedió o se recrudeció precisamente por razones de género.

El “Modelo de protocolo latinoamericano de investigación de las muertes violentas de mujeres por razones de género”, realizado por la Oficina Regional para las Américas y el Caribe de la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres (ONU Mujeres), define al femicidio como: “La muerte violenta de mujeres por razones de género, ya sea que tenga lugar dentro de la familia, unidad doméstica o en cualquier otra relación interpersonal, en la comunidad, por parte de cualquier persona, o que sea perpetrada o tolerada por el Estado y sus agentes, por acción u omisión”.

También establece que el femicidio puede ocurrir de manera activa o pasiva, lo cual supone que no todas las muertes de mujeres deben provenir de la relación directa con el victimario, sino que también pueden darse por “la vinculación al tráfico de seres humanos, al tráfico de drogas, a la proliferación de armas pequeñas, al crimen organizado y a las actividades de las pandillas y bandas criminales”; y también “por los actos o acciones deliberadas por parte de funcionarios públicos y agentes del Estado”.

Todo esto lo aprendió muy bien María Salguero para conformar la metodología del mapa, ya que ella no quería solamente mapear las muertes de mujeres, sino indicar que éstas eran femicidios y, como tales, obligaban al Estado mexicano a actuar conforme a los protocolos y leyes que éste ha firmado, promulgado e instaurado para prevenir y erradicar toda violencia contra las mujeres en el país.

Mapear los femicidios, combatir el horror

A través de toda una ciencia y periodismo de datos, María Salguero ha puesto sobre el mapa la existencia de miles de femicidios que ni siquiera las autoridades locales han querido tipificar como tales; por ello, su proceder metodológico consiste en utilizar el Protocolo de Femicidios de ONU Mujeres para generar una serie de categorías con las cuales puede clasificar las decenas de noticias que se hace llegar a su correo electrónico a través del sistema de Google Alerts, el cual le envía todas aquellas noticias que han sido publicadas, en medios locales y nacionales, sobre homicidios de mujeres en el país.

Cada de una de estas notas es clasificada diariamente por María Salguero en una base de datos de Excel para determinar si las muertes informadas por los medios son o no femicidios; pero su labor no se queda ahí, porque, contrario al manejo indolente que se hace de las estadísticas sobre hechos violentos, María quiere nombrar a cada una de las víctimas y situar bajo el reconocimiento identitario su historia y las posibles causas de su muerte.

Por ello, en un segundo mapa colocado en el sitio “Los femicidios en México”, ofrece un cruce de datos mediante el cual es posible saber la edad de las víctimas, la relación con el acusado, el estatus legal del o los femicidas, el lugar y el modo en que ocurrió el asesinato, la conexión del femicidio con otros delitos (trata de blancas, narcotráfico, etcétera), sentencias emitidas tras cada femicidios por transfobia o lesbofobia e, incluso, la existencia de femicidas seriales.

“Todo esto lo he logrado saber por la información contenidas en las notas periodísticas, pero también por la información que me llegan a escribir familiares de las propias víctima. Con el paso de los meses he ido perfeccionando mi metodología e, incluso, he mejorado todos los datos para tener más detalles de los femicidios y de las víctimas. Por ejemplo, en 2017 he incluido datos como los femicidios por conexión, si existió tentativa de femicidio y otros detalles bien relevantes, como precisar si estas mujeres estaban embarazadas al momento de su muerte, cuántos hijos dejaron en orfandad o si se les asesinó para robarles a sus hijos”, precisa. María Salguero ha logrado detallar en sus mapas las causas multifactoriales vinculadas a los femicidios que han ocurrido entre 2016 y 2017. Hacer todo esto le lleva cuatro horas al día; sin embargo, para ella la lucha no se mide por las horas empleadas, sino por la sensibilización que se puede lograr en quien pueda ver su mapa.

“Hacer esto me ha hecho llorar demasiado, porque leer toda esta violencia da coraje, no sólo porque estos femicidios son ignorados por el Estado, sino también por los propios medios, que en muchos casos naturalizan también esta violencia. Jamás pensé que esto que inicié fuese así de grande, y eso que no me aproximo a las cifras oficiales. Es aterrador”

María ha ido observando algunas tendencias sobre los femicidios ocurridos en el país; a través de su mapa ahora sabemos que la mayoría de las víctimas son jóvenes, que su agresor tenía una relación directa o indirecta con éstas, que la violencia que sufrieron se exacerbó por su condición de género y que, en la mayoría de los casos, no existe castigo.

“Lo que uno no debe olvidar es que cada una de las cruces son personas. A pesar de ser un trabajo de datos, yo siempre pienso que cada punto del mapa o cada renglón de mi base de datos en Excel era una persona a la que se le arrebató la oportunidad de cumplir sus sueños; por ello, el segundo paso del mapa es recuperar las historias de cada una de estas mujeres, y esto lo haré con el colectivo de mujeres periodistas Chicas Poderosas Mx”, explica María Salguero, quien ya se visualiza estudiando un posgrado en Ciencias o Ingeniería de Datos para impulsar aún más lo que ahora está haciendo a través del mapa, ya que para ella el reto ante la violencia sigue consistiendo en decidirnos a hacer algo desde lo que somos y podemos hacer: “Yo, sin saber realmente cómo hacerlo, comencé a realizar mi mapa porque no quería quedarme cruzada de brazos ante el horror que vivimos. Aunque duele, debemos, seguir documentando la barbarie”.

Magis, revista de la Universidad Jesuita de Guadalajara / El Furgón. Fotos: Cuartoscuro

 

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