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Estado español :: 18/12/2007

No al Tratado de Lisboa, nuevo proyecto constitucional del imperialismo de la UE

CJC Estatal
El Tratado de Lisboa no es más que la reedición de las características y fórmulas antidemocráticas de la anterior Constitución.

Los 27 jefes de estado y de gobierno de la Unión Europea firmaron el pasado 13 de diciembre el "nuevo" Tratado Constitucional para la UE, el llamado Tratado de Lisboa. Han pasado dos años y medio desde que Holanda y Francia votaron "No" en el referéndum sobre la Constitución Europea. Estos dos años han servido de margen para relanzar la estrategia. El Tratado de Lisboa no es más que la reedición de las características y fórmulas antidemocráticas de la anterior Constitución.

El Tratado de Lisboa es la expresión práctica de la vocación imperialista de la UE en el plano económico, social, político y jurídico. Se trata, por tanto, de una pieza más en la construcción del polo imperialista de la UE.

Perfecciona los ejes económicos de la U.E., basados en la propiedad privada, la competitividad, la liberalización de los mercados y una mayor precariedad en el trabajo. La U.E. en su conjunto presenta los recortes de los servicios sociales y los derechos laborales como "un paso importante para enfrentar un mundo globalizado y cada vez más competitivo". Se profundiza en el recorte de derechos sociales. Se mantienen las bases de los Tratados de Maastricht-Amsterdam sobre el mercado interior y la libre circulación de mercancías, personas, de servicios y capitales. Se prohíben a su vez, las ayudas estatales a servicios sociales, la posibilidad de re-nacionalizar cualquier sector y los déficit públicos excesivos, bajo este eufemismo económico las "democracias" capitalistas de la UE reducen los presupuestos públicos hasta acabar con ellos (educación, sanidad, retraso de la edad de jubilación, etc). Es la práctica del neoliberalismo más salvaje, en todos los ámbitos.

Se refuerza el sentido supranacional y vinculante de las instituciones de la UE, éstas se caracterizan, tanto en su gestación como en su desarrollo, por representar el antagonismo del concepto de democracia. Existirá una posición única en política exterior, representada en el Alto representante para Asuntos Exteriores, una nueva personalidad jurídica de la UE con capacidad para firmar acuerdos y se configura una nueva forma más antidemocrática aún de elección de la Presidencia de la UE, el Consejo de Europa por un periodo de dos años y medio y no rendirá cuentas más que ante la UE. Se refuerzan en todo momento, el poder de la UE y sus instituciones, tanto en lo interno como en política exterior, y se avanza en los procesos antidemocráticos con el objetivo de fortalecer el proyecto imperialista y evitar nuevos fracasos.

En el plano militar se plantea una política de defensa común, o en otras palabras, comienza a perfilar un futuro ejército centralizado. Refuerza su cooperación con la O.T.A.N. y el gasto armamentístico. Se profundiza el autoritarismo y el proceso fascistizador, recorte de derechos y libertades y perfeccionamiento de los órganos represores (policiales y judiciales).

El Tratado se aleja de los auténticos intereses de las capas populares y, especialmente, de la juventud. Ésta vive cada vez más asfixiada por los continuos recortes de derechos y libertades, la precariedad laboral e instituciones que se articulan cada vez más impidiendo fórmulas de poder popular y la intervención directa en la toma de decisiones.

Por si fuera poco, este proceso antidemocrático culmina con la negación a un posible referéndum, esta vez, han sido los propios jefes de estado y de gobierno, los que de una manera directa y sin consulta previa ratifican y articulan un nuevo paradigma de la antidemocracia, el Tratado de Lisboa.

Es evidente que desde su propia historia, desarrollo y proyección futura, no existe posibilidad de "otra" UE, pese a que la socialdemocracia se empeñe en justificar la base del proyecto imperialista de la UE.

El Comité Central de los CJC llama a la movilización de los sectores juveniles de cara a la articulación de la necesaria unidad de acción frente a la ofensiva imperialista de la UE. La Europa del Capital y la Guerra ha retomado fuerza y debemos contestar en la calle, frentes, centros educativos y de trabajo, barrios, pueblos y ciudades. Hoy más que nunca, la búsqueda de la unidad juvenil en la defensa de nuestros derechos y nuestro futuro debe concretarse en la lucha contra el Tratado de Lisboa y el proyecto imperialista de la UE. Estamos ante una oportunidad histórica y no podemos ser indiferentes.

¡Contra el Tratado de Lisboa!

la Europa del Capital y la Guerra!

¡Contra el proyecto imperialista europeo!

¡Organízate y lucha!

Comité Central de los CJC (Colectivo de Jóvenes Comunistas)
16 de diciembre del 2007

www.cjc.es
cjc@cjc.es

 

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