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Estado español :: 19/06/2011

Pasaron las elecciones...¿y ahora qué?

Grupo Anarquista Luz de Medianoche (FIJA)

Tras el 22-M se cierra de nuevo el debate político en la sociedad española. Y es que no te quedan ganas, después de semanas de bombardeo sistemático por parte de medios de comunicación, partidos políticos y políticos sin partido. Este año el movimiento del 15-M y las acampadas le han dado un toque de color a la última semana electoral, eclipsando en algunos momentos la campaña de los partidos en los medios de comunicación, que se empeñaban a toda costa en mostrar una imagen de los indignados favorable a una “regeneración democrática”, más que en una voluntad de un cambio social de verdad. Vamos, que les han usado como “engranaje democrático”, que conecta la tensión social y la necesidad de una revuelta, con un sistema “imperfecto” pero “mejorable”, cargándose por el camino cualquier atisbo de confrontación con el sistema y fortaleciéndolo de paso, a la vez que canalizando la frustración de la gente hacia posiciones asumibles e inofensivas. Ahora, el que esa imagen vertida por los medios se convierta o no en realidad, depende de las personas que participan en esas movilizaciones.

Y es que, por H o por B, parece que los poderosos empiezan a sentir “miedito”. Lo cierto es que si nos paramos a analizar los datos electorales, comprendemos el porqué. Pese a haber descendido un poco respecto a otros años, la abstención, con más de un 30%, ha vuelto a ganar las elecciones. Y esto es bueno, muy bueno. Significa que la mayoría de la sociedad española ha perdido la confianza en la clase política, sea del color que sea. No votamos, no queremos elegir a nadie para que nos gobierne. Por ahí se empieza, y se sigue por la autoorganización para ser nosotros mismos quienes decidamos, desterrando para siempre a parásitos y gobernantes.

Pero no podemos olvidar que las elecciones y el voto no son más que un teatrillo que el sistema representa para hacernos creer que nuestra opinión cuenta, aunque sea sólo un poquito. Lo cierto es que “el sistema”, es decir, el conjunto de instituciones y personas que toman las decisiones que nosotros deberemos acatar obedientes y sumisos, es algo mucho más amplio que la política de los partidos. De hecho la economía, la banca, las grandes empresas, los innumerables tentáculos del Estado, instituciones como la Iglesia Católica, el Ejército o los grandes tribunales son algunos de los principales “actores” en el juego de la dominación. Y a esos no los podemos elegir.

La realidad es que con las elecciones nos la meten doblada, ya que distraen nuestra atención con absurdos debates y propuestas que no cambiarán nada nuestras vidas cotidianas. Y nosotros caemos como idiotas, identificando al enemigo en éste o aquél partido político, en este o aquél presidente. Y al final no nos damos cuenta de que el enemigo está mucho más cerca, de que el origen de la dominación no es otro que el regalar nuestra libertad a otro para que decida por nosotros. Y esto lo hacemos en las elecciones, pero también en nuestro día a día, en el trabajo, en la escuela, en el ocio, en la salud. En la vida.

Por todo esto, no podemos sólo tomar la palabra en tiempos de elecciones, mendigando a un sistema criminal un poco más de humanidad. Debemos tomar la palabra todos los días, autoorganizándonos para hacerles frente y que no se puedan aprovechar de nosotros. Hay que darse cuenta de una vez que la política y la economía del Estado y el Capitalismo no nos valen, están diseñadas en nuestra contra. No hay que pedir un sistema “menos inhumano”, sino crear uno a nuestra medida, enteramente humano. Hay que romper con su economía y su política, hay que salirse de sus cauces, pues nos conducen al engaño y a la desmovilización.

A la gente, a los trabajadores, a los jóvenes y mayores, a los parados y estudiantes sólo nos queda un camino: debemos avanzar hacia la revolución social, hacia tomar nosotros las riendas. Y para ello debemos desterrar los métodos que nos conducen a la desigualdad y a la sumisión. Olvidémonos de líderes y de vanguardias, rechacemos representantes, fijemos objetivos revolucionarios y organicémonos como iguales para ir transformando el mundo a medida que luchamos. Desoigamos cantos de sirena de nuestros enemigos, ni una sola concesión al Estado y el Capitalismo. Persigamos el todo aquí y ahora, pero con sensatez y aprendiendo de las lecciones que toda una historia de lucha nos ha facilitado.

Grupo anarquista Luz de Medianoche, Salamanca-Zamora
grupoluzdemedianoche@gmail.com

Federación Ibérica de Juventudes Anarquistas
www.nodo50.org/juventudesanarquistas

 

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