Santander: Concentración e intervención de un grupo de indignadxs en la Junta del Banco Santander

El pasado día 17 de junio un grupo de indignadxs se concentró a las puertas de la Junta de Accionistas del Banco Santander y leyó en la misma el siguiente comunicado:

Buenos días quienes poseen el presente.

Yo no soy nadie, si estoy aquí es solo como la voz de un movimiento que ha tomado la calle. La intención del 15-M es hacer saber que ya valió de alimentar a un sistema moribundo a base de hipotecar el futuro.

Hace más de 50 años Adolf Eichmann fue llevado a Israel para ser juzgado por organizar, nada más y nada menos, el genocidio de más de 6 millones de judíos. Su defensa se basó en argumentar que él solo seguía órdenes. Al analizar el argumentario y la mediocridad del acusado, la filósofa Hannah Arendt elaboró la teoría de la banalidad del mal, donde daba a entender cómo el mal no se presentaba a través de sociópatas, asesinos o grandes mentes criminales, el mal aparece en nuestras sociedades a consecuencia de la ambición, de asumir el sistema sin planteárselo y de buscar en exclusiva el beneficio particular. Aquel ser humano, humano como todos los aquí reunidos, era una persona normal que ni supo ni quiso calcular cuáles eran las consecuencias de sus actos.

No se puede seguir pensando que el sistema económico actual seguirá sosteniéndose de manera indefinida. El camino tomado es una irremediable deriva hacia el colapso socioeconómico mundial. También podríamos seguir así, sin pensar en las consecuencias y, llegado el momento, echar la culpa de dicho colapso a, por ejemplo, el cambio climático. Sería un absurdo, tal como pensar que la crisis actual no es otro agujero más en el cinturón financiero que aprisiona los sueños ciudadanos de un futuro mejor.

Esta institución financiera, como rodas las similares, ha pasado la línea que separa la financiación hacia la estepa del riesgo moral. La especulación, guiada por los beneficios y el cortoplacismo, ha sembrado la semilla de la injusticia, el grano de ello es la desigualdad con el que hacer el pan de la indignación. ¿Cómo podemos oponernos al negocio si produce beneficios? Cuestiones como el tráfico de armas que, directa o indirectamente, parece producir buenos beneficios y primas a los directivos, a quienes aún conservan la conciencia, más que repugnarles, les hace vomitar. El acto individual de cada accionista, si busca el bien común, puede significar no solo crear unos beneficios reales, sino colaborar en la construcción de un mundo mejor; no es por los pobres, no es por los parados, es por vuestros hijos y nietos que os gritan desesperados desde un futuro plagado de infamia. Os invitamos como personas iguales a crear un mañana para todos, a elaborar los cimientos de una nueva sociedad en la que la humanidad pueda poseer su destino. Solo existen dos caminos, el de seguir anclados al cadáver putrefacto de este sistema hasta nuestra extinción, o el de avanzar todos unidos: quedáis pues invitados, uníos a las asambleas, para empezar este sábado a las 19 horas en la Plaza Porticada, Plaza 15 de Mayo de Santander.