Una protesta de Menasa en Oviedo da pie a un intento de agresión al sindicalista Villa

Oviedo

Una protesta de los trabajadores de la empresa langreana Menasa en Oviedo dio pie ayer a un violento incidente con el líder del SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernández Villa, que fue increpado por algunos obreros de la compañía, en suspensión de pagos desde principios del pasado mes de mayo. El episodio se completó con un rifirrafe en el que al menos hubo un intento de agresión y un posterior forcejeo en el que Fernández Villa perdió las gafas. Las diversas fuentes consultadas ayer ofrecieron versiones dispares sobre lo sucedido: no faltó quien lo calificó de agresión en toda regla al líder sindical y quien culpó a éste de haber provocado claramente al trabajador.

Durante su recorrido -los obreros de Menasa tenían previsto llevar a cabo dos protestas, una ante la vivienda del administrador y otra ante la Consejería de Industria-, los trabajadores localizaron accidentalmente a Villa en el interior de una cafetería de la avenida de Galicia. Los hechos sucedieron aproximadamente a las once y cuarto de la mañana. Un representante de la plantilla entró en el establecimiento para hablar con el líder sindical, que accedió a salir al exterior del local.

La conversación se inició de forma calmada. Los trabajadores le preguntaron a Villa si tenía conocimiento de «alguna novedad de la situación de la empresa», a lo que el representante sindical respondió que no sabía nada. Varios obreros recriminaron a Fernández Villa que no hubiese «visitado» a los encerrados en los talleres de Menasa, en el polígono de Meriñán. El socialista esgrimió que él «llevaba únicamente temas de minería y de energía» y que Menasa pertenece a la Federación del Metal. Los trabajadores le tacharon de «insolidario», a lo que él respondió que «si me invitáis a los talleres, no tengo ningún problema con ir». Uno de los obreros de Menasa advirtió: «No hacía falta que te invitáramos, como representante de un sindicato y persona política con peso en la región deberías haber ido tú o intentar mediar ante el Principado de Asturias para solucionar nuestra situación». Villa insistió en su explicación de mantenerse al margen del conflicto por no tratarse de temas «de mi federación sindical».

Fue entonces cuando los ánimos se caldearon y del grupo comenzaron a surgir insultos y reproches hacia la figura de Villa y su labor política y sindical. «Mafiosu», «vendiste les Cuenques» y otros de mayor calado. En el momento de más tensión, el líder del SOMA instó a uno de los obreros a entrar en el bar para hablar. Allí se pudo oír como el trabajador gritaba: «¿Por qué me dices eso a mí? Dilo ahí delante de todos». Segundos más tarde tuvo lugar el rifirrafe que se formó en el interior, que acabó con la intervención de varios trabajadores que entraron en la cafetería para sujetar a su compañero, a quien luego varios obreros recriminaron su actitud.

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