[Valladolid] Jornadas feministas

Desde Liza Asamblea de Mujeres Combativas queremos invitaros a participar en las jornadas que celebraremos con motivo del 8 de marzo:
-MANIFESTACIÓN: jueves 8 a las 20.00 desde Fuente Dorada.
-CHARLA: IDENTIDAD DE GÉNERO, TRABAJO Y DESIGUALDAD. A cargo de Iván Sambade, profesor de Máster en Estudios de Género y Políticas de la Igualdad de la UVa, que analizará cómo la relación de los hombres y las mujeres con el trabajo es distinta y las desigualdades que se generan. Tendrá lugar en la Casa de las Palabras (C/ San Ignacio Nº9) a las 19.30.
-FIESTA: Para financiar los gastos de las jornadas, a partir de las 22.00 en el Bar Babalá (C/ San Martín 23) en las que se sortearán regalos.
Esperamos veros,
¡LA LUCHA FEMINISTA NO SE RECORTA!

Ser mujer trabajadora implica dos conceptos que están intrínsecamente ligados a una doble condición de explotación: por un lado nos encontramos con el concepto aislado de “trabajador/a”, que implica directamente una relación de compra-venta por parte del sistema capitalista de nuestra fuerza de trabajo a cambio de un salario infinitamente menor a los beneficios obtenidos por el empresariado; por otro lado, ser además mujer le añade unos puntos a la precariedad en la forma de vida: tenemos que sumarle la opresión de un modelo patriarcal de sociedad que se viene dando milenariamente.

En la actual sociedad este modelo patriarcal se ve maquillado en un sistema en donde medios de comunicación y sistemas legislativos son sin duda alguna lacayos del patriarcado; es por esta razón por la cual conceptos como “desigualdad de género” van perdiendo sentido a pesar del continuo desarrollo de conductas puramente sexistas. Mientras el papel de la mujer sigue prolongándose como sujeto pasivo y sumiso, reduciéndonos a meras espectadoras, el hombre por su parte ve a las mismas como objeto de consumo sexual que puede adquirir por un módico precio en el mercado e íntegramente para su satisfacción personal.

Esta mentalidad sólo prorroga los comportamientos dominados por una concepción de pertenencia, estableciendo roles sociales de dominación por parte del hombre y jerarquías de poder en la institución de la familia, así como la tolerancia y la aceptación de dichos roles anulando las conciencias de hombres y mujeres. Todo esto nos lleva a concebir o expresar nuestras ideas en un lenguaje sexista, que se ha introducido en nuestra sociedad disimuladamente y del que sin duda alguna es necesario emanciparse.

Por otra parte, aunque la actual crisis capitalista nos condena a ambos sexos a un seguro aumento en la precariedad laboral debido a las continuas reformas antisociales, estos perjudican más a las mujeres y los puestos de menor responsabilidad proliferan entre nosotras: seguimos ocupando los que no conlleven grandes decisiones mientras somos demandadas para actividades como la limpieza, el cuidado de personas dependientes, la exhibición de nuestro cuerpo, etc., a lo que se le añade un salario inferior al del hombre y la convivencia en muchas ocasiones con el acoso sexual. Y no sólo todo esto, además nuestra jornada laboral se prolonga en los hogares siendo nosotras las encargadas de los trabajos domésticos y de la comodidad de la familia. Una vez transformadas en objetos por y para el hombre debemos recordar cuidar nuestro aspecto físico y no olvidar los cánones impuestos, ya que en caso contrario en muchas ocasiones seremos rechazadas, tanto en el ámbito laboral como en la propia sociedad. En definitiva, la precariedad laboral también determina con agravantes nuestra condición de género.

Por todo esto y por mucho más sí al 8 de marzo, sí a la conquista de la igualdad y de nuestros derechos, sí a la lucha de las mujeres.