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México :: 14/07/2005

Al EZLN: Sin autocrítica no hay nada

Okupazión Auditorio Che Guevara
Sin autocrítica del EZLN, se ve difícil cumplir la Sexta Declaración de la Selva Lacandona.

¿Cómo olvidar las burlas y los denuestos contra importantes procesos organizativos como la Coordinadora Obrera Campesina Indígena y Popular (COCIP) o el Frente Amplio para la Construcción del Movimiento de Liberación Nacional?. ¿Cómo borrar la frase de Marcos: "me cago en las vanguardias revolucionarias", aunque lo asista la razón de oponer la capacidad de convocatoria del EZLN a la de otras organizaciones armadas?

¿Cómo desentenderse de la instrumentación de La Jornada contra las organizaciones y los personajes calificados de "ultras" con aquel comunicado electorero leído en asamblea de la COCIP por la primera actriz Elvira Concheiro que bien acentuó el "no están convocados"?. ¿Es cosa pasada la entrega al PRD del registro y las mesas en Tuxtla para la Primera Convención Nacional Democrática, como parte de los coqueteos con la candidatura de Cuauhtémoc Cárdenas?.

No se trata de llamar a una autoflagelación pública ni a un acto de contrición sin más. Se trata de criticar los pasos políticos de la mas importante organización político-militar en y contra la globalización capitalista. Sin esto, el borrón y cuenta nueva queda en una parrafada de menciones a la variedad de organizaciones civiles y político- militares, componentes de la izquierda de abajo. Esta multitud por lo que tiene de heterogénea y de hostil a toda representación partidaria y oficial, no podrá transformarse en proyecto económico-político sin la reflexión crítica de su desarrollo.

Las genealogías adquieren sentido histórico como autoconciencia de poder a pesar de todo. Pudiera ponerse en claro que el repudio al poder del EZLN se refiere al estado y sus partidos, sus procesos electorales y sus campañas, para dar lugar a otro tiempo que, bien dice un distinguido economista del Taller de Construcción del Socialismo, apunta más al 2010 que al 2006, esto es, a la decena característica de los procesos revolucionarios en México: 1810, 1910, 2010. El EZLN ha menospreciado su propia genealogía y con ella, la ruptura con un proyecto nacional e internacionalista por el socialismo que derivó en lo que ahora quiere superar: la reducción indígena y comunitaria. La crítica al desprendimiento del EZLN de las Fuerzas de Liberación Nacional resistentes a llamarse Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, es parte de la orientación de los llamados a la sociedad civil, sin partido político por definición, a cambio de las redes de apoyo revolucionario que no encontraron en el Frente Zapatista de Liberación Nacional su alternativa social efectiva. De aquí procede la necesidad de una historia de la sociedad civil y el civilismo desde las grandes movilizaciones de fin de milenio, hasta las convenciones y los encuentros intergalácticos, su ampliación de otra manera al Foro Social Mundial y las movilizaciones anarquistas que toparon con la pregunta clave: otro mundo es posible, ¿pero cuál?.

Es la hora de reivindicar la discusión que no pudo llevar adelante la COCIP ante las prisas electorales cardenistas vilmente instrumentadas por Benito Mirón, Nuria Fernández y esa especie de jesuita emboscado que es Alvarez Icaza. El señalamiento de nombres es necesario para precisar trayectorias consecuentes y hacer la ruta de los oportunismos, de modo de no tropezarse con las mismas piedras.

El estilo de Marcos es opuesto a la autocrítica, pero la verticalidad del mando militar, tendría que superarse en la recuperación del proyecto nacional e internacionalista. El CCRI y las experiencias de Los Caracoles y las Juntas de Buen Gobierno con su rotación de mandos y sus asambleas, tendrían que dar lugar a una crítica de las dificultades y los recursos para un proyecto de izquierda socialista desde abajo. Las decenas de organizaciones en busca de coordinación, de alianzas estratégicas y de coincidencias tácticas, trabajan de manera constante y esforzada desde hace no menos de dos años, de modo que no es solución el que llegue el EZLN y diga por dónde y con quién y cómo.

Sigue pendiente la discusión de la vía constitucional ante la inexistencia de un posible constituyente con representación de izquierda radical. Las Cámaras de Diputados y Senadores, la Suprema Corte de Justicia no tienen más preocupación que los acomodos electoreros y la imposible humanización de las reformas neoliberales. También pendientes están las posibilidades de la renuncia del presidente, de un interinato o de una Junta Ejecutiva de Buen Gobierno. Lo cierto para algunos es que los poderes duales no tienen capacidad de transformación frente al poder electoral del estado mexicano y sus partidos, pese al creciente abstencionismo como parte una sociedad civil inexistente más bien reducida a la multitud definida por Negri como una heterogeneidad tal que hace imposible cualquier representación organizada.

Se juega en todo esto la transición a lo que en 2010 pudiera concretarse. El agotamiento del estado-nación burgués y de sus procesos electorales está a la vista en las miserias programáticas y en los manejos mercadotécnicos de los precandidatos presidenciales. Pasar de las movilizaciones contestatarias a las propuestas de transición exige crítica y autocrítica radicales. No son pocos quienes advierten que la globalización capitalista solo puede resolverse para bien de la humanidad, con un proyecto hacia el socialismo. La crítica y la autocrítica económico-política contribuirá a superar el horror burgués a llamar a las cosas por su nombre.

Fuente: Okupazión Auditorio CHE Guevara

 

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