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:: 14/08/2010

Déficit del Gobierno uruguayo: ¿Cuánto?

William Yohai
La deuda pública aumentó en 2009 en más de 5 mil millones de dólares. En Uruguay, el déficit público se financia con deuda

Hace ya bastante tiempo que el tema de la deuda pública uruguaya y su impactante crecimiento viene siendo objeto de nuestra atención.

Como más adelante afirma Isaac Alfie, la misma aumentó en 2009 en más de 5 mil millones de dólares. Descontando dos efectos, que también él detalla, el aumento del precio del peso uruguayo en relación al dólar, y su impacto en la expresión en la última moneda de la deuda y el aumento de la parte "real" de las reservas del gobierno, aquellas que no tienen contrapartidas en depósitos ajenos en el Banco Central del Uruguay, la deuda aumentó, ésta vez realmente unos 2000 mil millones de dólares. O sea, un 10% aproximadamente.

Si tomáramos los montos "pelados" de la deuda bruta, dicho aumento hubiera sido de un 27%.

Pero aún es más serio: dicho aumento se da en un año, en que si bien el mundo estuvo en crisis, la economía nacional creció un 2,9%. Y dicho crecimiento se da en un contexto de 7 años en que el mismo promedió aproximadamente un 6% anual.

Hoy, vemos con cierta sorpresa un artículo, también en El País en que se refiere lo siguiente:

"Por siete votos en siete, el TCR observó el proyecto de Rendición de Cuentas de 2009, ya que considera que el déficit del balance del gobierno está subvaluado en US$ 1.935 millones, tres veces menor de lo que el organismo cree que debería ser.

La situación generó alarma en el Ministerio de Economía, al punto que -unas horas antes que se tomara la decisión- el subsecretario Pedro Buonomo y la contadora general Laura Remersaro visitaron el jueves a los ministros del Tribunal de Cuentas de la República (TCR) para procurar una marcha atrás. Buonomo dijo a El País que la discrepancia es por diferentes criterios de registración contable y que "ambos tienen sus fundamentos y se pueden considerar".

Pero el organismo presidido por Siegbert Rippe (donde el FA tiene tres ministros de siete) firmó su "opinión adversa" al proyecto y envió su resolución a la Asamblea General, en el entendido que la forma en que el gobierno elaboró el balance de ejecución presupuestal 2009 generó un déficit que "está subvaluado en $ 37.942 millones (US$ 1.935 millones), lo que representa un 23,31% de los ingresos del ejercicio", de acuerdo a la resolución."

En criollo: tal como sugieren las cifras de crecimiento de la deuda pública, hay un subregistro del déficit de 2000 millones de dólares, aproximadamente. Queremos explicar aquí, que los gobiernos tienen básicamente dos mecanismos para financiar sus déficit fiscales; (que no son otra cosa que la diferencia entre lo que recaudan, básicamente por impuestos y, en nuestro país, por las ganancias de las empresas públicas, y lo que gastan) a saber, la emisión monetaria y la toma de plata prestada, ésta última por la emisión de títulos de deuda.

Como no se percibe un aumento en la emisión de dinero por parte del BCU que haya hecho crecer significativamente el dinero circulante, la conclusión que queda es pensar que, en Uruguay, el déficit público se financia con deuda.

Ésta situación, del, en el contexto de las cifras oficiales, inexplicable aumento de la deuda pública, sólo podía tener como causa un "manejo", tal vez podríamos decir "maquillaje" de aquellas, sobre todo en lo referido al déficit.

Y buenas razones tiene el gobierno para estar "alarmado"....no es lo mismo que estas cosas las difunda un modesto escriba como uno, o aún un ex ministro y parlamentario de oposición, que lo haga un órgano oficial como el Tribunal de Cuentas de la República.

Si el lector se toma el trabajo de leer el artículo resumido más arriba en forma completa, verá que el gobierno intenta explicar la discrepancia entre las cifras que él mismo da, de un déficit de un 2% del PBI, en términos aproximados y un déficit un 6% mayor, o sea, 8% del PBI mediante el expediente de atribuir la diferencia a ajustes contables en que el Gobierno Central asumió deudas viejas del Banco Hipotecario del Uruguay y la, aparentemente "inocente" capitalización del BCU.

Decimos aparentemente inocente, porque, en realidad, la necesidad de capitalizar al BCU surge de las pérdidas que éste viene sufriendo a causa de la creciente emisión de títulos en Unidades Indexadas para retirar de circulación los pesos que el dicho Banco Central emite cuando compra dólares, con el fin de evitar que éste se abarate aún más y tenga, en consecuencia efectos negativos más marcados sobre la industria nacional.

Dicho de otra forma, el BCU y ahora también el Ministerio de Economía, compran dólares para evitar que se profundice el famoso "atraso cambiario".

Ya hace tiempo, nuestro amigo que firma sus apariciones públicas como POLIDORO, nos viene alertando sobre la significación de este fenómeno, que también se denomina "déficit parafiscal".

Para completar el panorama, citamos más abajo parte de lo escrito por I. Alfie.

"En segundo término una manera sencilla de medir el resultado del gobierno es ver cómo varió su deuda, ahora sí, neta de aumento en los activos y cambios de valuación. Pues bien, la deuda bruta aumentó en US$ 5.356 millones (17 puntos del PIB), en tanto se acumularon reservas por US$ 1.772 millones y la caída en la cotización del dólar produjo una diferencia de valuación -que aumenta la deuda medida en dicha moneda sin que se haya contratado efectivamente- del orden de los US$ 1.500 millones.

Entonces, si al aumento de deuda bruta le restamos estos dos conceptos, llegamos a un déficit del orden de los US$ 2.084 millones, 6,6% del PIB. Bastante mayor a cualquiera de las cifras manejadas. ¿Qué sucede? Varias cosas. i) el déficit que el gobierno publica fue de US$ 752 millones, ii) se reconocieron pérdidas en el BHU por unos US$ 836 millones (que son déficit) pero no están en la cuenta, de hecho el BHU le entregó al gobierno un "papel" por ese dinero y iii) hay un concepto que antes no existía, que es gasto permanente y no se está midiendo y debe hacerse, la valorización de la UI que, dado el stock de deuda en esa unidad de cuenta, sumó unos US$ 320 millones en 2009.

La suma de estos tres conceptos nos da un déficit aproximado de US$ 1.908 millones (6,1% del PIB), bastante más ajustado a la realidad. Sin olvidarnos que algunos de los guarismo son estimaciones gruesas y que seguramente existan otros ítems que también explican la diferencia, las "capitalizaciones" a colaterales de las empresas públicas son una fuente adicional para cerrar la discrepancia, a vía de ejemplo sólo ALUR recibió entre condonación de deudas y dinero fresco US$ 50 millones en 2009."

Con su lectura se nos comienza a formar un panorama, junto, por supuesto a las observaciones del TCR (dicen que inéditas por referirse a la Rendición de Cuentas) acerca de la importancia y gravedad del fenómeno.

El cual no dudamos en atribuir a la esencia de la política económica, claramente neoliberal, y que se centra, entre otras cosas, por la más absoluta libertad para el ingreso y salida de capitales y por la más increíble y absurda ausencia de gravámenes para la tenencia de la tierra y las exportaciones de productos agropecuarios con bajo o nulo nivel de industrialización.

Es así que se puede explicar el asombroso fenómeno de que, mientras las exportaciones alcanzarán este año la cifra (imprevisible hace algunos años) de cerca de 8.000 millones de dólares, el gobierno siga necesitando endeudarse para cumplir, deficitariamente por cierto, con sus funciones y pagar los intereses de la mismísima deuda pública que crece sin cesar.

Este año, sin ir más lejos, pagaremos, según los anuncios oficiales más de 1300 millones de dólares por dichos intereses. Y seguramente la cifra de la deuda pública crecerá otra vez.

Todo parece indicar que nos acercamos, sin que sea posible predecir la fecha exacta del acontecimiento, a una nueva crisis de deuda soberana. O sea, el momento en que los números de la economía, en particular de la deuda pública se vuelven insostenibles, los mercados toman nota de ello y deciden no comprar más los títulos que emite un país. Los medios financieros, y los gubernamentales se esfuerzan día a día para demostrar que la situación financiera de Uruguay es sólida. Y es que ambos tienen un interés claramente definido en que el público así lo crea.

Sin embargo, la experiencia internacional y nacional histórica demuestran hasta el hartazgo que tales crisis se desencadenan rápidamente, precisamente en países a los cuales se tenía en alta estima por sus políticas económicas. Y que las consecuencias para los más pobres, en particular para los trabajadores son devastadoras.

Es posible comenzar a tomar hoy medidas para evitar un tal desenlace, lamentablemente todo parece indicar que el camino elegido es aferrarse a esta política con la esperanza de que algún milagro se interponga entre el país y un nuevo abismo.

Los milagros (o hechos que parecen tales) suceden... sólo que muy raramente.

* Militante social, miembro de la Red de Economistas de Izquierda del Uruguay. Montevideo 7 de agosto de 2010

rteña

 

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