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Medio Oriente, Medio Oriente :: 05/05/2017

El tango israelí

Amira Hass
No es una sorpresa que el ejército y la policía no evitaran los ataques de los colonos, como ocurrió el pasado fin de semana. Están en connivencia

No nos engañemos: no se debe a la impotencia que las autoridades de la ley y el orden no impidieran un ataque predecible cometido por colonos ni tampoco se apresuraran a detener a los sospechosos. Eso es lo que ocurrió cuando unos colonos atacaron el viernes a activistas de Ta'ayush y otros atacaron el sábado a los palestinos de Hawara y Urif, los pueblos que tienen la desgracia de tener a Yitzhar y sus puestos de avanzada ubicados en sus tierras. La pregunta no es dónde está la policía, sino por qué no se indignó la mayoría judía israelí.

Las autoridades israelíes en Cisjordania (incluido Jerusalén Este) y los colonos de todo tipo tienen un objetivo común: la expulsión de los palestinos de sus tierras, si no a Jordania, al menos a las zonas A y B, en Cisjordania. Este objetivo no escrito se ve en las acciones diarias del ejército, la policía, el servicio de seguridad Shin Bet, la policía de fronteras y la Administración Civil.

Es cierto, el salvajismo desplegado contra los activistas de Ta'ayush el viernes fue más allá de lo experimentado previamente. Pero para los palestinos no es nada inusual. Esta es precisamente la razón por la que los voluntarios de Ta'ayush, héroes de hoy en día, decidieron hace 17 años acompañar a los palestinos a algunos de los lugares más propensos a la reacción violenta de los colonos (sur del Monte Hebrón y ahora también en el valle del Jordán).

Cada semana los activistas se ofrecen como voluntarios para servir de “escudo humano”, aún en el supuesto de que su presencia obligue a la policía y el ejército a intervenir. Han dejado de contar el número de veces que han sido objeto de ataques de los colonos mientras lo hacen y cuántas veces los soldados se han puesto a las órdenes de los colonos para expulsar a los palestinos y sus acompañantes. Por cada incidente de violencia de los colonos, especialmente contra los soldados y otros israelíes, hay docenas de ataques físicos y verbales que no se denuncian en los medios israelíes porque las víctimas son palestinos. A menudo, cuando los palestinos se atreven a tratar de defenderse, interviene el ejército y los ataca con granadas de aturdimiento y gases lacrimógenos. Y entonces la policía no atrapa a ningún sospechoso y cierra el caso. O detienen a palestinos.

Así fue como por órdenes de los colonos de un puesto de avanzada no autorizado cerca de la base militar Kfir en el valle del Jordán, o por su sugerencia, recientemente se detuvo a varios pastores, se espantó a sus rebaños y les incautaron sus burros. Este puesto de avanzada y otro hacia el norte - ambos de pocos meses de antigüedad- se están expandiendo a pesar de las órdenes de paralización de la Administración Civil. Bajo las narices de las autoridades encargadas de hacer cumplir la ley los colonos siguen acosando a los pastores y agricultores locales para empujarlos a abandonar sus tierras.

Este tango ha estado ocurriendo durante décadas. En 1981 y 1982 un comité dirigido por la vicefiscal Yehudit Karp se ocupó de examinar las quejas palestinas sobre violencia de los colonos. Ya entonces se encontró “defectos” a la conducta de la policía. Y ya entonces el informe del comité indicó que el problema no técnico, sino que estaba relacionado con el Estado de derecho. Hoy en día se puede afirmar de manera más directa: el problema es el objetivo supremo desde 1948, la mayor cantidad posible de tierra para los judíos con la menor cantidad de palestinos.

Un artículo de un miembro de Ta'ayush Guy Hirschfeld en el sitio web 972 describe la indiferencia policial. Dice que cuando los activistas del grupo informaron a la policía el viernes pasado que los atacantes judíos se acercaban, se les aconsejó con indiferencia que los graben. Casi se detuvo a las personas heridas en el asalto (de los que se informó erróneamente que eran heridos “leves” en base a la declaración de la policía) porque no accedieron a presentar una queja casi inmediatamente.

Las autoridades de la ley y el orden no están actuando en nombre de la ley abstracta y el orden universal. Representan al judío israelí medio que sabe que en cualquier momento puede conseguir una casa bien subvencionada en Cisjordania con un jardín y una vista espectacular. El problema menor de que los dueños de esa tierra (pública y privada) dé la casualidad que son palestinos se obvia por medio del uso de la fuerza. Los colonos solo son un refuerzo de la violencia del gobierno. Algo de lo que se benefician los ciudadanos judíos.

Haaretz. Traducido del inglés para Rebelión por J. M. Extractado por La Haine

 

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