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Colombia :: 20/11/2008

[Fotos] Resistencia Social y Comunitaria se aproxima a Bogotá

Activista desde La Minga
Quedan tres días para que la marcha indígena y popular que nació en el Cauca llegue a la capital Colombiana.

Quedan tres días para que la marcha indígena y popular que nació en el Cauca llegue a la capital Colombiana. Desde que la Minga comenzó a caminar la palabra rumbo a Bogotá el pasado lunes día 10, el número de marchantes se ha mas que duplicado, triplicado o quintuplicado. Los primeros días la Minga la conformaban principalmente indígenas de la región de Cauca, conocidos por su fuerte organización.

Por el paso por Armenia, Ibagué, Chicoral*, y sobretodo Fusagasuga han ido llegando miles y miles de personas. Ya no se trata sólo de indígenas, quienes de alguna forma lideran esta marcha, sino de múltiples sectores sociales que no se solidarizan con la Minga, sino que forman parte de ella. La Minga es un punto de encuentro, una lucha y trabajo común. Cuando la gente de Colombia habla de luchas o pelas se refiere a ellas como procesos. El concepto no es en vano, y es que la resistencia en este país evoluciona día a día, crece con cada persona que se suma a esta marcha. El domingo sorprendía ver la Universidad de Cundinamarca, donde se han alojado los mingueros, con montones de nuevas chivas aparcadas. Han llegado muchas comunidades del departamento de el Tolima, quienes se han incorporado a la guardia indígena y se encargaron de coordinar la manifestación y el acto en Fusa el lunes.

Se calcula que en estos momentos, cuando todavía permanecemos en la Fusa, hay unas 20mil personas. Desde que el viernes pasado se llegó desde Chicoral han sido unos días tranquilos, de reflexión, asambleas y encuentro. Las diferentes comisiones que preparan el debate con el presidente Uribe y trabajan por un proyecto común se están reuniendo a diario. En estas asambleas se tiene la difícil labor de definir como defender el territorio de forma colectiva entre afro colombianos, indígenas y campesinos, o plantear una denuncia a la violación de los derechos humanos con gente proveniente de todos los rincones del país.

Los mayores, los que los europeos conocemos como chamanes, trabajan cada día en rituales para armonizar y dar fuerzas a la minga. La guardia indígena entrena cada mañana o al atardecer. Es simpático verles entrenando para situaciones de riesgo como las que se vivieron en el corte de la Panamericana, como si fuera un juego. Cuando una les ve corretear y reírse, gritar con fuerza los vivas a la guardia indígena o a la madre tierra, y recuerda que son los mismos que en ocasiones han retenido policías antidisturbios para realizar intercambios por sus detenidos, solo se puede sentir respeto y cierta admiración.

El domingo se aplazó la audiencia pública prevista en el centro de Fusa a causa de la lluvia, cuando al anochecer escampó, la guardia realizaba uno de sus entrenamientos. Lucho, conocido como nasawala, coordinador y uno de los fundadores de la guardia, dio la triste noticia de que Urian, un compañero de la guardia se había matado en un accidente de tráfico. Me impresionó la forma de llevar el duelo, porque Urian fue casual, pero en los últimos tiempos han sido muchos los indígenas asesinados. Lucho les decía a los niños, hombres, mujeres, ancianos que estaban allí. "Hay que llorar los muertos, quieren tapar nuestras lágrimas. La guerra quiere volvernos insensibles." Se dedicó un tiempo a recordar al joven y a otros que ya no están. Para los indígenas los muertos no quedan atrás, sino delante mostrando el camino. Cada golpe les hace mas fuertes.

Esa noche tocó el grupo indígena Kwe'sh kiwe. La gente bailó y cantó alegre las canciones que hablan de si mismos, de su proceso de lucha, con sus instrumentos y ritmos caucanos. Será porque los mayores trabajan por fortalecer sus gentes o porque saben muy bien como mantener el espíritu contento, la Minga se siente cada vez mas fuerte.

Fusagasuga, la despedida

Fusa es la ciudad donde la Minga ha permanecido mas días y también el lugar donde mejor ha sido recibida. Las instalaciones de la Universidad de Cundinamarca son el mejor lugar donde podían alojarse tantos miles de personas en su camino hacia Bogotá. Los estudiantes han peleado duro para ello, jugándose la expulsión de sus estudios. Han recogido ropa, zapatos y comida para los marchantes. Preocupa el clima frío de Bogotá (2600 metros de altura) y la poca preparación de muchos indígenas que caminarán kilómetros y kilómetros con chanclas y sin un buen abrigo para las noches de la capital colombiana.

Ayer lunes, se realizó un acto en la plaza mayor de Fusa en el que participaron representantes de todos los sectores que forman la Minga. También tocaron algunos grupos indígenas Pijaos, Emberas y los populares Kwe'sh kiwe. Entre las intervenciones indígenas destacaron la de Luis Evelis, consejero de la ONIC (organización Nacional indígena de Colombia), Aída Quilque (consejera mayor del CRIC) que hablaron de una Minga no sólo indígena. También tuvieron voz los afro colombianos que rechazaron duramente el TLC y el cultivo de palma aceitera ( Palma africana para combustibles) que es una de las causas de sus desplazamientos y violencia paramilitar. También hablaron estudiantes universitarios contra las privatizaciones y la persecución policial que están sufriendo, sindicatos de profesores sobre los escasos recursos que tienen, gente de Fusa contra la pésima calidad de los servicios públicos como los Hospitales, campesinos, corteros de caña, y un movimiento de víctimas que denuncia casos como los falsos positivos(asesinatos indiscriminados a gente por parte del ejercito por sospecha de ser de la guerrilla o simplemente por contarse un muerto más y su recompensa).

La tarde fue tranquila, y la gente descansó para la marcha del día siguiente. Hoy estaremos marchando hacia Soacha, la última parada antes de llegar a Bogotá. Allí se espera un gran recibimiento, y aunque la rectoría de la Universidad Nacional ha negado la entrada a la Minga, todo el mundo tiene muy claro que ese es el lugar donde hay que estar, y que como pasó en Ibagué, ninguna autoridad institucional tiene legitimidad para limitar la minga. Todavía no hay datos de como va a ser el debate con el presidente Uribe, pero a pesar de lo que digan los medios nacionales, ese no es el objetivo de la minga. Uno de ellos ya se cumplió, aglutinar en un espacio de encuentro y lucha a toda aquella gente en resistencia. La Minga no terminará en Bogotá, este es el inicio de un camino mas largo.

*El “Pacto de Chicoral” firmado en 1973, fue la estocada final a reforma agraria en lugar de una redistribución de tierras aptas para la agricultura, el Estado encaminó a los campesinos sin tierra hacia los bosques húmedos de la Amazonía, el litoral pacífico, el Darién y el piedemonte araucano, con el señuelo de los “proyectos de colonización” que ofreció sostener y que en realidad abandonó a su suerte. http://www.razonpublica.org.co/?p=562


Reportaje fotográfico:

 

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