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Venezuela, Mundo :: 10/02/2015

Francisco I propone cambiar el reclamo de "Verdad y Justicia" por "Verdad y Memoria"

Fernando Moyano
Vade retro, sanctitas!

Uruguay ha vivido en las últimas décadas un esfuerzo cultural muy importante, tanto de parte de organizaciones sociales como también de instituciones del Estado, una campaña sistemática para erradicar los castigos corporales a los niños.

Sea por eso por la simple evolución espontánea de nuestro progreso social, lo cierto es que esta práctica está en retroceso, y además han aparecido como una novedad las denuncias contra los casos de abuso infantil, que antes quedaban en la sombra.

Por eso es más inaceptable todavía la idea retrógrada de Bergoglio, que se hace llamar Francisco I, de habilitar los castigos corporales "no humillantes". El castigo corporal a los niños es además humillante para el adulto que lo hace, porque es un acto de cobardía. Y no vengan con versos sobre la "educación de los niños", el castigo físico muchas veces está motivado por la haraganería del adulto, que quiere ahorrarse el trabajo de intentar una verdadera educación cultural.

Los antecedentes de la Iglesia Católica en materia de pedofilia y su encubrimiento como política oficial, no le dan mucha autoridad para venir a dictar cátedra sobre temas de educación sexual. Podemos prescindir de ese asesoramiento.

Estas aberraciones de Bergoglio, como lo fue también ir a dictar una misa ante las multitudes en Manila predicando el bien y aceptando que el día anterior hayan limpiado las calles de la ciudad y encerrado a los niños pobres en jaulas para que no saliesen mendigar ese día afeando la escena, como lo fue también culpabilizar a la víctima -aunque fuese parcialmente- en el caso de Charlie Hebdo por "ofender la fe, insultar", esas aberraciones en todo caso son cosas lanzadas por este Papa "urbi et orbi".

Pero no podíamos tener tanta suerte, Bergoglio nos hace el honor de prestarnos una atención específica y quiere meter ahora la nariz en Uruguay con una propuesta de cambiar el reclamo de "Verdad y Justicia" por "Verdad y Memoria". Ni siquiera es algo novedoso. El Papa solamente repite lo que ya había propuesto el Pepe

Un supuesto "pacto" con los culpables de delitos de lesa humanidad, pasando por encima de la ley y los principios, y cambiando impunidad por una incierta información inocua cuyo valor sería más que discutible. En realidad un renunciamiento a la justicia. Esa propuesta sí que es un insulto que ofende nuestra dignidad

Bergoglio pone el ejemplo de Sudáfrica, país donde ese camino ha conducido a una degradación social creciente. Todos nosotros hemos señalado siempre que institucionalizar la impunidad, renunciar a la idea misma de justicia, puede tener consecuencias de degradación moral sobre toda la sociedad, y tal vez eso sea una de las causas de lo que nos está pasando en el país, porque así como en algunos aspectos se progresa en otros se retrocede.

No vayamos a Sudáfrica, Nuestra América trata de recorrer un camino de justicia lleno de impedimentos, aún así hay militares juzgados por genocidio en Guatemala, e incluso en Argentina, tierra natal de Bergoglio, muchas cosas se han logrado en materia de Verdad sin necesidad de abandonar el anhelo de Justicia.

Acá, por supuesto, la propuesta fue tomada de inmediato por el nuevo comandante del ejército para llevar agua a su molino. Y si bien hemos encontrado algunas voces disconformes, no en el tono que merece.

Por lo menos el Pepe, cuando quiere hacer pasar sus propuestas reaccionarias como humanitarismo, lo hace teniendo honestamente una vida personal "franciscana". En cambio este que se hace llamar nada menos que "Francisco" I, por supuesto que no anda en un auto viejo sino que vive en uno de los palacios más lujosos del planeta con cientos de sirvientes.

Está sentado encima de un tesoro que, sólo su parte en oro, es de 3500 millones de Euros y podría acabar con la pobreza mundial dos veces.

La primera parte de ese oro fue sacado de Haití, y para ello secuestraron de África y trajeron a América millones de negros africanos para esclavizarlos, ya que según la Santa Iglesia, no tenían alma. Los esclavos no tienen alma, los esclavistas sí.

Las potencias imperialistas que saquearon América tal vez puedan aducir que usaron esas riquezas para beneficiar a sus propios pueblos (y contener la rebelión social), o para el "desarrollo". Ni eso en el caso del Vaticano, es usado para atesoramiento y ostentación.

Pero este Papa y el anterior se han preocupado por exhortar a todo el mundo a ayudar a Haití. "Animémonos y vayan", ellos no largan un maravedí. “La Iglesia siente el deber de dar su contribución para reconstruir este país, pero esa reconstrucción no tendrá lugar sin la reconstrucción del hombre, no podremos pensar en reconstruir el país sin ayudar al hombre a ser más persona, más hombre, a conocer cada vez más su dignidad como hijo de Dios”

¡Empezá por cambiar vos, Bergoglio! ¡Mostrá un poquito de dignidad! Esta propuesta de institucionalizar la impunidad por los crímenes de lesa humanidad es una verdadera vergüenza, y además viene de parte de quién no tiene ninguna credencial para meterse en el tema.

Si, como parece, quien hace esta propuesta tiene ganas de venir a Uruguay, espero que lo recibamos como corresponde, diciéndole:

¡Piantate de acá, Bergoglio!

 

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