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Mundo :: 03/04/2023

¿Hacia la autocracia?

Germán Gorraiz López

Como explica el escritor Samuel Huntington en su libro “The Third Wave,”
(Tercera Ola, 1.991), el mundo ha pasado por cuatro olas de
desestabilización y democratización. Según Huntington, una ola de
democratización sería “un conjunto de transiciones de un régimen no
democrático a otro democrático que ocurren en determinado período de
tiempo y superan a las transiciones en dirección opuesta durante ese
período y que también implica la liberalización o la democratización
parcial de sistemas políticos”. Así, en el mundo moderno se habrían
producido cuatro olas de democratización y cada una de ellas habría
afectado a un número escaso de países y durante su transcurso algunos
regímenes de transición fueron en una dirección no democrática; pero no
todas las transiciones hacia la democracia ocurren durante las olas
democráticas.

Primera y Segunda Ola

La primera ola comenzó en el siglo XIX y se extendió hasta la Gran Guerra y
la segunda se produjo en los años posteriores a la Segunda Guerra
Mundial y ambas fueron seguidas por una ola inversa, con países como
Brasil, España, Portugal, Grecia, Granada, Brasil y Panamá que debieron
realizar una posterior transición hacia la democracia , completado en la
década de los 90 con la democratización de los países de la extinta
URSS y Sudáfrica.

Tercera ola de democratización (1974-1990)

En su análisis de la tercera ola mundial de las transiciones a la
democracia (iniciada en 1974 con la Revolución de los Claveles en
Portugal), Samuel Huntington observó que las posibilidades de
democratización aumentaron cuando estos países salieron de la pobreza y
alcanzaron un nivel intermedio de desarrollo socio-económico, momento en
el cual ingresaron en una zona de transición política. Recordar que
entre 1974 y 1990, mas de treinta países en el sur de Europa, América
Latina, el este de Asia y la Europa del este pasaron de un régimen
autoritario a disfrutar de un sistema democrático de gobierno, todo ello
en el marco de un tsunami global que quizá sea el acontecimiento
político más importante de las postrimerías del siglo XX.

Según la tesis de Huntington, dicho sprint democrático se explicaría porque
tras darse por finiquitada la distopía virtual de la Guerra Fría las
dictaduras militares habrían dejado de ser de ser un instrumento útil
para EEUU en la lucha contra el comunismo y ya no serían la solución
sino el problema. Además, a pesar de que en los citados países no
existía una tradición de cultura democrática, rápidamente entendieron
que si el poder continuaba residiendo en una élite que desconfiaba del
sistema igualitario exportado por EEUU, siempre gravitarían alrededor de
la égida de los intereses de dicha élite, lo que imposibilitaría sine
die la asunción del poder por la sociedad civil.

Así, en 15 años la ola democratizadora se trasladó por Europa del Sur, saltó
a Latinoamérica, se trasladó a Asia y finiquitó los sistemas
autoritarios de los países postsoviéticos, (de lo que sería paradigma el
hecho de que en 1974, ocho de los 10 países sudamericanos tenían
gobiernos no democráticos y en 1990, 9 tenían ya gobiernos
democráticamente elegidos), y según Freedom House, el 39% de la
población mundial vivía en países libres en 1990, disminuyendo por
primera vez la cantidad absoluta de estados autoritarios.

Cuarta ola democratizadora (2003-2013)

La llamada “Primavera árabe” (que tuvo su detonante en Túnez y se extendió
por mimetismo al resto de países árabes del arco mediterráneo, Yemen e
Irak durante la década 2003-2013), sería la primera oleada de protestas
laicas y democráticas del mundo árabe en el siglo XXI, movimiento
popular sin precedentes caracterizado por la exigencia de libertades
democráticas frente a regímenes corruptos y dictatoriales y la mejora de
las condiciones de vida de una población sumida en una pobreza severa y
un desempleo estratosférico, contando además en el caso de Túnez y
Egipto con el apoyo del Ejército.

Con dicha revolución asistimos a la llegada a los países árabes del arco
mediterráneo de la Cuarta Ola mundial de transiciones a la democracia ,
aunque Huntington no otorgó en la década de los 90 ningún potencial
revolucionario a los países islámicos, a pesar de reconocer “la fuerza
de la revuelta islámica y las raíces tan débiles de sus respectivas
democracias”. Sin embargo, el golpe de mano realizado por el Ejército
egipcio contra Morsi escenificó el ocaso de la primavera árabe y a su
posterior inmersión en la nueva estrategia de EEUU para todos los países
que componen el tablero gigante del arco árabe-mediterráneo.

Nueva ola involucionista? (2013-2023)

Muchas de las elecciones democráticas de la última década han estado marcadas
por acusaciones de fraude electoral (Nigeria, Ucrania, México,
Bielorrusia, Honduras, Costa de Marfil, Tailandia, Pakistán y
Afganistán), aislamiento internacional de los gobiernos democráticamente
elegidos (Bolivia, Ecuador, Venezuela, Nicaragua y Franja de Gaza);
pseudo-elecciones para intentar edulcorar golpes de mano
blandos (Honduras, Ucrania, Egipto, Paraguay y Vietnam) y aceptación por
la comunidad internacional de sistemas políticos devenidos en meros
gobiernos autocráticos ( El Salvador, Georgia y Bielorrusia).

Estaríamos pues en vísperas de la irrupción en el escenario geopolítico de la
nueva ola desestabilizadora mundial originada por causas económicas (el
ocaso de la economía global); culturales (el declive de las democracias
formales occidentales debido a la cultura de la corrupción; el déficit
democrático de EEUU y la pérdida de credibilidad democrática de
incontables gobiernos de países occidentales y del Tercer Mundo) y
geopolíticas (la irrupción de un nuevo escenario geopolítico mundial
tras el retorno al endemismo recurrente de la Guerra Fría entre EEUU y
Rusia, conocido como autocracia.

La autocracia sería una forma de Gobierno ejercida por una sola persona
con un poder absoluto e ilimitado. lo que confirma el aforismo de Lord
Acton “El Poder tiende a corromper y el Poder absoluto, corrompe
absolutamente”. La autocracia sería pues una especie de dictadura
invisible sustentada en sólidas estrategias de cohesión (manipulación de
masas y culto al líder) basadas en el control absoluto de los medios de
comunicación y la censura y desprestigio social de los individuos
refractarios al mensaje del líder.

Germán Gorraiz-Analista

 

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