Irak: Asesinos de sangre fría.
En el momento más conmovedor de la noche, Hersh habló de una llamada que recibió de un primer teniente encargado de una unidad situada a mitad de camino entre Bagdad y la frontera siria. Su grupo estaba acampado en una zona agrícola en las afueras de una aldea. Contrataron a aproximadamente 30 iraquiés para vigilar un granero. Pasaron las semanas. Se conocieron e hicieron amistades. De repente, recibieron órdenes del comando central de que había que "limpiar" la aldea. Otro pelotón de la compañía vino y ejecutó a los vigilantes iraquíes. A todos.
"El teniente dijo que simplemente los fusilaron, uno por uno. Y que sus soldados y él, y por supuesto los aldeanos, se sacaron de quicio", dijo Hersh en voz baja. "Estaba histérico, totalmente histérico. Fue a hablar con el capitán de la compañía, quien le dijo: "No, no entiendes, les llegó la muerte. Pillamos a 36 insurgentes. ¿No lees esos informes sobre los norteamericanos que dicen que realizaron una maniobra de combate y que mataron a 15 insurgentes?""