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Medio Oriente, EE.UU., Medio Oriente :: 18/05/2020

Israel anexionará a los Estados Unidos

Philip Giraldi
El embajador del régimen de EEUU en "Israel" predice una "conexión cada vez más profunda"

Como los Beatles dijeron una vez: "Leí las noticias hoy, oh chico..." Uno podría argumentar que el "oh chico" ha sido parte integral de la revisión de los medios matutinos desde el 11 de septiembre, pero dependiendo de las propias inclinaciones, el contenido diario bien podría considerarse particularmente deprimente en los últimos años.

La "relación especial" estadounidense con el régimen judío ha sido un desastre para los EEUU y para toda la región del Medio Oriente, incluso para el propio Israel.

Israel ha utilizado el apoyo acrítico de los EEUU que ha disfrutado desde la época de Lyndon Johnson para llevar a cabo políticas imprudentes frente a sus vecinos que han llevado a Washington a conflictos que se podían haber evitado. Mientras tanto, ha explotado el poder de su formidable 'lobby' interno para desangrar al Tesoro de los EE.UU. por más de $ 100 mil millones en subvenciones directas: más tres veces en términos de acuerdos comerciales y de coproducción en gran parte ocultos aprobados por un Congreso subordinado y respaldados por el control de los medios de comunicación.

En cambio, EEUU terminó con un "mejor amigo y aliado" que espió a EEUU, robó su tecnología, corrompió sus procesos gubernamentales y mintió constantemente sobre sus vecinos [primero Irak y depués Irán y Siria] para crear un casus belli para que los estadounidenses puedan morir en guerras sin sentido en lugar de los israelíes.

El asunto Lavon y el ataque contra el barco de guerra USS Liberty revelan que el gobierno de Israel matará a los estadounidenses cuando les convenga hacerlo, sabiendo perfectamente que los aduladores en Washington y los medios dominados por los judíos apenas se quejarán ante la afrenta.

En los últimos tres años, Donald J. Trump ha cumplido su promesa de ser el "mejor amigo en Washington que Israel haya tenido". Él nombró a su propio abogado de quiebras y sionista David Friedman como embajador de los EEUU, un hombre que claramente ve su misión como la promoción de los intereses israelíes en lugar de los de los EEUU. Israel ha explotado ilegalmente una luz verde estadounidense para declarar a todo Jerusalén su capital, adonde Trump trasladó complacientemente a la Embajada de EE.UU.

Un régimen sionista -inevitablemente, se ha declarado legalmente como "judío", ya no se parece en nada a una democracia-, que también anexó ilegalmente los Altos del Golán sirios ocupados y ahora se está preparando para asimilar gran parte de la antigua Cisjordania palestina.

La expulsión de casi todos los palestinos restantes, incluso los que son ciudadanos israelíes, sin duda vendrá después y de hecho ha sido reclamado por algunos políticos judíos. Este amor extremo por Israel abrazado por la Casa Blanca y el Congreso significaba, entre otras cosas, una hostilidad implacable hacia Irán y Siria, ninguno de los cuales representan una amenaza o desafío real para el pueblo estadounidense o para cualquier interés genuino de los EEUU.

Friedman incluso ha distorsionado el uso del idioma inglés por parte del Departamento de Estado; ahora se hace referencia a Cisjordania ocupada como "disputada" o "en disputa". Friedman, que ha ignorado la ley estadounidense existente al contribuir a los asentamientos ilegales de Israel, ha servido constantemente como apologista de los francotiradores israelíes que disparan contra manifestantes desarmados en Gaza y de sus amados colonos que destruyen los medios de vida de los agricultores palestinos.

Los antecedentes son espantosos, -gracias, señor Trump-, pero, para volver a las "noticias de hoy", un artículo que apareció el jueves pasado en el Jerusalén Post todavía tuvo el poder de hacerme derramar mi taza de café con incredulidad.

El titular decía "Friedman: el segundo mandato de Trump podría llevar los lazos entre EEUU e Israel al siguiente nivel". No estaba seguro de si quería leer el artículo, ya que temía que probablemente obligaría a transferir el Departamento del Tesoro de los EEUU a Jerusalén y colocar el Pentágono bajo el control de Benjamin Netanyahu. Mientras tanto, a los estadounidenses se nos requeriría cruzar los puntos de control cuando viajamos entre estados y solo podríamos encontrar a subhumanos trabajando en el cultivo de coles en una red en expansión de tipo kibutz.

Al final resultó que, por supuesto, la entrevista de Friedman con los periodistas del Jerusalén Post fue sobre Israel, no sobre los EEUU, a pesar de que transcurrieron algunas tonterías vagas sobre el llamado plan de paz de Trump que pondría fin a la mayoría de los conflictos en la región de Medio Oriente y beneficiaría así a los estadounidenses. Friedman comenzó con “Necesitamos maximizar los beneficios mutuos de la relación de una manera que no creo que haya ocurrido antes. Los únicos límites son la imaginación de hasta dónde podemos llegar”.

Si Friedman quiso decir que EEUU no ha cosechado ninguno de los "beneficios mutuos", sin duda tiene razón, pero de alguna manera no creo que esa fuera su intención. Y, ciertamente, ha habido mucha imaginación en los intrincados -y a menudo ocultos- esquemas del 'lobby' israelí para estafar al contribuyente estadounidense en el transcurso de los últimos 75 años.

Friedman caracterizó la situación antes del traslado de la Embajada diciendo “estábamos aplicando un doble estándar a Israel, en relación con todos los demás países del mundo. Le decíamos a Israel que no tienes derecho a elegir tu ciudad capital... Y no es una capital cualquiera, es Jerusalén ". Equivocado, Dave.

El problema con Jerusalén es que el estado judío quería su capital en una tierra que controlaba pero que no poseía según el derecho internacional y según los acuerdos que condujeron a la ilegítima fundación de Israel. Pretender que hay algo especial caído de la divina providencia no cambia la cuestión.

Friedman también hizo un interesante comentario lateral que ilustra cuán deformada es en realidad la visión de Trump acerca de Israel. Aparentemente, Friedman y el presidente electo sostuvieron discusiones sobre el traslado de la Embajada antes del día de la asunción "con algunos funcionarios que predijeron que iba a anunciar la medida el mismo día de su toma de posesión, el 20 de enero de 2017. Eso no sucedió, -según Friedman-porque eran necesarias conversaciones previas en todas las diferentes oficinas gubernamentales: el Departamento de Estado, el Pentágono, etc.”. Que Trump estaba dispuesto a resaltar y promover a un gran defensor del 'lobby' de Israel el mismo día de su asunción es más que significativo, es extraño.

Aparentemente, los símbolos también son cercanos al corazón de David Friedman. “Los estadounidenses que apoyan a Israel entienden el significado de Jerusalén tanto como lo son la Estatua de la Libertad, el Monumento a Lincoln, Plymouth Rock y Valley Forge... Debido a que EEUU se fundó sobre ese tipo de principios, los estadounidenses comprenden profundamente la importancia de Jerusalén para el Estado de Israel".

Friedman agregó que retener símbolos como Hebrón, que se encuentra en el "ADN bíblico" del pueblo judío, también es un elemento importante en el "plan de paz" de Trump. ¡Vaya!, David, es conveniente citar la experiencia estadounidense para justificar lo que Israel está haciendo, pero los EEUU -al menos aparentemente- se fundaron en el principio de que "todos los hombres son creados iguales".

Israel es por ley un estado de apartheid basado en la religión. Y cuando lo examiné por última vez, Hebrón era una ciudad predominantemente palestina bajo ocupación militar para proteger a los intrusos colonos sionistas que están trabajando duro para expulsar a los residentes originales.

Es el sitio de la masacre de fieles palestinos de la mezquita Ibrahimi de 1994 llevada a cabo por el fanático judío nacido en Brooklyn Baruch Goldstein. Veintinueve palestinos fueron asesinados. Sí, el "ADN bíblico" parece encajar perfectamente si se considera el sino de los cananeos.

Friedman tenía algo que decir -también- sobre lo planeado para el 1º de julio acerca de la anexión israelí de "asentamientos de Cisjordania, sitios bíblicos y el valle del Jordán". Proporcionó luz verde de la Administración Trump diciendo: "Estaremos listos para abordar este problema si Israel está listo". En última instancia, como dijo el fatídico Secretario de "Defensa" Pompeo, es decisión de Israel. "Tienen que decidir qué quieren hacer”.

Según Friedman, la "visión de paz" de la administración Trump permitiría a Israel anexar directamente el 30% de Cisjordania y ejercer el control sobre la mayor parte del resto, lo que incluiría "todos los asentamientos y todo el Valle del Jordán".

Los palestinos no tendrían control sobre los recursos hídricos ni tampoco de su propio espacio aéreo. El mapeo de los detalles precisos está actualmente sujeto a "llamamientos judiciales en la corte de Israel". Tengan en cuenta que toda la toma de decisiones críticas es de Israel con el pleno respaldo de los EEUU.

Friedman también describió la importancia de enviar un mensaje claro a los palestinos culpándolos de todo, incluida la negación de los DDHH básicos, que de hecho es una especialidad israelí. "Si les dices a los palestinos que no importa lo que pase, no importa cuán recalcitrante seas, no importa cuán malignas sean tus actividades, no importa cómo incumplas con los DDHH básicos para tu propia gente, con todo eso, aún puedes vetar los derechos del pueblo judío y del Estado de Israel y su capital incuestionable... les estás mandando una señal incorrecta".

¿Y a dónde ir desde aquí? Friedman opina que “la ecuación de las relaciones entre EEUU e Israel debe ser cambiada. En lugar de que los estadounidenses se vean a sí mismos ayudando a Israel, deben darse cuenta de lo mucho que Israel puede hacer por los EEUU, por ejemplo, poniendo primero en el mercado de los EEUU las fuertes innovaciones israelíes".

Claro, robe la tecnología norteamericana, modifíquela y luego organice en secreto acuerdos comerciales amorosos a través de los correligionarios para vendersela a los tontos en los EEUU.

La entrevista del Jerusalem Post concluye con la predicción de Friedman de que "si Trump es reelegido, habrá muchas más oportunidades para profundizar las conexiones entre EEUU e Israel". Si todo eso es cierto, nosotros los estadounidenses también podríamos entregar nuestra soberanía en este momento y ahorrarnos el dolor de pasar por otras elecciones presidenciales corruptas.

unz.com. Traducción de J.M. Extractado por La Haine.

 

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