La "Funa" Chilena da la Cara

Hoy, como siempre, damos la cara.
Nuestra historia ha sido pública y transparente. Nacimos en las vigilias que se realizaban en la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, cuando en octubre de 1998 esperábamos los fallos que mantenían detenido a Pinochet en Londres. Por esos días, jóvenes hijos de detenidos desaparecidos, de ejecutados políticos y otros que, sin tener familiares directos como víctimas de la represión, asumen un compromiso en la lucha por la Verdad y la Justicia, decidimos organizarnos para abrir espacio a las nuevas generaciones, un lugar desde el cual podían enfrentar directamente a la impunidad, aportar cada uno desde su propia identidad y hacerse parte de la construcción de un nuevo Chile.
El 1° de octubre de 1999, bajo el nombre de Acción, Verdad y Justicia, realizamos la primera denuncia pública de un criminal impune en su trabajo, pronto vendría la segunda y aumentaba el interés por participar en la organización de las funas. Así decidimos construir la Comisión FUNA, en la que nos mantuvimos los iniciadores y se sumaron nuevas orgánicas juveniles, desde jóvenes organizados en política hasta los que provenían del espacio ecologista, pasando por feministas, colectivos universitarios, grupos anarquistas y también un número importante de personas no organizadas, quienes encontraron aquí un espacio para su propia construcción de vida.
En estos cinco años de activa denuncia contra los criminales, nos acercamos rápidamente completar 50 denunciados. Hemos llegado a sus casas y trabajos con nuestra manifestación alegre, pacífica y colorida. Nuestros tambores han pregonado a vecinos y colegas el prontuario de cada uno de los funados. Ninguno de ellos se ha querellado en contra nuestra por injurias y calumnias, pues deberían probar que lo que nosotros decimos es mentira y eso es imposible. Nuestra acción solamente se realiza cuando estamos seguros de las responsabilidades de cada individuo, las que son documentadas por procesos abiertos, archivos judiciales, testimonios de sobrevivientes y todas las fuentes posibles que nos den un 100% de seguridad para actuar.
Siempre hemos sido bien recibidos por los vecinos, muchos de los que nos dan las gracias por advertirles del peligro que tienen cerca, y que incluso se suman a nuestras marchas y lecturas colectivas del volante que repartimos en cada acción. La voluntad de ellos muchas veces ha terminado con el cambio de casa del torturador denunciado.
Creemos que nuestra denuncia es un aporte a la dignidad de nuestro país. La impunidad se ha convertido en parte sustantiva de la sociedad heredada por la dictadura, y en ella se sienten cómodos los que cometieron los crímenes, los que usufructuaron de esos crímenes, quienes asumieron roles dirigentes en la dictadura y los nuevos administradores del gobierno. No olvidemos que, si bien las violaciones a los derechos humanos han disminuido en su brutalidad y amplitud, siguen existiendo jóvenes torturados y asesinados, como Daniel Menco y Alex Lemún, quienes luchaban por su derecho a estudiar, el primero, y a recuperar sus tierras ancestrales, el segundo.
En nuestro país se han acentuado las desigualdades y se priva, cada vez a más chilenos, de su derecho a estudiar, de su derecho a tener salud gratuita, de su derecho a una vivienda y un trabajo digno, por lo que nuestro aporte también apunta a recuperar los sueños y esperanzas de aquellos que dieron su vida por terminar con la dictadura, pues con su ejemplo y su entrega nos llenamos de amor a la vida.
Por eso hoy, cuando uniformados en servicio y en retiro exigen mayor impunidad; cuando la derecha no asume el tema públicamente, pero en privado insiste en la amnistía y el olvido; cuando el gobierno apoya a los criminales con rebajas de pena y el ocultamiento de sus nombres por 50 años; y cuando el Presidente de la Corte Suprema obliga a los jueces a cerrar los casos en sólo seis meses, nosotros damos la cara porque pensamos que nuestro accionar es legítimo y cada vez más necesario. Damos la cara porque seguiremos gritando por las calles:
Para los torturadores, asesinos y sus cómplices
¡Ni perdón, ni olvido!
Si no hay justicia
Hay FUNA

Comisión FUNA

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