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Brasil, Brasil :: 16/02/2017

Lula no es un hombre de izquierda, es un político de la conciliación

Mario Hernández
Entrevista con Ricardo Antunes, sociólogo marxista brasileño

M.H.: ¿Cómo puede ser que con el poco respaldo popular que tiene el gobierno de Temer, los arrepentidos de Odebrecht que involucran a su círculo más íntimo y a él mismo y su debilidad institucional, se lleven adelante reformas estructurales como el techo impuesto al gasto público por 20 años?

R.A.: Como sabemos, el gobierno de Temer es ilegítimo, pero está haciendo todo lo que las fracciones de las clases dominantes quieren. Entonces, la falta de apoyo popular es compensada por un acuerdo muy fuerte de los sectores de la industria, la banca, el agronegocio, la alta burguesía de servicios, más los medios de comunicación que hacen un apoyo total e inclusive tiene un apoyo judicial.

Ha nombrado a Alexandre de Moraes del PMDB como Ministro de Justicia del partido que sabemos apoya a Temer y va a ser parte del Supremo Tribunal Federal, es casi una provocación, porque el nuevo Ministro será el revisor del Lavajato, es decir, que va a revisar un proceso en el que están involucrados sus amigos ministros y el presidente.

Los medios no hablan de esto, porque hay un movimiento muy fuerte de preparación para que el Lavajato pueda castigar a Lula y otros, pero dificulte que castigue tanto al PMDB de Temer como al PSDB. Entonces, es un gobierno marcado por la ilegitimidad que toma una medida antipopular atrás de otra, pero que tiene hoy el apoyo de las clases dominantes, de la Cámara, del Parlamento y del Senado, tiene apoyo del Poder Judicial que también es conservador y no tiene una oposición abierta, porque la población trabajadora quedó muy desencantada del gobierno de Dilma y si bien se opone a este gobierno, está muy dividida.

Hay luchas importantes desde el Movimiento de los Trabajadores sin Techo, hay otras luchas de trabajadores ligados a sindicatos pero, en general, la situación es muy complicada. Por otro lado, la crisis es profunda, el Ministro de Hacienda dice que Brasil empieza a salir de la crisis pero es un sueño, porque no hay evidencias de esto, hay más de 12 millones de trabajadores desempleados según indicies oficiales, o sea, que en la realidad la situación es mucho más compleja, porque este número omite el subempleo, ni a aquellos trabajadores que ni siquiera buscan empleo porque no tienen recursos para hacerlo. Por esto la situación es caótica, y por el apoyo de las clases dominantes y de los medios, es que Temer puede seguir adelante haciendo contrarreformas. Sin ir más lejos hoy Michel Temer recibió a Macri, son los Presidentes de la devastación neoliberal latinoamericana que se encontraron.

M.H.: Me llamaron la atención las palabras de Lula cuando Temer se acercó al hospital Sirio-Libanes donde se encontraba internada su esposa quien falleciera el viernes 3. Lula planteó que la política económica permite imaginar una salida del pozo y que sería malo y muy complicado intentar sacar a Temer del poder. Más allá de estas palabras, según Datafolia el 63% de la población apoya un anticipo de elecciones, incluso el propio Lula va primero en las encuestas.

 R.A.: A mí no me sorprende. Como he escrito en repetidas oportunidades en distintos medios, Lula es un conciliador por excelencia. No debería haber recibido en el hospital a Temer que dirigió el golpe a Dilma. No solo lo recibió sino que además le dijo que tenían que conversar, se ofreció para ayudarlo en su gobierno. Es una provocación sin límite. Lula no es un hombre de izquierda, es importante que se elimine ese mito. Lula es un hombre de la conciliación. Horas antes de recibir a Temer recibió a Cardozo, y dijo que se arrepentía de no haberlo llamado para conversar cuando fue presidente.

Lula no entiende que por ser conciliador hoy las clases dominantes quieren meterlo en la cárcel. Por un lado la situación política de Lula es tan difícil, así como es la de Temer, porque temen las consecuencias de la operación Lavajato. Por otro lado, piensan en arreglarse entre ellos porque tienen el mismo destino. Por eso Lula se pone a disposición para hablar con Temer. Mientras que los dirigentes del PT que estaban presentes en el hospital lo llamaron a Temer golpista y asesino, el principal hombre del PT, que es Lula, lo recibe con un abrazo y le propone una conversación. Es la expresión de la tragedia brasileña.

Las clases dominantes utilizan la conciliación como arma de dominación y Lula, por supuesto, en el pasado tuvo algunos momentos muy importantes como líder obrero, pero luego cambió cada vez más hacia un político de la conciliación. Por eso ustedes tal vez no lo puedan comprender, pero para nosotros no es novedad. La posición correcta sería no recibir a Temer, ni a ningún golpista.

Por esto Brasil está en una situación de farsa, de tragedia y de comedia. Lula imagina que teniendo esta actitud conseguirá cierta simpatía de buena parte de los sectores de las capas medias y la burguesía, sin embargo, sectores populares pasan a tener rechazo y hasta odio hacia Lula, aunque no merece odio, merece una crítica radical que es la que intento sugerir.

M.H.: Mencionaste la presencia de Mauricio Macri, ¿trascendió algo de los términos de las conversaciones con el Presidente Temer?

 R.A.: Poco, porque el encuentro fue hoy mismo (7/2). Dijeron que entre Brasil y Argentina hay mucho que arreglar, hay mucho que pensar para una relación más abierta con la Unión Europea. Fue un encuentro de dos gobiernos conservadores que expresan el trágico momento del neoliberalismo en América Latina, con la diferencia que Macri ha sido elegido por una elección popular y Temer está en el poder tras un golpe parlamentario. No creo que hayan hablado mucho. Mañana tal vez la prensa dé un poco más de información, pero no se trataron cosas fundamentales, los dos tratan de tener una política en la que el Mercosur tenga más conexiones con bloques como la Comunidad Europea.

M.H.:No quiero dejar de preguntarte por las 89 muertes en las cárceles brasileñas durante el mes de enero.

 R.A.: En este momento debemos hablar de las muertes en Espírito Santo que son la clara expresión de la tragedia brasileña. Allí hay una huelga de la Policía militar. Porque en Brasil hay Ejército, Policía civil y militar, éstos últimos están en huelga en el estado de Espírito Santo, esto hizo que la criminalidad se expandiera en Vitória, que es la capital del estado, de una provincia con un índice muy alto de criminalidad, que está muy cerca de Río de Janeiro.

Ante la huelga, muchos grupos criminales se fueron para el interior del Brasil y muchos de ellos están en Vitória. Entonces es una ciudad con altísimo nivel de criminalidad y con un paro de la Policía militar, por lo tanto, hay muchos saqueos, muchas muertes y esto se suma al descontento popular.

Tenemos un país que hoy tiene más de 20 millones de desempleados en el sentido amplio del término, en esta realidad social hay una criminalidad muy profunda en todos los estados y todas las ciudades brasileñas. Antes se concentraban en San Pablo, Río de Janeiro, en Salvador, hoy no, la criminalidad está presente en todos lados.

Es una combinación muy peligrosa, ciudades con alto nivel de criminalidad, con alto nivel de empobrecimiento social y sin policía, son lugares ideales para el narcotráfico y el crimen. La ciudad de Espírito Santo está parada, no hay ómnibus, no hay transportes, los negocios están cerrados, las escuelas están cerradas, porque la población tiene miedo. Esa es la fotografía del Brasil de hoy.

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