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:: 23/06/2008

Uruguay: Hay condiciones para una lucha anticapitalista

Construyendo

El programa de continuidad neoliberal del gobierno autotitulado "progresista", ha logrado verdaderos milagros. Ha permitido que una serie de "difuntos" profesionales de la política de los partidos tradicionales, volvieran a resucitar. Y para colmo, emerger como "preocupados" por los intereses de las clases explotadas. Hasta se presentan como fiscales de la ética (ante la corrupción que campea en varios sectores gubernamentales), y "críticos de la política económica" que conduce el ministro Danilo Astori, un neoliberal como todos ellos.

Estos "resucitados" (cuyos amigos parlamentarios votaron las principales leyes y medidas de subordinación al FMI, a las patronales, al imperialismo), operan como precandidatos a la presidencia y lanzan propuestas unas tras otras. Desde el "aggiornado" Lacalle hasta el ultraderechista Bordaberry, pasando por el "centrista" Larrañaga, prometen más y mejor. Como si su responsabilidad en la peor crisis socio-económica del país y, por consecuencia, en la extensión inaudita de la miseria popular, nunca hubiera existido.

No obstante, pese a su larga historia de traiciones, entregas, robos y represiones, y a la brutal "herencia maldita" que en materia económica legaron, blancos y colorados vuelven a sentirse con chances electorales. Es que las diferentes "encuestas de opinión", indican que juntos ya han alcanzado al "progresismo", permitiéndoles apostar, como en 1999, todas sus cartas a una casi segura segunda vuelta. O sea, ven viable el regreso de la coalición burguesa a la gestión directa del Estado.

La sola posibilidad de que estos crápulas tengan chances de volver, marca, de forma inequívoca, el fracaso estratégico del gobierno del Frente Amplio. Los cultores del "modelo progresista" lo tuvieron todo a favor. Y lo fueron desperdiciando. Contaron con un respaldo social masivo; una coyuntura económica (nacional, regional e internacional) excepcional; una amplísima mayoría parlamentaria; y gobiernos municipales en los ocho departamentos que representan más del 75% de la producción y el comercio del país.

Ahora enfrentan el desasosiego entre sus filas. Y una carrera a pura zancadillas por la candidatura presidencial entre Astori y Mujica. Aunque el primero corra con cierta ventaja: es el delfín de Tabaré Vázquez. De allí la vuelta del gran camandulero Esteban Valenti, encargando encuestas a favor del líder de Asamblea Uruguay. Pero la "disputa" no está cerrada, ni se reduce a la cuestión de la fórmula presidencial. En todo caso, se expresa como una crisis política en el partido de gobierno, cuyas manifestaciones son diversas. Desde las campañas que hacen el MPP, el PS, la VA y el PCU para frenar (o condicionar) la candidatura de Astori (bajo el eufemismo que "primero está el programa"), hasta la reciente ruptura por la izquierda del 26 de Marzo y, probablemente, de la Corriente de Izquierda, dos sectores que aportaron casi 40 mil votos radicales para la victoria de octubre 2004.

En este paisaje, dominando ya por el horizonte electoral, se destacan, sin embargo otros factores tanto o más importantes.

Por un lado, el balance del "modelo progresista" que, pese a contar con un crecimiento promedio del 7%, del PBI, ha hecho todo lo contrario a su promesa de avanzar en la "justicia social". Se ha concentrado la riqueza, se han extranjerizado las tierras, las industrias, las cadenas comerciales, se ha favorecido la entrada de capitales transnacionales, se han privatizado y/o tercerizado sectores de las empresas públicas y, finalmente, el país continúa siendo una plaza financiera que ampara la evasión y el lavado de "dinero sucio". Las consecuencias de este "modelo progresista", es decir, la "tomografía de la crisis social", pueden leerse en el dossier que presentamos en las páginas centrales de este número de Construyendo. Bastaría con una conclusión para resumirlas: los "factores estructurales" de la explotación capitalista, que generan confiscación salarial, desempleo, pobreza, indigencia, emigración, ni siquiera fueron arañadas por el programa "transformador" del gobierno frenteamplista.

Por el otro lado, la lucha de clases. Que se expresa en un aumento de la "conflictividad social". Las organizaciones sindicales que se aprestan a pelear contra las patronales en los Consejos de Salarios y contra el gobierno por la Rendición de Cuentas; los paros y ocupaciones que continúan; las protestas barriales por la falta de servicios públicos; las manifestaciones contra la impunidad del terrorismo de Estado; las protestas contra la violencia policial; los estudiantes que exigen más presupuesto para la educación.

Ante las vergonzosas "pautas" salariales presentadas por el gobierno y la propuesta de convenios sin cláusula gatillo, y las concesiones a los empresarios en materia de ocupaciones de lugares de trabajo, el margen de maniobra de la dirección burocrática y conciliadora del PIT-CNT se estrecha. Porque desde abajo hay una voluntad de resistencia. Que manifiesta en varios frentes de batalla: magisterio, profesores, Adeom, Sutel, Hospital de Clínicas, Hospital Maciel, Cofe, bancarios, metalúrgicos, construcción, portuarios, etc.

En este escenario de deterioro de la credibilidad del gobierno, de un aumento del descontento popular por la crisis socio-económica (donde el aumento de la inflación tiene un efecto perverso sobre los trabajadores y sus familias), es preciso, necesario, urgente, consolidar a las fuerzas de la izquierda clasista, anticapitalista, socialista, revolucionaria. Por eso es importante el desarrollo de la Tendencia Clasista y Combativa (TCC) como propuesta alternativa, programática y de lucha en movimiento obrero y popular.

Porque se trata de organizar la resistencia contra las patronales y el gobierno. Enfrentando a las direcciones sindicales reformistas, cómplices del "modelo progresista". Es en esta perspectiva que valoramos el acto del clasismo combativo del 1º de Mayo, con cientos de luchadores sindicales y sociales. Es por eso, que apoyamos y convocamos a la participación de los trabajadores en el II Congreso de la TCC y en el Encuentro de Militantes Clasistas (20, 21 y 22 de junio, en Adeom), para debatir Programa, Plataforma, Plan de lucha. Y para preparar a las fuerzas sociales que luchan por un programa de clase, en los debates del II Congreso del Pueblo y el X Congreso del PIT-CNT.

En efecto, hay condiciones objetivas para el desarrollo de una amplia y radical corriente clasista en el seno de la lucha de clases. Si estas condiciones favorables están presentes en el plano sindical-social, también lo están para ir forjando la unidad de los revolucionarios, sin exclusiones. Es decir, para avanzar en la construcción de una alternativa de izquierda, rebelde, intransigente, de lucha por el programa anticapitalista de la clase trabajadora. Lo que es sinónimo de lucha por el horizonte socialista.

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