lahaine.org
Brasil :: 01/06/2008

A propósito de la renuncia de la ministra Marina Silva

Brasil de Fato
El gran problema es que el Gobierno "progresista" de Lula se mueve por una lógica de hacer concesión tras concesión al agronegocio

Lo que llevo a la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva (Partido de los Trabajadores, PT-AC), a renunciar, fue la frecuencia con que el presidente Luis Inacio Lula da Silva atropelló sus propuestas, atendiendo reclamos de los agronegocios y otros sectores. El último episodio envolvió a los gobernadores de Mato Grosso, Blairo Maggi (Partido Republicano, PR-MT), y de Rondônia, Ivo Cassol (ex-Partido Popular Socialista, PPS-RD, y sin partido).

El gobernador Maggi es considerado el mayor plantador de soja del mundo y, tanto el como su colega de Rondônia pretendían tener manos desatadas para cultivar soja en áreas de la Amazonia. Ambos presionaban también para que el gobierno vuelva atrás la decisión del Consejo Monetário Nacional (CMN) que, en el inicio de este año, bloqueó los financiamientos rurales oficiales para municipios campeones de desforestación. Además el Plan Amazona Sustentable (PAS), desarrollado por la ministra y su equipo, fue entregado por el presidente Lula para ser implementado y dirigido por el ministro de Asuntos Estratégicos, señor Mangabeira Unger (vicepresidente del Partido Republicano Brasileño, PRB.)

Ministra desde el primer mandato del presidente Lula, Marina Silva venía "tragando sapos" desde 2003, cuando el presidente dejó libres a hacendados gaúchos que, pasando por encima de la ley, plantaron soja transgénica, con simientes contrabandeadas de Argentina. Durante los cinco años y medio en que estuvo al frente del Ministerio, otras situaciones semejantes se interpusieron, entre ella y las medidas tomadas por Planalto, creando un gran desgaste con diversos movimientos ambientalistas de Brasil.

Pero el desgaste mayor estaba al interior del propio gobierno, sobre todo frente a la titular de la Casa Civil, ministra Dilma Rousseff (PT-RS) que, más allá de cobrar con mayor rapidez las licencias ambientales para obras del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), no aceptaba la posición de Marina Silva sobre la utilización de los transgénicos. En esta última cuestión, la ministra Dilma tenia como aliados a la Comisión Técnica Nacional de Bioseguridad (CTNBio) del Ministerio de Ciencia y Tecnología, y el ministro Reinhold Stephanes, de Agricultura.

Más allá de la cuestión de los transgénicos, el ministro Stephanes no acreditaba el diagnóstico según el cual el agronegocio es responsable de los avances de la desforestación. Por su parte, los gobernadores liderados por el señor Blairo Maggi se aliaban a la ministra Dilma en lo concerniente a cobrar con mayor rapidez las licencias ambientales. Otro adversario que la ministra Marina acabo conquistando, fue el diputado Ciro Gomes (Partido Socialista Brasileiro, PSB-CE). En este caso, ella exigía nuevos y más especializados estudios ambientales para el trasvase del Rio San Francisco, la niña de los ojos del diputado.

La carta de renuncia que llegó a manos del presidente el día 13, a través de una asesoría, no contiene nada más allá de un pequeño balance de las victorias conquistadas por su Ministerio, que pulidamente compartía con el Planalto. No fue no tener cumplido el ritual de "beija-mão" (las conversaciones protocolares que preceden en general a los alejamientos o renuncias)lo que hizo que el presidente se descontrolase en un primer momento, calificando la salida de la ministra como "escandalosa". Después, las fotos oficiales, sonrisas amarillas y la retomada compostura pública, que coronaron la asunción del nuevo ministro de Medio Ambiente, Carlos Minc (PT-RJ).

El nuevo ministro parece dispuesto a superar los desgastes de su antecesora al interior del Gobierno, y frente a los diversos lobbies. El no debe olvidar que por su historia política será blanco de las mismas agresiones y campañas que la insaciable ultraderecha (el agronegocio y sus principales aliados) tiene preparadas para todo aquel que ose contrariarla.

De esto, no consiguió escapar el ministro Tarso Genro (PT-RS) de la Justicia, ni la misma ministra Dilma.

El diputado y capitán de la Reserva do Ejército, Jair Bolsonaro (Partido Popular, PP-RJ), mencionado entre sus pares con el apodo de "Caballo", durante la reunión de la Cámara Federal que discutía la cuestión de la demarcación de la Tierra Indígena Raposa - Serra do Sol (RR), y la violencia desencadenada contra indios por los "arroceros" que se negaban a acatar esa decisión emanada de la Constitución y homologada por el presidente de la República, agredió verbalmente el ministro Tarso Genro, llamándolo "terrorista". La respuesta fue dada en los mismos términos por uno de los lideres indígenas presentes, Jacinaldo Barbosa que, acto seguido, tiró un vaso de agua en la cara del diputado. El líder indígena explico que tiró el agua, por que ahí no había flechas disponibles.

***

El gran problema es que el Gobierno se mueve por una lógica de hacer concesiones tras concesiones a la derecha, se desvinculo de las bases originarias del PT – los trabajadores de las ciudades y del campo organizados de forma independiente y autónoma – que van siendo más y más substituidas por una clientela votante, horda desorganizada y amorfa. Aquella antigua base en la cual algunos sectores, cada vez más, se están encaminando hacia la oposición.

Traducido por Prensa de Frente

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal