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Mundo :: 08/01/2014

El gobierno paraguayo recibe al 2014 reprimiendo y apresando a manifestantes

Abel Irala
El narco-gobierno de Horacio Cartes se muestra cada vez mas agresivo contra aquellos sectores que hacen uso del derecho a la protesta

El presidente empresario no está acostumbrado a discutir, a consultar, a escuchar opiniones, quejas, ni críticas. En su proyecto de profundización neoliberal, las personas que se opongan al mismo pasarán a ser reprimidas, imputadas, encarceladas y criminalizadas, todo el aparato represivo del Estado será utilizado para eliminar “opositores” del neoliberalismo que hoy pretende afianzarse en Paraguay de la mano del gobierno de Cartes.

Son varias las medidas que el gobierno ha tomado -desde el 15 de agosto del 2013- para complacer al capital, entre ellas las mas importantes quizá sean la militarización de tres departamentos del país y la aprobación de la Alianza Pública Privada. Las regulaciones provenientes del gobierno tienen por objetivo que el Estado pueda ser garante y protector de la acumulación de riqueza privada para un sector minoritario, vinculado al capital trasnacional, empresariado mafioso, terratenientes y latifundistas.

La ultima decisión gubernamental de incrementar el precio del pasaje de transporte público (pero en manos privadas) ha generado una serie de protestas ciudadanas en Asunción, durante los primeros días del 2014. El viernes 03 de enero ante la masiva presencia de manifestantes en las calles de Asunción, la policia paraguaya actúo reprimiendo a los manifestantes.

La acción policial además de propinar golpes y patadas a las personas que manifestaban su repudio a la alza del pasaje, también produjeron heridas, cortaduras y contusiones graves; además se han detenido a 16 personas, de las cuales 14 han quedado a disposición de la fiscalía que en el transcurso del fin de semana decidirá sobre el futuro de los detenidos.

Esta vez la violencia policial se centro principalmente sobre los jóvenes, todos los manifestantes detenidos son personas jóvenes, doce de ellos tienen entre 19 y 29 años de edad. Tres de ellos son militantes y miembros de la dirección del Partido Comunista Paraguayo, acusados por “perturbación de la paz pública”. Algunos dirigentes de la izquierda creen que el apresamiento fue selectivo, dirigido a jóvenes con militancia política de izquierda.

Un periodista del periódico digital E´a tambien fue apresado y enviado al calabozo cuando intentaba recoger información en la Comisaría Tercera de Asunción, “ocho policías lo golpearon, le rompieron la ropa y lo tiraron al piso. Le quitaron todas sus pertenencias. Lo llevaron arrastrado al calabozo” informó el medio independiente.

El Centro de Estudiantes de Trabajo Social de la Universidad Nacional de Asunción también denunció que uno de sus integrantes “sufrió ruptura de ligamento en la rodilla derecha y recibió un fuerte golpe en la nuca” propinado por la policía. El Partido Comunista hizo público un comunicado en el que acusa a Cartes de usar la tiranía Stronista para acallar las protestas populares: “Jóvenes mujeres y hombres, niños y gente de edad enfrentó con firmeza a la brutalidad del “Nuevo Rumbo” cartista. Hay presos, heridos y lastimados, entre ellos dirigentes y militantes de nuestra Juventud Comunista Paraguaya (JCP), por los matones del régimen vendepatria encabezado por el Presidente Horacio Cartes”, menciona parte del comunicado.

El uso de la fuerza, la represión, los asesinatos, encarcelamientos a dirigentes sociales y políticos son mecamismos que el gobierno liderado por Horacio Cartes seguirá utilizando para imponer un proyecto de país que aumenta la brecha de la desigualdad social y que margina cada vez más a los empobrecidos . Pero esto no hará retroceder las iniciativas populares, los movimientos sociales en Paraguay caminan ya hacia la primera huelga general para el 26 de marzo en donde se dará la primera gran confrontación contra las políticas que expresan “el fortalecimiento del modelo agroexportador que solo favorece a los sojeros (productores de soja) y ganaderos y ataca violentamente el nivel de vida de los trabajadores", como lo entienden las Centrales Obreras.

Cuatro jóvenes con libertad ambulatoria por protestas y siguen movilizaciones en Asunción

De los 16 jóvenes detenidos por protestar contra la suba del pasaje del transporte, cuatro fueron imputados por “perturbación de la paz pública” y con libertad ambulatoria, uno de ellos se encuentra hospitalizado con una lesión cerebral a raíz de la golpiza policial.

El viernes 3 de enero varias personas salieron a manifestar su repudio contra el encarecimiento y pésimo servicio del transporte público administrado por un privilegiado grupo de empresarios. La respuesta del Estado fue una violenta represión, con saldo importante de heridos y detenciones arbitrarias, que incluyó a manifestantes y periodistas.

El gobierno de Horacio Cartes pretende eliminar la protesta social haciendo uso extremo de la fuerza del Estado para reprimir a los sectores populares, así lo realiza desde su asunción en agosto del año pasado, principalmente contra el campesinado paraguayo que se opone al modelo agroexportador, quienes han sufrido desalojos sangrientos, destrucciones de viviendas, encarcelamientos de sus dirigentes, imputaciones y torturas.

A menos de cinco meses de gobierno, Cartes demuestra claramente que su relación con los movimientos sociales es de abierta confrontación, endureciendo su política represiva en contra de los mismos, esa política que se viene hilando cuidadosamente con el apoyo y el financiamiento de la embajada de Estados Unidos, Usaid, Asesores colombianos y en los últimos meses se ha hecho público también la presencia de agentes israelíes del Mossad interviniendo en el país.

Las movilizaciones y protestas populares se expanden en Paraguay, en varios departamentos del país con varias organizaciones campesinas e indígenas en defensa de su territorio, en la Capital un inquieto movimiento ciudadano compuesto principalmente por jóvenes empieza a hacerse sentir con movilizaciones esporádicas, espontáneas y diversas, que pareciera tienden a crecer. Aunque se debe tener en cuenta que si las protestas se expanden hacia lo urbano, la represión y la criminalización también lo hacen.

En un país con población mayormente joven que reclama fuentes de trabajo, educación gratuita, democracia, con la mayoría de sus demandas no escuchadas ni resueltas, hace que la indignación aumente y la indiferencia disminuya, dando lugar a que los jóvenes vayan convirtiéndose en actores claves para encabezar acciones directas y protestas callejeras.

Por ahora, la represión gubernamental no ha tenido el efecto de paralización de las luchas populares, los campesinos siguen en pie desde sus comunidades, y en Asunción desde tempranas horas de la mañana del lunes 6 de enero se retoman las movilizaciones contra la suba del pasaje.

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