Atenas y Chiapas: Mirarse en el espejo de los pueblos en resistencia

Hace apenas un año, cuando las calles de diferentes ciudades griegas ardían por sus cuatro costados por la rabia de un asesinato policial, una de la voces del EZLN supo trasmitir en el momento adecuado un mensaje que atravesaría mar y tierra:

Compañera, compañero. Grecia rebelde: Nosotros, los mas pequeños, desde este rincón del mundo, te saludamos. Recibe nuestro respecto nuestra admiración por lo que piensas y haces. Desde lejos aprendemos de ti. Gracias.

dante Insurgente Marcos. I Festival de la Digna Rabia. México, Diciembre 2008.

Y hace pocos días, al calor de un nuevo ciclo de la revuelta que se vive en Grecia, los manifestantes hicieron lo propio:

Hoy les mandamos otro de vuelta: con admiración y respeto por la lucha de los hombres y mujeres zapatistas, nosotr@s, hombres y mujeres de Grecia que luchamos por un nuevo mundo, declaramos que ¡Los compañeros y compañeras zapatistas no están solos, no están solas. Compartimos la misma lucha, compartimos el mismo sueño, compartimos la misma rabia. Somos herman@s pues. Un saludo rebelde desde las calles de Grecia.

huelga general en Grecia. Marzo 2010.

Aprendizaje, respeto y solidaridad

Esas escasas líneas que se envían los rebeldes desde un lado y otro de los mares cobran fuerza en su intención más primaria, que es la necesidad de mirarse en el espejo de las revueltas que azotan diariamente al orden mundial. Su potencial reside en el contacto y seguimiento que los insurgentes hacen de los estallidos y resistencias que acontecen y por su puesto en la puesta en marcha de una red solidaria mundial en la que los oprimidos levantados se hacen guiños, aprenden unos de otros y evidencian la urgencia de unir y conectar las diferentes luchas que desde distintas perspectivas y formas se enfrentan al sistema de la mercancía y la fuerza bruta.

Echar una mirada a las continuas resistencias que se encuentra el capitalismo a su paso por diferentes latitudes es obligación de cualquier movimiento que pretenda llegar a la destrucción del imperio de los de arriba. Una obligación y una necesidad, pues la historia demostró la capacidad de contagio que puede contener un levantamiento popular, dado que muchas de las reivindicaciones y anhelos son propios también en otra multitud de lugares del planeta, donde auspiciados por el coraje del vecino se asientan las bases para extender la revuelta. Mirarse unos a otros ha hecho posible que las resistencias se fortalezcan en su lugar de origen y puedan servirse de ejemplo, así como construir puentes que en el presente y en el futuro serán validos para el traspaso de conocimientos, experiencias y propuestas de cambio.

El mensaje de respeto y admiración del EZLN cobra especial importancia, pues este señala a otra resistencia que en su principio y fin es revolucionaria, dado que ataca los pilares básicos del orden neoliberal. Los zapatistas podrían haber elegido otro acontecimiento que destacar, quizás otras luchas más asimiladas por el poder, algo menos radical y menos comprometedor. Pero Marcos eligió a los jóvenes griegos, pues los encapuchados de un lado y otro se estaban reconociendo como iguales. Por otra parte, este reconocimiento entre oprimidos tiene que venir necesariamente desde el respeto y el entendimiento entre las distintas formas y cuestiones organizativas propias de un lado y de otro, dado que la intransigencia y la imposición de una sola "verdad revolucionaria" se convierte en un gran muro que nos impide vernos y comprobar que nuestra ofensiva se parece demasiado como para quedarse solo ante los envites del poder.

Por último, la solidaridad internacional, que siempre fue la ternura de los pueblos, es la única herramienta que muchos de los oprimidos que se rebelan en el mundo tienen a su alcance para el desarrollo de sus luchas. Los gestos son un buen comienzo de lo que más tarde puede convertirse en una red solidaria que ofrezca apoyo y difusión de estas resistencias. Los distintos mundos que la sociedad capitalista ha creado en su propio beneficio deben superarse y los pueblos que luchan tendrán que tener como principal objetivo alimentar la solidaridad entre ellos, pues nadie lo hará en su lugar.

Quizás si Marcos no hubiera leído esas líneas en el I Festival de la Digna Rabia de 2008, los rebeldes griegos que en esos momentos inundaban las calles de Atenas no sabrían decir con exactitud quienes son los zapatistas y cual es su lucha. Así pues, tras el saludo muchos de los involucrados harían suyas las protestas llegadas del sureste mexicano y estarán presentes en cada molotov lanzado.

Invierno 2010