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México, México :: 27/07/2011

México: Carta abierta a Javier Sicilia

Chk García
Dice usted que poner en la mesa de dialogo el rechazo a la militarización es ideologizar una lucha que tiene como base el dolor de las víctimas...

Javier, le escribo para comentarle algunas reflexiones que me han suscitado sus posiciones políticas manifestadas en distintas entrevistas dadas a medios de comunicación y artículos escritos por usted mismo (particularmente en Revista Proceso), esperando contribuyan al debate sobre el rumbo que ha de tomarse para transformar México. Le solicito que mis reflexiones las tome como de quien vienen, es decir, de alguien que no lo conoce, ni lo ha leído (lo suficiente), pero que de igual manera que muchos se encuentra profundamente indignado por el actuar, irresponsable y de mala fe, de quienes encabezan las instituciones del Estado Nación Mexicano.

1.- La guerra contra el narcotráfico impulsada por el gobierno de Calderón, es sin lugar a dudas una guerra capitalista. Sin embargo, no es la única guerra capitalista que ha vivido México, o que se ha vivido en territorio de lo que hoy es México. Tampoco, es la más sangrienta ni más desgarradora que hemos padecido. Antes ya se han llevado a cabo al menos 4 procesos de amplia acumulación capitalista, es decir, guerras (procesos) en las que se reprimió y despojó de sus tierras a los indígenas y campesinos para que particulares se apropiaran de las mismas, obligandolos con ello a la "venta de su fuerza de trabajo" y el desplazamiento forzado para sobrevivir: La conquista y tres siglos de colonización española; las reformas liberales impulsadas por Juárez, concretadas con toda la fuerza por Porfirio Diaz; el proceso de acumulación posrevolucionario, particularmente a partir de la década de los 40's y, finalmente, el proceso de acumulación neoliberal iniciado por Miguel de la Madrid, pero implantado con toda su fuerza por Carlos Salinas de Gortari.

2.- La actual guerra contra el narcotráfico no es una nueva guerra de acumulación capitalista, es, y hay que entenderlo en toda su extensión, la exacerbación del proceso de acumulación neoliberal iniciado en los años 80´s. No podemos perder de vista que los cárteles históricos del narcotráfico (el cártel de Juárez y el Cártel de Tijuana) de los que nacieron o se desprendieron los actuales, nacieron al amparo de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari. Tampoco podemos perder de vista que las actividades del crimen organizado no son únicamente las del narcotráfico, sino también otras, igualmente de lucrativas y dañinas para la sociedad -que no han sido atacadas con decisión por parte del Estado, como son, el tráfico de personas, el tráfico de armas, el tráfico de piratería (que es dañina, no tanto por la perdidad de la propiedad sobre los derechos de autor, sino por la explotación de miles de obreros en maquiladoras) y el tráfico de blancas (explotación sexual). En este sentido, es importante comprender que un delincuente (contemporáneo), es aquel que efectivamente rompe el estado de derecho, pero que tiene al menos tres características ideológicas que lo definen: uno, al individuo criminal no le importa pasar sobre los demás para cumplir sus objetivos o propósitos, incluso si para ello tiene que matar o esclavizar; dos, al individuo criminal sólo le interesa acumular y acrecentar sus ganancias, aun cuando robar para ello, solo sea lo mínimo que esté dispuesto a hacer; y tres, el individuo criminal, busca siempre la maximización material o inmaterial, más y mejores armas, más y mejores placeres, más y mejores lujos, etc. Es decir, que un individuo criminal es alguien que está plenamente imbuido en la ideología capitalista. Usted dirá, a semejanza de lo que dice López Obrador, que está seguro que no todos los empresarios capitalistas son gente deleznable, criminales, puede ser cierto, pero no por ello es posible obviar que sus riquezas fueron conseguidas mediante la explotación de hombres y mujeres, el cual es el punto central, básico, sobre el que se levanta objetivamente el capitalismo, y toda su ideología. Para nosotros, un críminal es lo mismo que un burgués, pues uno y otro comparten su afan de matar, robar, violar, defraudar, chantajear, amenazar, "si es necesario", con tal de acrecentar su poder sobre otros. Ya lo decía el mayo francés en 1968: "el mundo no será feliz hasta que el último capitalista sea ahorcado con las tripas del último burócrata".

Con la actual y supuesta guerra contra el crimen organizado, con las miles de muertes, desapariciones y mentiras, que han irrumpido en nuestra realidad cotidiana con franca crueldad y sin sentido, los capitalistas buscan definir a golpe de mano el sometimiento y explotación por mucho tiempo más de la población que vivimos en México. Calderón es un criminal que tiene que ser llevado a juicio, como también debimos haber llevado a Gustavo Díaz Ordaz, a Luis Echeverría, a Carlos Salinas de Gortari, a Rubén Figueroa, a Nazar Haro, a Acosta Chaparro, y actualmente a Elba Esther Gordillo, a Felipe Calderón, y tantos criminales más. El juicio de la historia no basta para cambiar el propio rumbo de la misma, y tampoco basta para resarcir el daño a las víctimas.

3.- La militarización del país por orden de Calderón no es un actor de amor a la patria como nos lo ha querido presentar. La militarización es parte de una estrategia disuasiva acorde a un Estado totalitario que busca en primera instancia impedir que la sociedad tome las calles para protestar, y en segundo lugar, que esa misma sociedad se organice más allá del Estado para hacer valer sus derechos. Usted afirma estar a favor de la desmilitarización, pero al mismo tiempo relativiza la misma al señalar que en distintas partes del país hay quienes piden la presencia del ejército para garantizar su seguridad. Y menciona Chéran, lo mismo que a Tamaulipas y cd. Juárez, sin embargo nos parece una falacia igualar las situaciones de violencia que se viven en estos lugares, en primer lugar porque en Cherán hay una naciente organización comunitaria que esta exigiendo al Estado, ante su indolencia y complicidad, cumpla con sus obligaciónes de defender los recursos naturales de la nación, lo cual no hace y peor aun promociona, por ejemplo, al otorgar concesiones a empresas extranjeras para la explotación de los mismos. Esa organización comunitaria que existe en Cherán, también existe a su manera en Cd. Juárez, lugar donde la violencia se ha manifestado a niveles tan brutales como en Tamaulipas, aunque en esta última a diferencia de las otras dos, no existe sociedad civil organizada. Así que, Javier, no quiera engañarnos y tampoco deje que lo engañen: en Cherán los comuneros piden la presencia del Ejército, no para garantizar la seguridad pública -que de esa se encargan los propios comuneros con autodefensa, sino para que resguarde los bienes naturales del país; en Tamaulipas, han sido los propios gobiernos quienes han pedido la presencia del Ejército para garantizar la seguridad pública, lo cual no ha sucedido y como ejemplo tenemos las atroces masacres de migrantes y de población civil que se han estado llevando a cabo durante meses y a plena luz del día ante la inpoperancia, la complicidad y la incapacidad de los gobiernos y sus policías; esa misma complicidad, inoperancia, incapacidad y corrupción también se ha manifestado en Cd.Juárez, una de las ciudades más violentas del mundo, lo cual ha llevado a cientos de familias a tener que organizarse contra la violencia, de la que el Ejército es partícipe, lo quiera o no Calderón, razón por la cual han estado demandando permanentemente la desmilitarización de Cd. Juárez, demanda que apoyamos y hacemos extensiva para todo el país. La violencia de Estado, es violencia estructural. Ningún dialogo crítico, amoroso, humilde, educativo, renovador puede llevarse a cabo en un país copado por la violencia del Estado, esto es, militarizado.

4.- Dice usted que poner en la mesa de dialogo el rechazo a la militarización (y otras críticas fundamentalmente anticapitalistas) es ideologizar una lucha que tiene como base el dolor de las víctimas. Eso, por decir lo menos, es ingenuo, dado que en toda guerra hay también lucha ideológica. No obstante, me parece y creo no estar equivocado, que usted no ve la lucha que lleva adelante, como una guerra, vaya, ni siquiera como una lucha de clases, sino simple y complicadamente, como un movimiento por la paz con justicia y dignidad. Sepa que respeto su posición, sin embargo, espero que su particular punto de vista no le impida reconocer que esa guerra (capitalista) existe, que el momento actual de la lucha de clases, no sólo en México sino en todo el mundo, atravieza por una crucial situación límite que sólo va poder resolverse para un lado u otro, sea a favor de los trabajadores y explotados, o a favor de la burguesía y los capitalistas, sea a favor de la humanidad o a favor de quienes quieren dominarla, y que por lo tanto, colocar al movimiento por la paz con justicia y dignidad en una posición mediadora (entre el estado, los narcoempresarios, la burguesía, y la sociedad civil), no va traer en lo inmediato ni una reparación del daño para las víctimas, ni un rediseño de la estrategia de seguridad nacional, vaya, ni siquiera el fin de la brutal violencia con la que cada día vivimos (aunque estas no son precisamente las demandas principales de su movimiento), y no lo va traer, porque Calderón sabe tan bien como nosotros, los "ideologizados radicales de izquierda", que su guerra contra el narcotráfico es tan solo una pequeña parte de una estrategia de dominación de mucho mayor alcance, como lo es el neoliberalismo; y no lo va traer, tampoco, porque los empresarios capitalistas dedicados al narcotráfico y la delincuencia organizada, saben que su negocio es un negocio boyante del que obtienen miles de millones de dólares, que les permiten entre otros "beneficios" participar ampliamente en política y por tanto, en las instituciones del Estado.

Por otro lado, permítame hacerle ver que tachar de "ideologizados", como usted lo hace, a quienes mantienen una firme posición ideológíca o religiosa, es al mismo tiempo ideologizar un concepto, el de ideología, que debería servirnos para el análisis científico de la sociedad y no para criticar al otro que piensa diferente, lo cual es lamentable porque lo único que deja entrever es que quien esto hace tiene también una posición ideológica, pero se las da de purista, y eso es aun más criticable. La Fe misma es ideológica por cuanto se basa en ciertas ideas que dan origen a todo un sistema de pensamiento y forma de actuar. En lo particular, como antropólogo, a mi no me causa conflicto su fe religiosa, sin embargo, en la medida que la Biblia, texto fundacional del cristianismo, narra enseñanzas con base en la historia de un pueblo, una etnia, una nación, que no es el mio, y de que la ideología cristiano católica, fue y es parte imprescindible de la conquista espiritual y material de las culturas originarias de estas tierras ( y que incluso destruyó fuentes documentales insustituibles sobre la historia y cultura de nuestros pueblos, a manera como los nazis hicieron lo propio en Alemania), jamás podría considerarla liberadora, ello a pesar de que respeto ampliamente a la teología de la liberación y el catolicismo popular de nuestros pueblos.

Finalmente, no debe olvidar que si Gandhi era radical, lo era no sólo por su activismo pacifista, sino principalmente porque buscaba la independencia de la India, es decir, que no buscaba la renovación del Estado inglés, sino la conformación de un Estado autónomo e independiente de la monarquía inglesa. No obstante usted, a diferencia de lo que hizo Gandhi, está buscando la renovación moral del Estado mexicano y de la clase política, y no la construcción de un nuevo Estado Nación mexicano. Creo que Gandhi estaría en desacuerdo con esa posición simplemente porque el principal propósito de él era la búsqueda del bienestar para su pueblo a partir del dialogo y el entendimiento, y no la renovación moral de los colonialistas, aunque para darse ese dialogo fuera necesaria la renovación moral de los ingléses... que no sucedió, pues hasta nuestros días Inglaterra sigue siendo una potencia colonialista que mantiene fuerzas de ocupación lo mismo en las Malvinas que en Irak, Afganistan y Libia. Es decir, que apostar a la renovación o arrepentimiento de Calderón y no la construcción, desde abajo y a la izquierda, de un pacto social que de lugar a un nuevo estado mexicano, es como hemos dicho antes, por lo menos, pecar de ingenuidad y un despropósito

5.- Dice usted, que para avanzar en la renovación moral del Estado Nación Mexicano cabe la posibilidad de que ello se logre mediante una "candidatura ciudadana de unidad nacional trabajada por los ciudadanos". Dice también que su apuesta es por la "ciudadanización del Estado, y contra la partidocracia". Sin embargo, su propuesta de solución, aunque respetable, es a todas luces contrarrevolucionaria. En primer lugar, porque pretende negar la existencia de la lucha de clases, es decir, niega las raíces de la desigualdad social, cómo si lo que faltara para acabar con ella fuera más democracia, y no la colectivización de los medios de producción, la redistribución de la riqueza y una verdadera ética política, es decir, el fin del capitalismo. En segundo lugar, porque con el triunfo de una candidatura ciudadana, se estaría dando oxígeno a la democracia, la cual, tanto para la oligarquía, como para los partidos y por supuesto para la clase trabajadora, ésta ha mostrado ya sus límites. El movimiento ciudadanista, del que en México usted se ha convertido en ideologo, con su reclamo de mayor democracia como forma de alcanzar mayor gobernabilidad y la re-legitimación del Estado, no es de ninguna manera un peligro para la oligarquía, ni para los partidos políticos. Ambos, ante la profundización de la crisis de las instituciones del Estado, y de la economía, de una u otra manera van optar por ella. El movimiento que usted encabeza es la tabla de salvación, y usted la ha ofrecido al mejor postor. AMLO no la va a tomar porque confía en su movimiento, que también es de regeneración nacional -igual que el suyo, pero cada quien a su manera, aunque ambos igualmente de procapitalistas. El PRI no la va a tomar porque confía en sus estructuras corporativas que durante años lo han mantenido en el poder, aunque eso sí, seguramente buscará su mejor candidato, que dicho sea de paso, yo dudo que sea Peña Nieto. El PAN, ese si que le va tomar la palabra. Calderón mismo en distintas ocasiones se ha proclamado de tendencias ciudadanistas, como las suyas -de ahi que para nosotros el abrazo entre ambos se perfectamente comprensible, y en su partido no hay ningún candidato fuerte. La oligarquía también le va a tomar la palabra, de muchas maneras ella también ha padecido las consecuencias de la delincuencia organizada, además de que estos son un fuerte competidor en materia de poder, dinero, corrupción, etc. por lo que no hay que olvidar, que la actual guerra contra el narcotráfico es de muchas maneras una guerra interburguesa.

Javier, cómo podrá comprender no estoy a favor de su movimiento ciudadanista. Estoy sí, como muchos otros, hasta la madre del gobierno, del Estado, del capitalismo. El calendario de arriba está marcado por las elecciones del 2012, usted mismo y el movimiento por la paz con justicia y dignidad se han subido a ese tren. El dolor de las víctimas de la guerra no es un dolor que compartan los de arriba. No, en todo su horror. La guerra neoliberal no empezó ayer, ni cuando subió Calderón al poder. Las víctimas de la guerra no las hay solo de esta guerra que vivimos, sino desde la guerra de conquista. Si el calendario de abajo en algún momento se cruza con el calendario de arriba en 2012, será porque se levante una gran insurrección contra la clase política, contra el estado y contra el capitalismo. Esa insurrección no será civica, no llamaremos al abstencionismo, ni a la renovación moral del Estado, tampoco vamos a llamar a votar por un candidato, asi sea usted o cualquier otro. Abajo y a la izquierda otro mundo ya nació, no podemos decir que ya camina, pero pronto se pondrá de pie y ese será el primer paso.

Gracias

Julio 2011

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