Catorce día de Huelga General en un país de Centroamérica (no es Nicaragua)

Lxs trabajadorxs costarricenses protestan ante el empobrecimiento que va a significar la reforma fiscal que proponeel Gobierno. Ya son dos semanas de huelga, movilización popular y represión policial.

El problema para los bancos y las instituciones internacionales de crédito es que el déficit fiscal podría alcanzar el 7,2% del Producto Interno Bruto (PIB) al final de este año, mientras que el gasto destinado al pago de la deuda pública será del 53,5% para el próximo año. Ambos factores constituyen serias amenazas a la economía de la burguesía costarricense y se ven con alarma desde entes financieros internacionales.

La solución planteada por el Gobierno derechista del presidente Carlos Alvarado es el proyecto de Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas, cuya aprobación está en manos del Parlamento, y que busca un aumento en la recaudación afectando exclusivamente a los pobres: mediante aumentos en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y la renta, recorte en los gastos sociales -lo cual afectaría la salud, la educación y los sueldos del sector público-, y la adopción de una regla fiscal que beneficia a banqueros y empresarios.

Pero movimientos sindicales de trabajadores rechazan el plan fiscal por considerar que impacta mayormente a las clases media y baja, por lo que han organizado una Huelga General que se inició el pasado 10 de septiembre, y que ha hecho mella sobre todo en las áreas de salud, educación, transporte, distribución de combustible y turismo.

Los medios locales han catalogado esta serie de protestas como una de las más grandes en casi dos décadas por su duración, pues ya llega a las dos semanas, y por sus consecuencias: paralización parcial de servicios públicos, bloqueos en carreteras y vías principales del país, pérdidas económicas significativas y represión policial nunca vista.