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Chile :: 31/08/2005

Chile: El frente electoral PODEMOS y el programa abandonado

Juan Delaplaza
Alianza con los "Pequeños y medianos empresarios" dicen a coro hoy los secretarios generales del MIR y del PC. Pero la única posibilidad actual de terminar con la explotación y la alienación de los trabajadores es construir el socialismo

"al plantearnos al capital financiero - grupos ecónomicos nacionales fusionados con la burguesía mundial y burguesía mundial actuando directamente en nuestro país - como el enemigo principal no nos proponemos un proyecto socialista o de ruptura con el sistema, pero apuntamos, con un proyecto anti-transnacional, a mejorar la correlación de fuerzas en esa perspectiva."
(Andrés Varela García, prólogo de "El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996).

La historia se repite como farsa

Después de años de duras luchas, y de una rearticulación progresiva de las organizaciones sociales y de los trabajadores, se hace sentir la necesidad de una política o proyectos globales que le den continuidad y una envergadura nacional a esas luchas dispersas, además que la mayoría de los trabajadores y el pueblo en general, están siempre deseosos de que se concrete la unidad de las fuerzas políticas que supuestamente luchan por sus intereses y que ven globalmente como de izquierda. En este contexto y sumado a la coyuntura electoral que se avecinaba en Chile, la creación del "PODEMOS" fue saludada por muchos como un avance en la concretización de la mítica y tan anhelada "unidad de la izquierda". El primer resultado no se hizo esperar, 10% en las elecciones municipales, que dió confianza a sus fundadores, que de inmediato reclamaron la paternidad de la iniciativa. Pero las críticas que se hacen hasta ahora al Podemos no alcanzan el fondo del problema. Proyecto electoralista según el FPMR y otros, estalinista y antidemocrático según la Surda y la Fuerza Social, estas críticas son superficiales e inducen a error. Se plantean a menudo falsas contradicciones entre: base-cúpula, horizontal-vertical, electoral-no electoral, electoralistas y movimientistas, se critica a menudo la forma pero no el contenido.

Para comprender mejor los alcances de la propuesta Juntos Podemos, hay que examinar las políticas de fondo de sus fundadores, fundamentalmente el Partido Comunista de Chile, iniciador de esta propuesta. A este respecto, es muy ilustrativo, -y le recomendamos a todos- una lectura crítica del libro de Hugo Fazio: "El programa Abandonado", subtitulado, "Balance Económico Social del gobierno de Aylwin". En este libro, Andrés Varela y Hugo Fazio, critican el abandono -consciente- de la Concertación, de su programa de reformas, que pretendía bajo el lema (puesto a la moda por la CEPAL), de "Crecimiento con Equidad’, mejorar la distribución del ingreso en Chile, también llamada teoría del chorreo. Más allá de las abundantes cifras que aporta Fazio, y un análisis que utiliza en gran parte los mismos parámetros que los economistas del régimen, una de la cosas más interesantes del libro es el Prólogo, escrito por Andrés Varela García, presidente de CENDA; porque aquí, se plantean con claridad, las definiciones esenciales del PC para el período.
Los Excluídos del Modelo

La propuesta del Podemos es de largo plazo y no surge ahora para las elecciones. Es parte de la nueva política para el período creada por el PC, hace varios años, y basada en su ya probada (probada como error) teoría de la revolución por etapas, que pretende hacer una alianza amplia con la pequeña burguesía y sobre todo de sectores de la burguesía, antes llamada burguesía nacional, (o que produce para el mercado interno). "... existen, en la actualidad, nuevas condiciones objetivas para desarrollar una política de alianzas aún más amplia que en el pasado: la pauperización de vastos sectores de las capas medias, la exclusión del modelo de sectores de la burguesía ligados al mercado interno, la negación del Estado en cuanto nacional, etc. (Andrés Varela García, prólogo de "El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996).

Alianza con los "Pequeños y medianos empresarios" como dicen a coro hoy, los secretarios generales del MIR y del PC. Para primero desarrollar la democracia burguesa (el capitalismo-local o "nacional"), y luego realizar un viraje a la izquierda (para eso tenemos gente preparada se asegura), viraje que nunca se completa, porque ya se ha contribuído a poner en pie una alternativa política "democrático-burguesa", y en el mejor de los casos pequeño-burguesa, donde -en cualquier caso-, los intereses de los trabajadores están subordinados, por razones "estratégicas", a los de la burguesía "excluída del modelo", que se demora en acceder a esta alianza si es que alguna vez lo hace y se contenta con exigir la mediatización de la lucha. "...al plantearnos al capital financiero - grupos ecónomicos nacionales fusionados con la burguesía mundial y burguesía mundial actuando directamente en nuestro país - como el enemigo principal no nos proponemos un proyecto socialista o de ruptura con el sistema, pero apuntamos, con un proyecto anti-transnacional, a mejorar la correlación de fuerzas en esa perspectiva." (Andrés Varela García, prólogo de "El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996).

A partir de una diferencia de intereses reales menores (acceso al crédito, etc), entre sectores burgueses, se le atribuyen diferencias políticas mayores, y anhelos democráticos que sólo existen en su cabeza, pero que en la práctica -históricamente- han privilegiado por sus intereses de clase globales, como se manifestó con claridad para el Golpe. Este esquema político impulsado por el PC en Chile, desde la época de los "Frentes Populares", y durante la dictadura como "Frente Antifascista", ha fracasado varias veces. Para el Partido Comunista de Chile, la "revolución socialista", nunca ha estado a la orden del día en Chile; primero, porque el capitalismo en Chile no estaba suficientemente desarrollado, (rasgos feudales, semi-coloniales, subdesarrollo, etc), y hoy, porque el capitalismo estaría excesivamente desarrollado, (transnacionalización - globalización) perdiendo su carácter nacional, etc.

Los aliados más conspícuos de esta alianza (en tanto que partidos políticos "marxistas") el MIR y el PC-AP, para justificar su oportunismo y salvaguardar su postura "revolucionaria" (carentes de una propuesta política propia real), recurren a una pirueta lingüistica ,"el neoliberalismo es el capitalismo de esta época". Si esto es así, ¿porqué no aliarse contra el capitalismo? La respuesta, como todo el mundo sabe, es que el movimiento antineoliberal no está contra el capitalismo, y si sus más connotados representantes como Stiglitz, Klein, o el mismo multimillonario Soros, quieren cambiar el neoliberalismo; es precisamente para evitar que se destruya el capitalismo que consideran como la más avanzada de las organizaciones sociales posibles, con una salvedad, y es que hay que "restaurar" el antiguo capitalismo, ese de antes del neoliberalismo que se "preocupaba" todavía de lo social. Volver al pasado en definitiva, porque la pretensión de que el capitalismo de hoy, reasuma la renacionalización de industrias estratégicas, una gran cobertura de seguridad social y salud para todos los trabajadores, etc., no es ya hablar de utopías pero de ilusiones perversas.

Es la pequeña-burguesía la que lidera esta alianza antineoliberal; amenazada a diario por la proletarización, y habiendo perdido posiciones de poder al interior del sistema, particularmente al interior del aparato del Estado; lucha por la "redemocratización de la sociedad’, bajo sus propios emblemas, otro mundo es posible, pero no el socialismo es lo que se promueve, la democracia ilimitada que pregonan los ideales burgueses desde siempre, pero que siempre se estrellan con la dura realidad del capitalismo, donde sólo pueden existir justamente como ideales, pero jamás ser llevados a la práctica.

El Mercado ideológico

La crítica del desempeño de la Concertación, que realizanVarela y Fazio, es discutible, por cuanto utilizan los mismos parámetros que los economistas del régimen. Si aún así, se puede demostrar que la Concertación no cumplió la gran mayoría de sus promesas de cambio social y político, que pueden resumirse como "crecimiento con equidad’, este tipo de análisis deja la duda sobre la posibilidad de que estas "promesas" (el "Programa Abandonado") puedan todavía ser cumplidas,... ¿por la misma Concertación?,... o ¿por una coalición política de reemplazo como el propio Podemos? De hecho la primera conclusión de Fazio es: "El Programa de Gobierno permanece incumplido. Su materialización permitiría llevar a la práctica importantes anhelos democráticos." (Hugo Fazio, "El Programa Abandonado"Santiago, 1996). La discusión política se mantiene así en el plano que la situó la burguesía en el poder, manteniendo también la ilusión de que la "equidad " dentro del capitalismo es posible.

Pero esta "teoría del chorreo" o redistribución del ingreso no es el único elemento de la capitulación ideológica que significa aceptar de utilizar los conceptos que ha impuesto el capitalismo, aún cuando pudorosamente se critican débilmente, entre otros: la noción del "mercado asignador de recursos"; la idea de la debilidad actual del Estado, donde se sub-entiende un Estado por encima de las clases; la idea que la estabilidad económica del sistema crea automáticamente su estabilidad social; la transnacionalización de la economia vista como un fenómeno exterior, de donde surge la dicotomía nacional-transnacional como la "contradicción fundamental del período"; la "Estrategia Nacional de Desarrollo", como paradigma del "capitalismo planificado".

"Sin duda, que el mercado -mecanismo centenario- tiene grandes ventajas, pero no pueden perderse de vista las deformaciones profundas que presenta su funcionamiento al ser controlado en un alto porcentaje por grandes intereses económicos ."("El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996). Discurso a la moda: "el mercado...sí - pero". Sabiendo que en la época del capital monopólico las "deformaciones" son parte integrante del "mercado", subsidios, cuotas de producción y de venta, monopolios, alianzas, dumping,, información "asimétrica" (cuando no completamente falsa), etc., esta aceptación condicionada del concepto es una pura puesta a la moda para resultar creíble. El propio Fazio, después de numerosos estudios, muestra que ha habido un proceso de fusiones y adquisiciones, que han acentuado la centralización del capital en pocas manos, que las transnacionales y los organismos del capitalismo internacional "tienden a imponer sus propias conductas a los Estados". Entonces ¿de qué "concurrencia" se habla? ¿qué mercado (libre?) dominado como está por el capital monopólico? Una vez más se instala la confusión, cuando se habla de que el neoliberalismo presiona por instalar la desregulación y los "mecanismos de mercado"; eufemismo, para designar las prácticas monopólicas, a gran escala y refuerzo de pactos internacionales forzados, y con la complicidad de los políticos locales.

"El Estado -que no es sólo un instrumento de las clases dominantes, sino toda una relación social- es un escenario privilegiado de la lucha de clases, ya que las contradicciones anotadas encuentran en él una expresión muy directa. Desde luego en cuanto negación del carácter de Estado-nación, que se expresa como el intento de ir configurando un estado débil, sumiso al proceso de transnacionalización. (Andrés Varela García, prólogo de "El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996). La idea de la debilidad actual del Estado capitalista es falsa. Se fundamenta con que se han abandonado sectores como gran parte de la seguridad social, desnacionalización de empresas estratégicas, etc.; y se argumenta que el Estado cede frente a la presión de las transnacionales, como si el Estado estuviera por encima de la sociedad y las clases, pasando por alto y ocultando deliberadamente que los gastos militares nunca habían sido tan altos ni tan desarrollado el control policíaco de la población; obviando que el modelo económico mismo ha sido impuesto y manejado a partir del Estado; que este Estado en realidad está siendo utilizado por intereses de clase bien definidos, a través de sus representantes políticos. El Estado chileno NO ha cedido a las presiones de las transnacionales. La alianza política en el poder, que tiene en sus manos las riendas del Estado, defiende los intereses de las transnacionales, con las cuales ha desarrollado lazos estrechos porque estos intereses se han vuelto los suyos propios. Por otro lado, la propuesta "alternativa" de CENDA consiste simplemente en el uso del aparato del Estado para dirigir la economía y la sociedad en provecho de otras fracciones de la burguesía. Otra consecuencia lógica en el plano de la lucha politica que surge de considerar este "Estado débil", es la posibilidad de enfrentarlo "extendiendo la democracia" como pregonan las sucesivas propuestas de los partidos y asociaciones de la pequeña burguesía,... como si el Golpe de Estado nunca hubiera existido.

Se acepta como elemento importante sino central de la orientación de la economía -y de la discusión-, "la distribución de la riqueza"; con esto se evita hablar de la explotación, y nos lleva a la contradicción ricos y pobres, que está siempre al borde de resolverse, con políticas "redistributivas", pero que nunca se alcanza. "Hablar de mejorar la distribución es hablar, en primer lugar de incrementar las remuneraciones a un ritmo superior al ritmo de crecimiento de las ganacias del gran capital. En estricto rigor, esta mejoría en las remuneraciones debiera producirse con cargo a las elevadas utilidades de este último." ("El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996).En estricto rigor, esto es una ilusión, (aunque se plantee como "incremento de ritmo"=aceleración); pretender que el capital va a aumentar los salarios a un ritmo superior del que aumentan las ganancias, son discursos demagógicos que nunca se concretan, pero siempre están presentes, para suma conveniencia de los dueños de la riqueza que nunca "chorrea"; esta teoría está basada en que en momentos de crecimiento económico (acumulación ampliada del capital) alto y sostenido, la parte de los salarios puede crecer, globalmente, pero siempre menos de lo que crecen las ganancias; y en todo caso coyunturalmente, para volver a caer. Aceptar de discutir sobre la distribución del ingreso, es evitar de discutir sobre la explotación de los trabajadores. Los patrones de todas las épocas aceptan de tratar de disminuir la pobreza, pero jamás de disminuir la explotación. Consecuencia de esto, se empieza a hablar de superexplotación, así, la explotación redeviene la normalidad.

Atacan los Jíbaros

"Las relaciones capitalistas de producción se han extendido al campo y a los servicios donde persistían formas no-capitalistas de funcionamiento. En parte la burguesía local ha sido asociada o integrada a la burguesía mundial, pero en razón a la jibarización del mercado interno del que dependen, hay importantes fracciones de esa burguesía que objetivamente tiene contradicciones con el proceso de transnacionalización." (Andrés Varela García, prólogo de "El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996). El empeño en demostrar que hay una "importante fracción de la burguesía" que tiene contradicciones con el proceso de transnacionalizacion, (fundamento de la política de alianzas para el periodo) se ve menoscabado por la investigación del propio Fazio que indica que la "burguesía local" fue "jibarizada" junto con el mercado interno y que está reducida a su mínima expresión, política y económicamente, sometida y reabsorbida por el modelo contínuamente, transformándose de productora en compradora-importadora, asimilándose finalmente al modelo, mediante "la reconversión productiva" - como lo nombra Fazio.

"En el sector calzado -al igual como en el textil- no pocos industriales se transformaron de productores en importadores. Proceso que se intensificó producto de la apreciación del peso chileno y de los cuantiosos subsidios entregados a la producción de calzado en varios países de los cuales Chile realiza importaciones." ("El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996). Sus contradicciones se resumen en el acceso al crédito, y una mayor representación en el aparato del Estado, que le permita maniobrar mejor en la dinámica en curso, como lo refleja la reciente polémica en torno a las PYME (agenda pro-pyme lanzada por la CPC en conjunto con el gobierno), donde los "pequeños empresarios" reclaman su "incorporación al desarrollo exportador". Estos sectores luchan por ser incluídos en el modelo y no tienen ninguna alternativa que oponerle. La Contradicción Nacional-Transnacional, es falsa por cuanto la llamada "transnacionalización" se realiza desde dentro del país, con la participación entusiasta de la burguesia local y sus representantes políticos, donde la constitución de transnacionales de "base chilena" no es una anécdota, y la pretensión de crear un Proyecto Nacional de Desarrollo, sin romper con el sistema, una pura quimera.

La capitulación ideológica tiene una expresión clara en la crítica que hacen Fazio y Varela de que los fondos de pensiones no han sido utilizados para el Desarrollo Nacional. Esto NUNCA ha sido el objetivo de las AFP, sino lanzar al mercado de capitales los ahorros de los trabajadores, (este llamado,"ahorro interno", permite a las empresas el acceso al crédito a más bajo costo en función del tamaño del "ahorro nacional"); además del objetivo de quebrar ideológicamente la solidaridad social, que la seguridad social representa desde sus orígenes. Pero esta crítica mediatizada se comprende mejor cuando Fazio propone a su turno "Los recursos acumulados (de las AFP) deberían, en cambio, usarse para un desarrollo económico en una perspectiva nacional, que permita además mejorar las condiciones de trabajo y de vida de la gran mayoía de los chilenos."("El programa abandonado", Hugo Fazio, Santiago, 1996). Es decir que la existencia misma de las AFP no está ya en cuestión, sino sólo la forma en que estos "capitales" deben ser invertidos.

En otro plano, la decisión del Partido Comunista de Chile de proponer a un candidato presidencial de la pequeña burguesía como Tomás Moulian (que se autodefine como "radicalmente reformista") no es un gesto de magnanimidad, sino de consecuencia con su definición de crear una coalición amplia, capaz de atraer -como objetivo primario- a la pequeña burguesía y a sectores de la burguesía . La decisión final de apoyar al humanista Tomás Hirsch, no cambia en nada y mas bién refuerza la proposición de fondo, que concuerda con la impresión subjetiva de que este candidato (y el Podemos, a pesar de las fuerzas políticas que lo componen) no tiene nada que ver con la izquierda tradicional que representan el pasado, y sí con el futuro del desarrollo (capitalista), preocupado de limitar la superexplotación del Hombre y no de terminar con la explotación del hombre.

La Surda y la Fuerza Social, se insurgen contra la falta de representación que han obtenido al interior de un proyecto que aprecian como propio, en tanto que representantes legitímos de la pequeña burguesía, unos como porta-estandartes ideólogicos y "renovadores del pensamiento de la izquierda", y los otros como representación social. Sin embargo esta falta de acuerdo y el viraje hacia la concertación de los descontentos muestra hasta que punto, las diferencias entre estos dos proyectos son poco claras, mas allá de los usos y costumbres poco democráticos de los pactantes, que se resumen a la lucha por una cuota de representantes propios en puestos elegibles.

El reformismo utópico

La lucha ideológica no es una kwestión kultural (no solamente), como parece pensar una cantidad de nuestros propios compañeros, es poner de nuevo a la orden del día la lucha por el socialismo, su necesidad objetiva su posibilidad real y la legitimidad de nuestros sueños de una vida mejor. Esto es tener los pies en la tierra hoy, los intentos de desarrollar un capitalismo diferente al asignado por el conjunto del capitalismo (aunque sea de manera transitoria) es ilusorio; la única posibilidad de cambio, es rompiendo con el sistema.

Nuestra preocupación fundamental al hacer esta crítica, es que el Podemos es un "punto de referencia" en la escena política chilena hoy, y sobre todo para la izquierda; y justamente por la importancia que adquiere, queremos dejar claro cual es el contenido de fondo del Podemos, que en su "Plataforma Programática", mas allá de la agenda reivindicativa por sector, recoge la mayoría de los análisis y proposiciones de fondo elaboradas por el PC y explicitadas por Varela y Fazio. Esta propuesta es un callejón sin salida; porque el "Proyecto Nacional de Desarrollo" es irrealizable en los marcos del capitalismo; porque subordina los intereses de los trabajadores a los supuestos intereses compartidos de un sector de la burguesia; porque se subordina a la conducción de la pequeña burguesía, en los hechos (y en la teoría); porque impide en la práctica el fortalecimiento de las fuerzas del pueblo (cualquiera sea su nivel de desarrollo), al mantenerlas en el plano de las reivindicaciones inmediatas, mediatizando la lucha por una nueva sociedad, al promover sólo reformas utópicas del capitalismo. Un programa del pueblo para el siglo 21, debe recoger una "agenda reivindicativa por sector", pero sólo una propuesta global de construcción del socialismo en Chile puede fortalecer la lucha de los trabajadores

La única posibilidad actual de terminar con la explotación y la alienación de los trabajadores es construir el socialismo.

Domingo 31 julio 2005
Fuente: poderpopular.org

 

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