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EE.UU. :: 02/08/2010

Ciego, sordo y mudo

Paul Craig Roberts
Los estadounidenses no pueden conseguir ayuda de su Gobierno, pero la embajadora ante la ONU declaró que el compromiso de Washington con Israel es ?no negociable?

La Casa Blanca chilla como un desaforado. La publicación por Wikileaks de documentos de la Guerra Afgana “pone en peligro las vidas de nuestros soldados y asociados de la coalición”.

¡Qué estupidez! La guerra de Obama pone en peligro las vidas de soldados estadounidenses, y la cobarde conducta de Estados títeres de “nuestros asociados” al servir como mercenarios de EE.UU. es lo que pone en peligro a sus soldados.

Hay que recordar que alguien en las fuerzas armadas de EE.UU. filtró los documentos a Wikileaks. Esto significa que existe una chispa de rebelión dentro del propio Imperio.

Y está bien que sea así. Los documentos filtrados muestran que EE.UU. ha cometido numerosos crímenes de guerra y que el gobierno y el ejército de EE.UU. han mentido descaradamente a fin de encubrir el fracaso de sus políticas. Esas son las revelaciones que Washington quiere guardar secretas.

Si a Obama le preocuparan las vidas de nuestros soldados, no los hubiera enviado a una guerra, cuyo propósito no puede identificar. Antes en su régimen, Obama admitió que no sabía cuál era la misión en Afganistán. Prometió descubrir cuál era la misión e informarnos, pero nunca lo hizo. Después de la reprimenda por el complejo militar/de seguridad, que recicla los beneficios de la guerra hacia contribuciones a las campañas políticas, Obama declaró simplemente que es “necesaria”. Nadie ha explicado en alguna ocasión por qué la guerra deba ser necesaria.

El gobierno no puede explicar por qué la guerra es necesaria, porque no es necesaria para el pueblo estadounidense. Cualquiera razón necesaria para la guerra tiene que ver con el enriquecimiento de mezquinos intereses y planes ocultos. Si los planes fueran declarados y se identificaran los intereses privados servidos, hasta las ovejas estadounidenses podrían rebelarse.

El régimen ha convertido la guerra en la tarea de EE.UU. La escalada en Afganistán ha ido a la par con ataques de drones contra Pakistán y el uso de terceros interpuestos para realizar guerras en Pakistán y África del Norte. Actualmente, EE.UU. realiza ejercicios navales provocadores frente a las costas de China y Corea del Norte e instiga la guerra entre Colombia y Venezuela en Suramérica. El ex director de la CIA, Michael Hayden, declaró el 25 de julio que un ataque contra Irán parece inevitable.

Con los medios cautivos de la prensa y la televisión, ¿por qué no nos dice simplemente Washington que el país está en guerra sin llegar tener una guerra? De esa manera la industria de municiones podría despedir a sus trabajadores y convertir directamente en beneficios las asignaciones militares. Podríamos evitar los crímenes de guerra y las vidas desperdiciadas de nuestros soldados.

La economía de EE.UU. y el bienestar de los estadounidenses son sacrificados en las guerras del régimen. Los Estados están en bancarrota y despiden a maestros. Incluso la “rica” California, recomendada anteriormente como “la séptima economía más grande del mundo”, está reducida a seguir el guión establecido y a reducir la paga de los empleados del Estado al salario mínimo.

Las asignaciones complementarias para la guerra se han convertido en asunto de rutina, pero el déficit presupuestario es invocado para bloquear toda ayuda a estadounidenses –pero no a Israel. El 25 de julio, el periódico israelí Haaretz informó que EE.UU. había firmado un negocio multimillonario en dólares para que Boeing suministre a Israel un sistema de misiles.

Los estadounidenses no pueden conseguir ayuda de Washington, pero la embajadora ante la ONU, Susan Rice, declaró que el compromiso de Washington con la seguridad de Israel es “no negociable”. El compromiso de Washington con California y con la seguridad del resto de nosotros es negociable. Los gastos de la guerra han aumentado el déficit presupuestario, y el déficit excluye toda ayuda para estadounidenses.

Como EE.UU. va hacia la bancarrota en sus guerras, el mayor acreedor de EE.UU., China, discrepa de la calificación crediticia de EE.UU. El jefe de la mayor agencia de calificación crediticia de China declaró: “EE.UU. es insolvente y enfrenta la bancarrota como una nación puramente deudora”.

El 12 de julio, Niall Ferguson, historiador del imperio, advirtió que el imperio estadounidense podría colapsar repentinamente por debilidad provocada por sus masivas deudas y que un colapso semejante podría tener lugar antes de lo que pensamos.

Ciegos, sordos y mudos, los responsables políticos de Washington parlotean sobre “treinta años más de guerra”.

CounterPunch. Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

 

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