Contra el genocidio: lucha armada
La fe crédula en el pacifismo, en el fetichismo de la democracia burguesa, en las promesas de los amos, en la miseria del «pánico moral»…, pudrían ya en 2009 a las fuerzas reformistas
La doctrina de contrainsurgencia es flexible en la aplicación de sus tácticas y métodos a cada contexto, en el caso de Palestina hemos visto la «trampa de Oslo» de 1993, el Estado títere y sin voz en la ONU de 2012…, ahora volvemos a ver otro intento de colar la zanahoria para endulzar los palos salvajes del genocidio: la propuesta de varios Estados imperialistas o súbditos de ampliar el reconocimiento de Palestina en la ONU pero manteniéndola como un «Estado ficticio […] Hay un riesgo enorme en que el mundo empiece a hablar de Palestina como un “Estado reconocido” cuando en la práctica sigue siendo una nación ocupada, colonizada y bloqueada. Esa ficción legal puede usarse para congelar el conflicto, desactivar denuncias internacionales y responsabilizar a las propias víctimas de su situación.»







