Contra el genocidio: lucha armada


La doctrina de contrainsurgencia es flexible en la aplicación de sus tácticas y métodos a cada contexto, en el caso de Palestina hemos visto la «trampa de Oslo» de 1993, el Estado títere y sin voz en la ONU de 2012…, ahora volvemos a ver otro intento de colar la zanahoria para endulzar los palos salvajes del genocidio: la propuesta de varios Estados imperialistas o súbditos de ampliar el reconocimiento de Palestina en la ONU pero manteniéndola como un «Estado ficticio […] Hay un riesgo enorme en que el mundo empiece a hablar de Palestina como un “Estado reconocido” cuando en la práctica sigue siendo una nación ocupada, colonizada y bloqueada. Esa ficción legal puede usarse para congelar el conflicto, desactivar denuncias internacionales y responsabilizar a las propias víctimas de su situación.»