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Chile :: 01/04/2007

Día del Joven Combatiente: Balance de una jornada de Protesta Popular

Kolectivo de Contrainformación Hommodolars
La Jornada del jueves fue sumamente intensa, quizás más intensa que otras jornadas de protesta vividas en los últimos años. Podemos decir que esta fue una expresión de que la rebeldía y decisión de nuestra gente supera el temor que imponen las policías y el discurso desmovilizador del gobierno de los ricos.

Sin duda, las manifestaciones fueron una expresión del descontento y los ánimos de transformación estructural de este sistema que empiezan nuevamente a transmitirse por el país.

La Protesta Popular se hizo sentir en gran parte del país, especialmente en las ciudades principales de nuestro país: Arica, Antofagasta, Copiapo, Valparaíso, Rancagua, Talca, Chillán, Concepción, Talcahuano, Temuco, Puerto Montt y, por supuesto, Santiago. En la Capital, las comunas de Peñalolen, Macul, El Bosque, San Bernardo, Lo Espejo, Estación Centra, Renca, Cerro Navia, Huechuraba y Santiago Centro de llenaron de expresiones diversas de este descontento movilizador que nos invade. En concreto, la Protesta se hizo sentir en 22 de las 51 provincias que dividen administrativamente nuestro país. En otras palabras, un poco menos de la mitad de chile se remeció por esta rebeldía, rebeldía que no atemoriza cuando llega, pero que si nos encierra en nuestros intereses mezquinos cuando nos es ajena.

Esta jornada fue -y las que en adelante ocurran serán- una expresión generalizada de los conflictos estructurales que dividen a la sociedad chilena: la injusticia, amnistía y protección a asesinos y sus intereses, persecución y criminalización de los luchadores sociales, condiciones de vida inhumanas, cesantía, despreocupación de los poderes del estado de las necesidades de la población, especialmente de los más pobres; todo lo cual se sintetiza en demandas populares como la salud, educación, vivienda, transporte, autonomía, libertad y dignidad para nuestro pueblo.

La Juventud Rebelde no se escapa de este proceso de Lucha por las demandas populares. Es más, la lucha de esos jóvenes es una parte ejemplar de una historia mucho más larga que nuestras vidas. Desde Décadas, ha sido esta Juventud Rebelde la que ha contenido los valores, el compromiso y la valentía necesarios para llevar a delante esta pelea. Durante esta historia, los Jóvenes Combatientes de nuestro país nacieron y se desarrollaron en la Unidad Popular, muchos murieron -como los Hermanos Vergara Toledo- en la lucha contra la Dictadura, como también muchos otros hacen renacer hoy la lucha continua que todo el pueblo ha llevado contra la opresión, explotación y exclusión de los nuestros.

La Jornada recién pasada no es ajena a esta historia, en cuanto contuvo el esperado procesamiento de los asesinos de Eduardo y Rafael Vergara Toledo y fue una expresión de las jornadas que hace 22 años recuerdan su vida y muerte. Pero, sobre todo, la figura de estos dos jóvenes revolucionarios persiste año tras año porque su vida de combatientes no se terminaba con la destrucción de la dictadura: Pablo, Eduardo, Rafael, Miguel, Alex, Claudia y tantos otros estarían combatiendo hoy si no hubieran muerto, es más, si hubieran nacido años después -en un contexto diferente al que los formó políticamente- seguirían luchando.

Lo que podemos sacar en limpio es que los grandes intereses económicos, los grandes poderes que mantienen a través de la economía, el Estado y las Policías su dominio sobre las grandes mayorías, seguirán obligándonos a asumir nuestra pobreza hasta que nosotros no nos decidamos a luchar por lo contrario. Así, de distinto modo, con distintas armas y canales para legitimarse, los ricos oprimirán y criminalizaran cualquier intento de nuestros jóvenes, niños, adultos, ancianos por transformar el fondo de este sistema capitalista. Ante esto, la única alternativa y camino a seguir es la expresión sincera, decidida y cotidiana de construcción del poder popular que realizan pobladores, estudiantes, trabajadores, cesantes, es decir, los oprimidos de siempre. Por lo tanto, seguiremos recordados e imitados a quienes viven luchando y murieron haciéndolo hasta que nuestra vida deje de ser una lucha por sobrevivir o las esperanzas sean una realidad.

Sin duda, las expresiones organizadas y dirigidas en las que miles de chilenos dieron una muestra potente de la capacidad que el movimiento popular ha desarrollado. Sin embargo, el recuento de la Jornada recién pasada nos habla de la necesidad de articular y fomentar, cada vez más, una cultura y discurso de transformación social que llene las palabras de quienes aun no logran identificar las causas/causantes de todos sus males.

Entendemos que ayer hubo muchas acciones que no poseían un sentido claro o explotaban a ciegas, siendo precisamente a ellos a quienes debe entregarles un sentido nuestra alternativa de vida, llenando ese descontento a un objetivo común. Solo de esta forma, sumando nuestras fuerzas, lograremos que esa rabia haga florecer una rebeldía que construya a diario un ideal de dignidad para nuestra gente. Al decir esto no hablamos de que se tranquilicen los ánimos o que se terminen las protestas, por el contrario, queremos que junto al ejemplo de los Jóvenes Combatientes otros se unan a la lucha que ellos llevaron a cabo, con la misma energía y más sabiduría. En definitiva, queremos que la Protesta Popular sea cada vez menos una expresión de nuestra miseria y dolor, y cada vez más una muestra de nuestro poder, nuestros valores y capacidad de creación.

La violencia

Uno de los tópicos mas recurridos por la prensa tradicional fue realzar los hechos "violentos". Estos fueron transmitidos como sinónimos de una acción irracional de "infiltrados". Se hizo alusión a que, por ejemplo, los paraderos destruidos eran "nuestros" y que seriamos "nosotros" los que perderíamos con su destrucción. Porque claro, no podríamos entonces cubrirnos de la lluvia para ir a nuestros trabajos de mierda.

La prensa apelo como siempre a una apropiación de los explotados de sus objetos de trabajo. Una ilusión de pertenencia de una sociedad que no nos pertenecen. Pues toda la realidad es producto de la realización de la lógica del capital a través de nosotros. Y lo que se destruye no nos pertenece sino que es un medio mas para facilitar nuestra explotación y seguirnos teniendo sobreviviendo en unas vidas de mierda.

La acción directa contra una sociedad que no nos pertenece y sobre la cual no tenemos poder de decisión, es la base para la realización de una sociedad completamente opuesta, es la interrupción de la lógica del capital en la cotidianeidad misma.

 

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