Disturbios en Australia tras la muerte de un joven aborigen
Las protestas estallaron tras conocerse el informe forense, según el cual Cameron Doomage, de 26 años, murió cuando efectivos policiales le fracturaron varias costillas y le perforaron los pulmones.
El hecho provocó la ira de los habitantes de ese asentamiento aborigen, quienes salieron a las calles e incendiaron el puesto policial de Palm Island, en el estado de Queensland.
"La atmósfera reinante es de rabia", dijo a la prensa la australiana Nicky Bull.
Este es el segundo joven indígena muerto este año en Australia a causa de la represión policial.
En febrero pasado Thomas Hickey, de 17 años, perdió la vida empalado en una valla cuando era perseguido por la policía.
El hecho sacó a la luz las graves violaciones de los derechos de la población autóctona en la isla-continente.
Los aborígenes de Australia representan poco más del dos por ciento de los 20 millones de habitantes y, según datos oficiales, el 18 por ciento vive en condiciones precarias, en tanto que muchos no tienen empleos, ni acceso a la educación y la salud.
Se estima que los salarios de los indígenas son tres veces inferiores a los del resto de la población, el desempleo cinco veces más alto y la tasa de mortalidad infantil el triple.
rc/car