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Medio Oriente, EE.UU. :: 04/09/2021

EEUU busca poner fin a la estabilidad y la seguridad en el Líbano

Ghassan Saud
Hoy abundan los datos que demuestran que EEUU, para favorecer al régimen de Israel, atenta contra la estabilidad en el Líbano

Durante los últimos años, los libaneses podrían haber presumido entre sus vecinos del hecho de poder conservar la estabilidad y la seguridad de su país, a la luz de los importantes reveses en el ámbito de la seguridad por la que atravesaba la región. Sin embargo, muy pocos libaneses tomaron en serio la importancia de salvarse de los estallidos sociales que nos rodean. Con el impulso, promovido por Occidente, del movimiento de los takfiries (fundamentalistas islámicos), pocos podían imaginar lo que hubiera sucedido si Hizbullah no hubiera levantado la gran muralla de al Qsair (frontera con el Líbano) a un costo humano enorme y triste, con el fin de proteger al Líbano y a los libaneses de esta marea que devastó a Siria e Iraq.

En un momento en que las fuerzas que integran la Alianza del 14 de marzo en el Líbano facilitaban la provocación del caos en el país, ya sea a través de movilizaciones emprendidas por el derechista Movimiento Futuro y la incitación sectaria, hecho que llevó a muchos jóvenes en las zonas de su influencia a unirse a los grupos takfiries en el Líbano, Siria e Iraq, o a través de la secretaria general de la también derechista y antisiria Alianza del 14 de marzo (con la participación activa de las Fuerzas Libanesas), trasladándose a las áridas montañas de al Bekka (Cordillera del Antilíbano) para fortalecer a los grupos takfiries y elevar su moral. O través de la financiación por parte de varias dictaduras del Golfo de decenas de escuelas takfiries con el fin de captar niños y adolescentes a quienes se les puede engañar con el fin de reclutarlos. O a través de la transformación de las celebraciones de estas fuerzas en el centro de Beirut en actividades de apoyo a lo que llamaron la “revolución siria”.

Cuando Hizbullah señala que impidió la expansión del proyecto takfiri en el Líbano mediante todo este proceso preventivo, eso significa que impidió la implementación de los planes del caos en cuanto a la seguridad. Para EEUU, el proyecto takfiri no ha sido un proyecto para la formación de un estado libre, independiente y soberano, sino más bien un proyecto para promover el caos en acción, que destruye los cimientos del estado tanto en Siria como en Iraq y sus recursos básicos, incluidos el agua, la electricidad, el petróleo y las instituciones oficiales. Al mismo tiempo este proyecto desgasta a Hizbullah.

Lo mencionado anteriormente no es un mero detalle: si EEUU está realmente interesado en la estabilidad del Líbano, como dice en sus declaraciones, ¿cómo puede explicar su apoyo absoluto a quienes apoyaron la infiltración y la expansión del caos de takfiri? Si está realmente interesado en la estabilidad, ¿por qué toda esta inversión en la incitación sectaria, mediática y política? Todo esto no es por un escaño en el parlamento, uno más o uno menos; si EEUU estuviera realmente interesado en un escaño parlamentario, habría distribuido el millardo de dólares que gasta anualmente en el Líbano entre diez diputados y hubiera logrado comprar diez escaños parlamentarios, sin ningún esfuerzo.

En efecto, los escaños parlamentarios no interesan a EEUU, tampoco al bienestar del pueblo libanés; nadie en el Departamento de Estado de EEUU está interesado en el sector agrícola del Líbano, ni en los deportes de montaña y el ecoturismo, la única preocupación es debilitar a Hizbullah o al menos confundirlo, para favorecer a su aliado sionista. Si la estabilidad logra esto, EEUU apoya la estabilidad y si el caos logra esto, entonces la política estadounidense apoya el caos.

Aquí, hay que recordar que los estadounidenses solían decir que el sector bancario libanés es una de las inversiones estadounidenses más importantes, por lo que EEUU no puede permitir que este colapse, pero notamos que le pide al gobernador de la Banco central del Líbano, Riad Salameh, que lo derribe, pensando que privar a la gente de sus depósitos duplicará su resentimiento en una dirección (hacia la gestión actual y hacia Hizbullah). En el mismo contexto, se dijo que las fuerzas que integran la Alianza del 14 de marzo eran la niña de los ojos de los estadounidenses, afirmando que la defenderían con todo lo que tienen de fuerza, pero notamos que estas fuerzas se han desmoronado sin que EEUU se inmute. 

Hoy abundan los datos que muestran que EEUU, contrariamente a todos lo que se rumorea, atenta en contra de la estabilidad en el Líbano, a sabiendas de que acabar con la estabilidad en el ámbito de la seguridad, como lo confirman las experiencias, no requiere de armamento de gran calibre, ni de la formación de milicias organizadas, como algunos se imaginan. Más bien es un sabotaje continuo y sistemático. En este contexto, podemos detenernos hasta ahora en cinco observaciones: 

1. El gobernador del Banco Central del Líbano, Riad Salameh, tomó la decisión de eliminar el subsidio al combustible sin notificarlo a los interesados y sin coordinarlo con los ministerios correspondientes y con las instituciones de seguridad, para que estas intenten encontrar alternativas rápidas que favorezcan a los integrantes de estos cuerpos de seguridad, para que estos puedan seguir incorporándose a sus cuarteles y sitios de trabajo. Y a pesar de la farsa de que EEUU se prepara para implementar un plan de apoyo a los militares, la situación de estos sigue siendo la misma, la mayoría de los militares no podrá llenar el tanque de su vehículo de combustible para poder llegar a su lugar de trabajo, con todo lo que esto conlleva de falta de personal, hecho que merma la capacidad de controlar la seguridad y de combatir la delincuencia.

Los sueldos ya no alcanzan para cubrir las primeras necesidades, y tampoco hay incentivos para que estos elementos arriesguen su vida cumpliendo con su deber; por otro lado las empresas de seguridad foráneas, muchas de estas estadounidenses, ofrecen incentivos importantes a los oficiales y especialmente en el ámbito de la inteligencia de campo y la tecnología, para que suceda en el ámbito de la seguridad lo que está sucediendo en el campo de la salud, la ingeniería, el derecho y la educación.

2. Reina el caos en el ámbito de la seguridad en las zonas de influencia del Movimiento Futuro en el norte, bajo la supervisión directa del director general de las fuerzas de seguridad Interna, Imad Othman. Y como si no fuera suficiente el castigo colectivo, como el corte total de electricidad, la falta de la mayoría de los alimentos y las medicinas, además del acaparamiento y el contrabando, se procede al boqueo de las carreteras de manera sistemática, para impedir la salida y la entrada a Trípoli, Minieh, Dinniyeh y Akkar.

Todo esto ocurre en paralelo con una inseguridad que es expresada en el uso diario de armas de fuego, los secuestros y los robos, mientras que el director general de las fuerzas de seguridad Interna, Imad Othman, quien es el principal responsable de guardar el orden, no mueve un dedo. Cabe señalar que Othman, cercano al Movimiento Futuro, ocupa una posición excepcional en la embajada de EEUU, la cual considera a las fuerzas de seguridad Interna como una de sus activos más importantes en el Líbano. Una nota importante es que la embajada, que declara que apoya al ejército, en efecto apoya al ejército con algunos equipos de rutina, mientras que los equipos sofisticados y modernos de inteligencia y los programas útiles son entregados a las fuerzas de seguridad interna. Por lo tanto, si la embajada de EEUU estuviera interesada en prevenir el estallido en el norte, hecho que tendría repercusiones en varias otras regiones, le habría pedido a Othman que hiciera algo; sin embargo, está claro que todo lo que está sucediendo en el norte es premeditado y planificado. 

3. Los problemas diarios en las estaciones de servicio, que pueden pasar de enfrentamientos individuales a un contexto sectario, confesional o regional, como casi ha sucedido más de una vez, sin que las fuerzas de seguridad intenten tomar decisiones serias al respecto, incluso para organizar el tráfico y guardar el orden en las filas de llenado de combustible tratando de poner fin a esa tragicomedia. También aquí lo que sucede no es espontaneo, más bien son hechos premeditados. 

4. Pasar de la etapa de la movilización y la agitación a la etapa de las emboscadas directas. En este contexto, no es posible determinar cuál de las dos es más peligrosa: la emboscada de Khaldeh, con todo lo que requirió de autocontrol, o lo que se demostró en las investigaciones que fue una emboscada a los combatientes de la resistencia en Hasbaya, con lo que esto muestra de presencia de bandas, a lo largo de la geografía del Líbano, dispuestas a arriesgarse atentando contra la estabilidad de su sociedad con el fin de implementar agendas extranjeras; no cabe duda de que estas dos bandas terroristas no se hubieran embarcado en una aventura de este tipo si no hubiera sido por garantías recibidas del más alto nivel. 

5. Inventar trabas fingidas para no formar gobierno: a veces bajo el pretexto de tal o cual cartera ministerial, otras veces con el pretexto de quién se hará cargo de tal o cual cartera; diciendo los estadounidenses algo en público y mencionando lo contrario al primer ministro designado Najib Mikati. Queda claro que quien impide la convocatoria a la reunión del gobierno de Hassan Diab, a pesar de la insistencia del presidente de la república y del secretario general de Hizbullah, es aquel mismo que impide la formación de un gobierno, por su deseo de extender el vacío en todos los sentidos.

EEUU observó que la fuerza menos afectada por el colapso político, económico, financiero y en términos poder adquisitivo (que tuvo un fuerte impacto en el Movimiento Futuro) era Hizbullah. Sin embargo siguió con sus planes: “que sea la parte menos afectada significa que se ha visto afectada, y esto beneficia a EEUU, independientemente del trágico precio que sus aliados y su gente se ven obligados a pagar”. Sin lugar a dudas, sabe que Hizbullah es la fuerza menos afectada por el colapso en el ámbito de la seguridad, de hecho no tuvo en cuenta el daño que podrían sufrir sus aliados: pueden perder cien puntos, siempre que Hizbullah pierda un punto.

Todo lo que el gobierno 'demócrata' de EEUU quiere hoy del Líbano es infligir el mayor daño posible a Hizbullah, el enemigo al que realmente teme Israel, y nunca pregunta ni se preocupa por el destino o el futuro de ninguna otra fuerza política, asociación o ciudadano del Líbano. El sabotaje político destruyó a sus aliados, es cierto, sin embargo, infligió por otro lado un daño limitado a Hizbullah y le causó confusión interna, y esto es lo que se requiere. Se quiere causar daños adicionales debido al sabotaje, tanto económicamente como en términos de condiciones de vida, incluso si los habitantes de Trípoli, Koura, Zgharta, Bcharre, Akkar, Kesrouan, Matn y Zahle pagan el precio más alto y si el sabotaje a la seguridad se suma a los daños anteriores, esto es bienvenido, sea cual fuese la factura, eso dice la política estadounidense en nuestra región.

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