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Medio Oriente :: 24/01/2018

El beligerante discurso de Abbas no restaura la confianza en la dirección palestina

Amira Hass
A pesar de las declaraciones del presidente Abbas, pocos en Cisjordania creen que las cosas vayan a cambiar realmente

Las rivalidades personales no van a desaparecer y seguirán siendo perjudiciales para la lucha palestina.

M. T., desde cerca de Jenin, cree que los recientes enfrentamientos con soldados israelíes son principalmente un mensaje a la Autoridad Palestina de que los jóvenes palestinos están hartos. En unos pocos meses, dice, su indignación se dirigirá contra ella.

Su opinión es particularmente interesante porque cuando tenía 20 años se unió a la Brigada de los Mártires de Al-Aqsa, por el que fue condenado a tres años en una prisión israelí. Lamenta haberse unido al brazo armado de Fatah. Sigue siendo miembro de Fatah, pero no tiene fe en su liderazgo, que es también el liderazgo de la AP. Sus rivalidades internas le cansan. Utiliza repetidamente la palabra "corrupto". Todos los líderes "tienen casas en Amman. Si todo se derrumba aquí, tienen un lugar a donde huir”, dice.

Luego añade algo contradictorio, pero confirma con una sonrisa que reconoce su contradicción. "Me gustaría que la ocupación israelí volviese”. Y unos minutos más tarde, “todos los gobernantes extranjeros de Palestina en última instancia han tenido que abandonarla, también lo hará el régimen sionista. No me refiero a los judíos, que estaban aquí y seguirán aquí".

El discurso del presidente palestino, Mahmoud Abbas,  al Consejo Central de la OLP no ha restaurado la fe de MT en su liderazgo o en su capacidad o voluntad de adoptar nuevas tácticas políticas. Es razonable suponer que lo mismo les ocurre a la mayoría de los palestinos, incluidos los partidarios de Fatah.

El periódico Al-Hayat de Londres informaba de una fuerte discusión, en la reunión del Comité Ejecutivo de la OLP que precedió a la reunión del Consejo, entre Omar Shehadeh (del Frente Popular para la Liberación de Palestina), y Abbas, que estalló en un ataque de ira. Shehadeh preguntó por qué Abbas no convocó al Comité inmediatamente después de que el presidente Donald Trump reconociese a Jerusalén como capital de Israel y dijo que el FPLP hace responsable a Abbas de no haber aplicado las resoluciones de la última reunión del Consejo Central. Shehadeh fue citado por Al-Hayat preguntando: "¿Quién es el responsable, el Comité Ejecutivo o el presidente?"

Shehadeh representa una organización fosilizada que vive principalmente de las glorias del pasado, pero muchos se identifican con su pregunta.

Las alabanzas a Abbas en Radio Palestina el lunes siguiente fueron un recordatorio de que tiene la primera y la última palabra en Fatah y la OLP. Sin embargo, en entrevistas con la agencia de noticias Watan varios delegados prominentes que no son de Fatah hicieron hincapié en que las decisiones del Consejo Central deben ser implementadas.

Incluso aquellos que no lo hicieron de manera explícita se referían a las decisiones adoptadas en su reunión de marzo de 2015, sobre todo la decisión de terminar la coordinación de seguridad con Israel. Abbas se opuso a ello y se negó a ponerlo en práctica. Y hay buenas razones para pensar que las últimas decisiones del Consejo Central, cualesquiera que fuesen, quedarán también en el aire.

Se espera que el Consejo, una vez más, decida suspender la coordinación de seguridad, pida al Tribunal Penal Internacional que investigue a Israel sobre la construcción de asentamientos y pida sanciones internacionales contra Israel. También se espera que inste al Comité Ejecutivo a suspender el reconocimiento de Israel. La recomendación original era suspender el reconocimiento hasta que Israel reconozca al Estado de Palestina, pero esa frase se eliminó por la presión de los estados árabes. Al decir "suspender" se deja la decisión en manos de Abbas.

El discurso de Abbas ha sido analizado como el anuncio de una nueva era llena de difícultades  en la lucha nacional. En este momento, la confianza pública en su liderazgo es especialmente importante, de la misma manera que la capacidad de criticar, intercambiar opiniones y superar las rivalidades personales.

El vendaval de las rivalidades personales debilitó la lucha palestina en el pasado y también se cierne sobre esta nueva y fatídica etapa, mientras que la falta de fe en la dirección y sus habilidades es más fuerte que nunca. Ningún discurso, por muy contundente que sea, va a cambiar eso.

Haaretz Traducción: Enrique García para Sinpermiso. Extractado por La Haine

 

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