lahaine.org
Mundo :: 07/07/2009

El golpe en Honduras: ¿es Obama inocente?

Michael Parenti
Los generales hondureños, alumnos de la Escuela de las Américas, nunca se hubieran atrevido a moverse sin el consentimiento tácito de la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA

Muchos se preguntan: ¿Es realmente inocente Obama de lo que sucede en Honduras? Muchos creen también este presidente es "diferente". Michelle Collon ha pedido su opinión al famoso escritor norteamericano Michael Parenti

¿Es el Presidente Obama inocente de los acontecimientos que ocurren en Honduras, específicamente del golpe lanzado por los militares hondureños que condujo al secuestro y la deportación forzosa de Manuel Zelaya- presidente democráticamente elegido? Obama denunció el golpe y exigió que las reglas de la democracia fuesen respetadas, sin embargo, varias preguntas problemáticas persisten.

En primer lugar, casi todos los altos oficiales militares hondureños activos en el golpe son graduados de la Escuela de las Américas del Pentágono (conocida por muchos de nosotros, como la Escuela de Asesinos). Los militares hondureños han sido entrenados, asesorados, equipados, adoctrinados y financiados por el Estado de Seguridad Nacional de los Estados Unidos. Los generales nunca se hubieran atrevido a moverse sin el consentimiento tácito de la Casa Blanca, el Pentágono y la CIA.

En segundo lugar, si Obama no estaba directamente involucrado, entonces debe ser responsabilizado por no tener una firme dirección sobre todos aquellos agentes de EE.UU. que sí lo estaban.

Los militares y la inteligencia militar estadounidense deben haber conocido acerca del complot e informado a Washington. ¿Por qué la gente de Obama que estaba en contacto con los líderes del golpe falló en lograr que desistieran de hacerlo? ¿Por qué no expusieron y denunciaron la trama haciendo posible frustrar totalmente la aventura? En lugar de ello, los EE.UU. mantuvieron silencio al respecto, un silencio que, en los hechos si no en la intención, sirve como un acto de complicidad.

Tercero, inmediatamente después del golpe, Obama declaró que él estaba en contra de utilizar la violencia para lograr el cambio y que correspondía a las distintas partes en Honduras resolver sus diferencias. Sus observaciones fueron más bien una tibia y muda respuesta a un golpe gangsteril.

Cuarto, Obama nunca imaginó que se produjera una enorme protesta por el golpe de Honduras. Él se unió apresuradamente al clamor contra sus autores sólo cuando se hizo evidente que la oposición a los golpistas era casi universal en toda América Latina y en el mundo.

Quinto, Obama todavía no ha tenido nada que decir acerca de los otros muchos actos de represión perpetrados por los militares hondureños y la policía con posterioridad al golpe: los secuestros, las palizas, las desapariciones, los ataques a los manifestantes, el cierre de la Internet y la supresión de los pocos pequeños medios de comunicación críticos que existen en Honduras.

En sexto lugar, como James Petras, me recuerda, Obama rehusó reunirse con el Presidente Zelaya. A él no le gusta Zelaya sobre todo por su estrecha e inesperada afiliación con la Venezuela de Hugo Chávez. Y debido a sus medidas de reformas igualitarias, Zelaya es odiado por los oligarcas de Honduras, los mismos oligarcas que durante muchos años han sido cercanos y han servido espléndidamente a los empresarios del imperio norteamericano.

En séptimo lugar, debido a una ley aprobada por el Congreso de los EE.UU. cualquier gobierno democrático que sea víctima de un golpe militar, se le niega la ayuda militar y económica de Estados Unidos. Obama todavía no ha cortado la ayuda económica y militar a Honduras lo que está obligado a hacer en virtud de esta ley. Este es quizás el dato más revelador con respecto a de qué lado él se encuentra.

Como presidente, Obama tiene una considerable influencia e inmensos recursos con los que podría muy bien haber frustrado a los golpistas y tal vez podrían ser utilizados contra ellos de forma efectiva. A partir de ahora, su postura sobre Honduras será demasiado poco y demasiado tarde, como sucede con muchas otras cosas que él hace.

Traducción: Carlos Benet, Cubarte. Boletín Entorno

 

Este sitio web utiliza 'cookies'. Si continúas navegando estás dando tu consentimiento para la aceptación de las mencionadas 'cookies' y la aceptación de nuestra política de 'cookies'.
o

La Haine - Proyecto de desobediencia informativa, acción directa y revolución social

::  [ Acerca de La Haine ]    [ Nota legal ]    Creative Commons License ::

Principal